El
‘desvarío’ de esta ocasión no es mío, aunque lo comparta en parte… La siguiente
reflexión pertenece a Ramón Durán Rivacoba, un experto civilista y antiguo
profesor de quien escribe. Debo decir que puede que sea lo único que comparta
en parte con Durán.
Al
hilo del tema de las descargas y los derechos de propiedad intelectual, Ramón sostiene
que, si bien es cierto que la descarga implica una vulneración de esos derechos
de propiedad intelectual e incluso de los derechos de propiedad industrial, de
la descarga debe de separarse el visionado ‘on line’.
Decía,
usando un símil muy claro, que si vas a una biblioteca y fotocopias un libro
estás vulnerando todos esos derechos, perjudicando a quien lo ha escrito,
aunque tú luego no vayas por ahí vendiendo copias. Sin embargo, ¿qué pasa si
solamente lo tomas en préstamo o simplemente lo coges para echarle un vistazo y
lo vuelves a dejar en su estante? Nada. No se vulnera nada.
Él
aplicaba esta misma tesis a las películas (yo la extiendo a las telenovelas) y
también a la música. ¿Qué derechos de los autores se vulneran viendo una
película, una telenovela o escuchando una canción ‘on line’? El sostenía que,
según lo anterior, ninguno, y que era absurdo completamente que las propietarias
de tales derechos bloqueasen, para todo el mundo o para parte de él, sus
contenidos en sus propias páginas webs (como ocurre con las telenovelas en las
webs de Tvolucion, Azteca o Telemundo). Venía a ser tomar un libro y ojearlo,
sin más, según él.
Comentaba
al principio que compartía en parte dicha postura… Sí… Tiene una base sólida y
el ejemplo del libro le da claridad, pero, ¿qué pasa si el que se lleva el
libro de la biblioteca va por ahí, lo fotocopia y vende las copias? ¿Qué pasa
si el que ve el capítulo en Tvolucion lo piratea, se lo descarga y lo cuelga en
otra web o, simplemente, graba varios DVD’s y los vende a la puerta de su casa?
Al
final, para mí, es la pescadilla que se mueve la cola y, claro está, vale más
prevenir que curar, aunque nos fastidie.
El
visionado ‘on line’ de por sí no vulnera ningún derecho de propiedad
intelectual, pero, la delgada línea que separa el ver ‘on line’ algo de
descargarlo es tan fina que tiende a romperse muy a menudo.
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