El 12 de junio Telecinco estrenó su primera telenovela española en catorce años, Mía es la venganza. Producida por Alea Media para el canal de Mediaset, mucho fue lo que se escribió sobre esta historia antes de que llegase a la parrilla, dados los cambios que la empresa pidió a sus artífices, cambios que provocaron, incluso, la dimisión de Aurora Guerra, su creadora y productora.
Había que ver el primer capítulo de esta historia, así que en las siguientes líneas os cuento qué me ha parecido.
Reconozco que cometí un error, y es que me contaminé antes de verlo. Sí, leí dos o tres críticas de periodistas especializados en televisión que la dejaban poco menos que por los suelos. De hecho, solo salvaban a Lydia Bosch, su protagonista. Sin ser yo ni periodista ni especializado, qué queréis que os diga, a mí el primer capítulo me gustó. Es más, me recordó, como ya lo había hecho el tráiler, a aquellas telenovelas españolas de principios de siglo que coprodujeron TVE y Televisa a través de Europroducciones.
Todo arranca en marzo de 2003. Sonia (Lydia Bosch) huye no se sabe muy bien ni por qué ni de quién y tiene un accidente. El coche que conduce cae a un embalse. En el asiento trasero viajan sus dos niñas. Ella consigue salir del agua con una. En contra de lo que vendían las sinopsis difundidas a los medios, no se dice ni se deja claro que la otra muera… y esto es ficción, ya sabéis.
Veinte años después, Sonia aparece al frente de un selecto club, Los Olivos. Por allí anda Olivia (Natalia Rodríguez), la hija que consiguió sacar del agua. También un batiburrillo de personajes sobre los que se nos dan unas pocas pinceladas en este comienzo. Entre esos personajes está uno, el nuevo jefe de mantenimiento, Mario (José Sospedra), en el que la historia profundiza un poco, aunque sin entrar en muchos detalles. Cualquiera que haya leído una sinopsis sabrá que Mario está en el club para vengar las muertes de su madre y de su hermana, de las que cree responsable a Sonia. Y en el que es su primer día, tiene varios encontronazos con Olivia, encontronazos que fijo que dan paso al amor.
En líneas generales, el elenco está más que correcto. Lydia Bosch se lleva este primer capítulo y muy probablemente se llevará los que vienen. Da gusto verla en pantalla.
Los protagonistas me recuerdan mucho a Mónica Estarreado y Mariano Alameda en La verdad de Laura. Caras con menos trayectoria, que se ve que pelean por darse a conocer y que no lo hacen tan mal como algunos han dicho por ahí, al menos en mi opinión. Los arropan en su debut Armando del Río, Ibrahim Al Shami, Claudio de la Torre, José Ángel Trigo o Elena Furiase, con personajes de lo más variados, desde alguno al que se le adivinan oscuras intenciones, hasta jóvenes homosexuales, como el hermano de la protagonista. Un amplio abanico de perfiles pensado para captar al mayor público posible.
El primer capítulo dura unos 46 minutos, sin contar el avance del segundo, y se ve rápido. Deja con ganas de más, lo que es esencial. Sobre su realización no tengo nada que reprocharle, más allá de un par de gazapos que ya me he guardado para el juego. Sí a su tratamiento de imágenes, para mi gusto demasiado oscuro, aun en exteriores como los del club que dirige Sonia. Echo en falta, también, más musicalización. Me gusta el instrumental de su cabecera y la cabecera en sí, porque me recuerda muchísimo a la de una grandísima serie, no muy lejana en el tiempo, de la que fui seguidor. ¿A que no adivináis cuál?
No me importaría verla si fuese una historia cerrada. Me ha dejado buen sabor de boca, pero temo que se alargue hasta el infinito. De hecho, como ya os conté, tiene firmadas tres tandas de noventa capítulos, vamos, casi trescientos en total.
¿Los aguantará en parrilla? Los resultados de audiencia, entre el 8 y el 9% de cuota, no son muy positivos, pero Telecinco lleva seis meses con dos concursos en sus tardes que tampoco están mucho mejor. Quieren construir un nuevo modelo televisivo y hacen bien en tener paciencia, aunque toda paciencia tiene o puede tener un límite, más en el mundo de la televisión.
¿Qué os está pareciendo a aquellos que la estéis viendo al día o hayáis visto más de lo que yo vi?
Comentarios
Y uno de los ejemplos de que se puede hacer una continuación después de muchos años con la misma esencia y adaptándose a los tiempos actuales.