El 10 de mayo se produjo un acontecimiento muy bonito, de esos que pasan pocas veces en el género, y es que, con apenas unas horas de diferencia, Telemundo y RCN estrenaron Hasta que la plata nos separe, la nueva versión de la telenovela homónima, producida por RCN entre 2006-2007.
¿Era necesaria una nueva versión de Hasta que la plata nos separe? Pienso que no y que más bien lo que Telemundo y RCN están haciendo es buscar otro pelotazo como el que dio Café con aroma de mujer en Netflix. Ambas son obra de Fernando Gaitán y, al igual que aquella, Hasta que la plata nos separe se estrenó de forma casi simultánea en Estados Unidos y Colombia para que, nada más termine, pase al catálogo de Netflix. Tampoco parece una casualidad que Carmen Villalobos, la villana de Café con aroma de mujer sea la protagonista de Hasta que la plata nos separe, ni que Sebastián Martínez, que acaba de estrenar, con mucho éxito, Pálpito, haya sido el elegido para encabezar este proyecto. Telemundo y RCN no han producido para sus espectadores, sino para los millones de usuarios de Netflix en todo el mundo.
Dicho esto, tengo que hacer otro apunte. Vi el primer capítulo versión Telemundo, que emitió dos horas. En RCN tengo entendido que solo fue uno. También hay que anotar que, unos días antes de publicarse estas líneas, Telemundo anunciaba un cambio de horario para esta historia, que no ha cuajado en Estados Unidos. En Colombia sigue emitiéndose con, más o menos, buenos datos.
El comienzo de Hasta que la plata nos separe está marcado por una serie de personajes y un suceso. Está claro que si funcionó la original, obra del gran Fernando Gaitán, y que si triunfó la versión mexicana de 2009, fue, entre otras cosas, por unos personajes muy particulares, con un punto de humanidad y otro de caricatura. Alejandra, la protagonista, es una workalcoholic exagerada, que llega a ver transacciones comerciales incluso en su boda. Ojo, que Rafael, el protagonista, tampoco se queda atrás. Ella, en el sector del automóvil; él, en el de las ventas ambulantes. Pese a provenir de mundos empresariales muy diferentes, está claro que son tal para cual y que ese suceso que se encarga de unirlos, un accidente provocado por una imprudencia de Rafael, acabará por hacerles ver que están hechos el uno a la medida del otro. Muy buen trabajo tanto de Carmen como de Sebastián, que encabezan un elenco potente, en el que figuran Gregorio Pernía, que promete ser un villano ambicioso e implacable; Juliette Pardau, Fabián Ríos, Julián Arango o Marcela Benjumea, y que, como curiosidad, suma, como los padres de la protagonista, a dos mexicanos, Laura Flores y Alejandro Tomassi.
Esas dos horas con las que arrancó en Telemundo se llevan bien en la primera mitad y un poco peor en la segunda. No sé, no me parece una buena opción estrenar una telenovela como esta juntando los dos primeros capítulos. Si fuese un producto con más acción, vale, pero con una historia de este tipo se puede llegar a cansar al espectador. Quizás ahí estuvo el origen del fracaso en Estados Unidos.
La realización es soberbia, aunque pierde un punto en un momento dado, con un gazapo muy evidente que me guardo para el juego y que, imagino, obedece a cuestiones de costes más que otra cosa.
Visto el primer capítulo, reconozco que no me disgustó, pero no es una telenovela que me llame mucho la atención, pese a que de la original he leído maravillas. ¿Alguien la lleva al día, ya sea por la emisión de Estados Unidos o por la de Colombia? ¿Cómo transcurre ahora, unos quince capítulos después de su estreno?
Comentarios
Estas nuevas consumidoras ya les irá bien ver otros actores, pues parece que solo actúa William Levy, madre mia...buffff!!!!!
Gregorio Pernía es muy bueno es sus roles de malo o villano. Lo vi en «Flor Salvaje» y allí era un corrupto y abusador, y en «La hija del Mariachi» era la "piedra en el zapato" de Lara...(Lara, Lara, Lara... los que la han visto ya saben de esto)
Pues bueno que les vaya «bonito»
Saludos❤
Ya sabes que lo decía por tod@s estos que parece que han descubierto «la pólvora»
Saludos