No es raro que en pleno rodaje de una
telenovela sea necesario cambiar al protagonista, es decir, reemplazar a un
actor o actriz por otro, manteniendo el mismo personaje.
Ello puede deberse a múltiples
motivos, y en ocasiones no se da ninguna explicación al espectador, como
ocurrió con Mauricio Ochmann en “Marina”, pero en otras ocasiones sí se da alguna explicación,
dentro del argumento, al espectador con el fin de hacerle un poco más llevadero
el cambio de protagonista.
Ello ocurrió en “Mujer de madera”, una telenovela de Televisa, rodada en 2003-2004,
con relativo corte medioambiental. La vi a trozos sueltos cuando la emitió un
canal de televisión local que había en mi ciudad.
Su protagonista inicialmente era Edith
González. Sin embargo, hacia la mitad de la telenovela a Edith le surgió algo
inesperado: quedarse embarazada. Y claro, viendo que le iba a ser complicado
seguir el intenso ritmo de rodaje decidió pedir su salida de la telenovela.
Fue reemplazada por otra actriz que lo
único que tenía en común con ella era el color de pelo: Ana Patricia Rojo.
La telenovela, que de por sí era
pésima, horrorosa, esperpéntica, sin fundamento alguno, se tornó todavía peor
con el cambio de protagonista. Y es que aunque Ana Patricia es una excelente
actriz, muchos no acabamos por hacernos a la idea de verla como la buena de la
historia, después de tantas y tantas villanas a sus espaldas (de hecho me costó
mucho verla como una mujer sufrida en “Destilando amor”). Además, reemplazar a
Edith era tarea difícil.
La excusa que se dio al espectador fue
muy sencilla: el personaje de Edith había ido a una cabaña en el bosque no
recuerdo exactamente por qué y allí había sufrido una explosión que le había
deformado el rostro, pasando varios capítulos en el hospital para luego
recuperarse y ver que su rostro (y también su voz, gestos, ojos…) se habían
transformado, ya que repito, el parecido tanto físico como a nivel de actuación
entre Edith y Ana Patricia es más bien escaso.
Pese a que la telenovela no fue un
éxito, ni en México ni en ninguna parte, duró 205 interminables capítulos.
Como curiosidad, Emilio Larrosa,
productor de esta historia y otras aberraciones como “Libre para amarte” señaló que Edith se había callado su embarazo
hasta que, estando de cinco meses, no pudo ocultarlo y que ello ocasionó que la
historia tuviese que cambiar de semejante manera.
Sea o no cierto, lo que sí es verdad
es que el cambio perjudicó a la telenovela, haciendo más inverosímil una
historia de por sí muy poco coherente.
Comentarios
"Por ella soy Eva" es una de esas telenovelas que me gustaría ver si la dieran algún día en televisión. La había comprado LaSiete, aunque con lo del cierre de las TDT's me da a mí que voy a tener que esperar...
Un saludo.
Al contrario. Edith me parece una grandísima actriz y no encuentro de dónde sacas que yo no la considero buena actriz. Es una de las grandes, aunque con esta telenovela no tuvo suerte, al igual que le pasó hace poco con "Las Bravo". Malos proyectos para una gran actriz.
Saludos.