UNA DE: Visiones erróneas sobre España en "La madrastra" (2022)

Si pensabais que os iba a ofrecer el primer vistazo de la nueva versión de La madrastra, estáis en lo cierto. Habrá primer vistazo, pero será mañana. Antes, toca dedicar una entrada a las desastrosas visiones erróneas que la telenovela ofrece de España.

Tranquilidad, que no hay spoilers. Lo que aquí os voy a contar y mostrar forma parte del primer capítulo, que arranca en 2002 en la Ciudad de México para trasladar la acción, poco después, a Palma de Mallorca. Es así, con esta transición, como se introduce la ciudad en la historia:

Tanto si habéis estado en Palma como si no, notaréis que hay mucho edificio y que la ciudad que se muestra ahí es como muy grande para ser una ciudad isleña. Si observáis el horizonte veréis la silueta de una de las torres de comunicación más conocidas de España y casi que de Europa, el Pirulí de RTVE en Madrid. En efecto, lo que nos venden como Palma de Mallorca no es sino Madrid. Tampoco hace falta irse al horizonte, porque en el primer plano de la imagen aparece el Teatro Español, un edificio situado en la capital del país:

Por si había dudas, el resto de transiciones hacia esa supuesta Palma de Mallorca también son Madrid, desde algún edificio próximo al Teatro Español:

Esto no acaba aquí, ya que en el primer capítulo los juzgados de Palma de Mallorca acogen el juicio de la protagonista, acusada de cometer un asesinato. Ojo a lo que nos venden como juzgados de Palma de Mallorca:

Pese al retoque digital que permitió incluir las palabras "juzgados-jutjats" en la fachada, supongo que cualquier español sabrá que eso que se ve ahí no son unos juzgados, sino un lugar un poco más importante, el Congreso de los Diputados, también situado en Madrid:

Dentro del Congreso, perdón, de los juzgados, se celebra un juicio que acaba con la siguiente sentencia:

 

Es ficción y es mucho menos grave que lo de las transiciones, pero es inverosímil conforme a la realidad jurídica española. No hay asesinato en primer grado ni en segundo ni en tercero. Un asesinato se comete con alevosía, precio, recompensa, promesa, ensañamiento, o para facilitar la comisión de otro delito o evitar que se descubra. En cualquiera de estos casos, la pena, en 2002 y ahora, es de quince a veinticinco años de prisión. Es imposible que sea condenada a treinta y cinco por un solo delito y es absurdo que la viuda de la víctima pida la pena máxima, que en 2002 no existía como tal. Hoy tampoco, aunque la prisión permanente revisable puede asimilarse, aunque no se aplicaría en un caso como este.

Contexto jurídico aparte, es muy divertido que el juez cierre el asunto con cuatro palabras, "He dicho, caso cerrado", que son las mismas que emplea siempre la jueza más carismática de Hispanoamérica, la genial Ana María Polo… ¿Hay un guiño ahí?:

 

Más allá de estas cuestiones, sí que hay que aplaudir que la producción se esmerase en otras cosas, como en pintar un furgón con los colores de los de la Policía Nacional española o en preparar varios trajes que recuerdan a los de la Guardia Civil:

También, por supuesto, en conseguir varias banderas de Islas Baleares, la autonomía a la que pertenece Palma de Mallorca:

Sin embargo, insisto en que lo de las transiciones me parece una auténtica chapuza. Lo del Congreso entra en el top dentro del apartado de cosas raras sobre España vistas en las telenovelas.