Descansa en paz, DELIA FIALLO

El 29 de junio fallecía Delia Fiallo, uno de los grandes nombres propios del género. La vida de esta incansable cubana se apagaba a pocos días de cumplir los 97 años en la ciudad de Coral Gables, Florida, donde residía desde hace décadas.


"A los 24 años ya tenía un doctorado en Filosofía y Letras y me había ganado un concurso muy importante en Cuba. Eso fue en el año 1948. Entonces estaba inmersa en la literatura. Como no podía dar clase en la universidad, porque era muy joven, me dedicaba a la publicidad, en Radio Progreso", explicó Delia en múltiples entrevistas, como esta del 2015 para Observador latino:


En Radio Progreso le propusieron hacer radionovelas, un género que al principio no le convencía. De él dio el paso a las telenovelas, apoyada por el director de Radio Progreso, Bernado Pascual, de quien se enamoró perdidamente. "Con él empecé a escribir también la telenovela de mi vida", señaló, con humor, en más de una ocasión.
Tras dos producciones en Cuba, Hasta que la muerte nos separe (1957) y Bajo el cielo de Argelia (1962), Delia Fiallo fichó por Venevisión y se fue a Venezuela. Allí escribió, en los 70 y 80, títulos como Esmeralda (1970-1971); Mariana de la noche (1975-1976); La heredera (1981-1982); Leonela (1983-1984) o Cristal (1985-1986). En los 90 se movió tanto por Venezuela como por Colombia y Perú para adaptar títulos suyos, como la nueva y peruana Leonela (1997-1998) o Kassandra (1992-1993), basada en Peregrina.
Retirada del género, seguía siendo una espectadora fiel y conocedora de la realidad en la que se movían las telenovelas. En 2018, exponía a la agencia EFE su parecer sobre las telenovelas que se estaban produciendo: "el contenido de la novela no es ni la droga, ni el sexo, ni la violencia, ni el espectáculo, son los sentimientos. Las telenovelas de ahora se han olvidado de los sentimientos", lamentaba. Para ella era, además, algo "totalmente negativo" que "los narcotraficantes se están convirtiendo en héroes en estas producciones que acaban llegando a las familias, a los hogares".


"Trataba de buscar un ángulo diferente a un mismo tema ya explotado. En el caso de Leonela, ya se habían escrito muchas novelas sobre violación, pero en la mía el protagonista era un muchacho bueno, que comete ese error alcoholizado, cuando ni tan siquiera bebía. Fue muy interesante no solo conocer las consecuencias del trágico hecho en la víctima, sino también en el victimario, en las familias, en la sociedad", relató sobre su forma de escribir acerca de temas tan delicados como este.
Delia Fiallo deja un legado compuesto por dieciséis telenovelas originales y casi ochenta versiones de sus obras, entre las adaptaciones hechas por ella misma y las que realizaron otros a partir de sus textos. A comienzos de siglo, Televisa adquirió los derechos de toda su producción, algo de lo que Delia Fiallo se arrepintió posteriormente. "Me pagaron muy bien por mis obras, pero muchas de ellas las engavetaron", recordaba hace tres años en el programa de radio Estereo Azul, con ejemplos como la Peregrina que produjo Televisa en el 2005, que, en sus palabras, "fue un fracaso total, porque fracasó lo principal: el libro. Toda la cosa del exotismo de los gitanos, la música que yo había documentado, la cultura gitana, los modismos, los bailes… Todo se perdió".


Reconozco que si hubo algo que siempre me encantó de esta mujer fue su sinceridad y su capacidad de ser crítica sobre cualquier tema, incluso sus propias obras. Por edad, me tocó conocer algunas de sus obras a través de versiones, como María Emilia querida o la Rosalinda de Televisa. Aunque muchos le hayan echado en cara una fórmula clásica, con tópicos como el de las violaciones, lo que está claro es que su fórmula funcionó y estoy seguro de que todavía puede funcionar. Algo me dice que no tardaremos en ver alguna nueva versión de clásicos de la Fiallo y que ella, allá donde esté, observará minuciosamente el trabajo que hayan hecho sobre sus guiones. Descansa en paz, Delia Fiallo.

Comentarios

Jucovi ha dicho que…
De las telenovelas basadas en sus historias mis favoritas fueron Te sigo amando y Luz María (también Pobre diabla, pero creo que no era original suya), me habría gustado ver Kassandra que mucha gente coincide en que es la mejor. Sus historias pueden seguir siendo adaptadas, pero tendrían que hacerlas de época como en Luz María o meter cambios que las modernicen como en Sin tu mirada, Leonela por ejemplo sería imposible hacerla hoy en día a no ser que conviertan al protagonista en el villano.