Hace unos días os conté que tuve que dejar de ver, por un tiempo, la segunda temporada de Enemigo íntimo y prometí una reflexión sobre la causa tan curiosa de ese parón, que no es otra que Netflix y su capacidad de hacer que alguien que no ha visto una telenovela acabe viéndola.
A mediados de diciembre, un par de días después de comenzar a ver la T2 de Enemigo íntimo me comenta mi hermana, que sí es usuaria de Netflix, que ha comenzado a ver la primera temporada Enemigo íntimo. Al parecer, la plataforma recomienda cosas en función de lo que hayas visto y mi hermana había visto unos días antes no sé si una película o una serie que hizo Fernanda Castillo antes de Enemigo íntimo. Basándose en el algoritmo de “si te ha gustado Fernanda Castillo, quizás quieras ver…” Netflix vende Enemigo íntimo como una serie, claro, que Telemundo también. Es discutible, yo ya sabéis que soy muy tradicional en ese sentido y que para mí una serie, en sentido estricto, no está concebida para su emisión diaria y si lo hace no es sino una telenovela, aunque haya quienes no toleren este término. En el curso de Narrativa Audiovisual que hice en 2019, profesionales del sector nos insistieron en esa idea, completada con que serie es aquella que tiene un máximo de 20 capítulos por temporada; el resto, aunque se estructuren en temporadas, son otras cosas.
Dejo el debate sobre terminología, que no es ni mucho menos el objeto de esta entrada, para volver al que sí lo es. Retomaré la segunda temporada de Enemigo íntimo en unos días, para verla al mismo tiempo que mi hermana y porque así me lo ha pedido, para ir comentándola. Más allá de este hecho, ¿no os parece brutal, impensable hace no muchos años, la forma que tienen Netflix y en general cualquier plataforma de mantener listas para ver en cualquier momento telenovelas con unos años, como Enemigo íntimo, o unas décadas, como Yo soy Betty, la fea? Suelo hablaros de guardianes del género, de aquellos canales que basan su programación en todo en parte en telenovelas, pero las plataformas tienen también lo suyo de guardianes, aunque sea más en el sentido de que almacenan y almacenan, como si de un buffet se tratase, productos que luego ofrecen al espectador. Es tremendo cómo han revolucionado la industria en apenas un lustro, año arriba, año abajo.
Como soy incapaz de estar sin ver una telenovela, decidí comenzar otra con trece años encima que me está fascinando y que no pude ver en su día. El miércoles os cuento cuál es y entre mañana y el jueves os contaré qué telenovelas quiero ver en 2021, seis más o menos actuales y tres que tienen ya unos años, además de la que veamos en común. Se viene un año muy interesante.
Comentarios
En Movistar está el señor de los cielos, señora acero, guerra de ídolos, y creo que enemigo intimo
Ya nos contarás, a ver si acierto.
Saludos
Bayron, me has dado una idea. Podríamos hacer algo en conjunto, un poco como la lista para ver y descargar telenovelas online que hicimos por el verano y que me consta que está siendo de gran utilidad, a mí el primero.
Steven... Ni confirmo ni desmiento ;)
Un saludo!