En el rodaje de una telenovela suceden muchas cosas que no están escritas en el guion. Todos hemos visto algún blooper
o toma falsa en el que a alguien se le cae algo al suelo, el rodaje se para y
se comienza a grabar una nueva toma. ¿Por qué no dejar que ese alguien recoja
del suelo lo que sea que se le acaba de caer e integrarlo, de forma natural, en
la escena? No sé, a todos se nos caen cosas en nuestro día a día y nadie nos
grita eso ¡Cooorten!... y vuelta a
empezar.
Creo,
y esto es cuestión de gustos, que se debería integrar lo que sucede en el
rodaje y que es ajeno al guion en el resultado final. Se gana en naturalidad y
se deja ver que los actores y actrices son un poco torpes, como cualquier ser
humano. Tengo un muy buen ejemplo de ello, uno de los pocos que recuerdo. Es de
uno de los primeros capítulos Cuando me
enamoro (Televisa, 2010-2011):
¡Menudo
golpe! Pobre de la cabeza de Silvia, a la que le ha dolido, sin duda alguna, el
coscorrón con el marco de la puerta del coche. Lo más normal hubiera sido que
parasen el rodaje y volvieran a repetir la escena, a ser posible sin un nuevo
golpe. Sin embargo, se integró algo tan externo al guion como semejante
castañazo y el resultado es de lo más natural que he visto nunca. Todos nos
hemos pegado algún golpe así alguna vez, con lo que el golpe acaba humanizando
al personaje y me atrevería a decir que a los personajes, ya que a José Ron se
le escapa una pequeña risa cuando ve la cara de Silvia tras lo sucedido.
Recuerdo
muy pocos casos de situaciones de este tipo, golpes, caídas y pequeños detalles
que surgen en el momento, que no vienen en el guion, pero que se integran
definitivamente en la escena final. En la propia Cuando me enamoro hay un resbalón del protagonista en un capítulo
de la segunda mitad. Más allá de esta telenovela, recuerdo que en Cuidado con el ángel al personaje de
Maya Mishalska se le caen las gafas mientras juega con ellas y se agacha a recogerlas.
Lo mismo le pasa en uno de los primeros capítulos de Sortilegio a María José, aunque con un bolso, en una de las
primeras cenas que comparte con Alejandro.
Los
personajes de las telenovelas son seres de carne y hueso, no tiene sentido perfectizarlos y ocultar estas
situaciones que escapan de lo que viene escrito y que los hacen mucho más
cercanos, con estas pequeñas tonterías que a todos nos pasan en nuestro día a
día. Es triste que los ejemplos que se me han ocurrido sean de telenovelas con
unos años encima, pero es lo que hay. Ojalá los directores se animen a dejar de
interrumpir las grabaciones cuando ocurre algo ajeno a lo que viene en los libretos
y nos regalen más momentos de cercanía humana a través de los personajes.
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