Esta entrada se la debéis a Aurora, que tras leer aquella entrada en la que os
hablé, a comienzos de año, de una misma casa reutilizada en Bella Calamidades y Bolívar, se puso en contacto conmigo para darme más datos de este
lugar que fui incapaz de situar en el mapa.
Pues
bien, gracias a Aurora, hoy puedo deciros que la casa de aquella entrada es, en
realidad, una hacienda de nombre Aposentos. Construida a finales del siglo
XVIII, hacia 1780, conserva su estética colonial, con una historia un tanto
curiosa detrás de ella, ya que fue obra de un arquitecto aficionado, fray
Domingo de Petrés. Fray Domingo era un capuchino natural de Petrés, un pueblo
situado en Valencia, que se encargó de diseñar y construir esta casa. No me
toméis a mal lo de arquitecto aficionado,
ya que tiene su explicación: el fray Domingo había estudiado algo de
arquitectura en España, pero su ingreso en la orden capuchina le llevó a abandonar
algo que le encantaba y en lo que siguió formándose, una vez salido a fraile,
de manera totalmente autodidacta. La historia, con más detalle, la recoge
Germán Tellez en
su interesantísimo libro Casa de
Hacienda: arquitectura en el campo colombiano, disponible de forma íntegra
en Google Books, por si queréis echarle un vistazo. De él he extraído,
justamente, la imagen que abre el artículo.
La
hacienda, que hoy es propiedad privada, fue uno de los lugares por los que pasó
el mismísimo Simón Bolívar en el desarrollo de su campaña libertadora. Es
curioso que en Bolívar
esta fuese la hacienda de Manuelita Sáenz y la ubicasen en Quito y no en
Colombia. Hubiera sido redondo que el Bolívar de la ficción también descansase
en esta hacienda, como hizo el Bolívar real.
Bella Calamidades y Bolívar
no fueron las únicas producciones que hicieron uso de esta hacienda; también se
rodaron en ella escenas de La Pola
(RCN 2010-2011) y películas como Nochebuena
(2008). Supongo que mantener un lugar como este no ha de ser precisamente
barato y que alquilarlo para rodajes debe reportar unos ingresos nada
desdeñables.
Por si os apetece echar cuentas de a cuánto debe ascender ese
mantenimiento, la hacienda tiene la friolera de 2.400 metros cuadrados
construidos y divididos en catorce habitaciones perfectamente amuebladas, y un
patio interior enorme, con un montón de jardines, como muestra la imagen superior, perteneciente al
blog Viajeros
del sur, cuyo administrador tuvo la suerte de recorrer, habitación a
habitación, la hacienda.
No
me digáis que no apetece ir a darse una vuelta por allí y respirar el aire puro
que ha de haber en un lugar como este, rodeado de campo y naturaleza. Podéis
contemplar la hacienda, a vista de dron, en este vídeo, en el que se muestran
algunos de los impresionantes parajes de Simijaca, el municipio del departamento
de Cundinamarca en el que se encuentra la hacienda:
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