Tenía que verla. Lo supe desde el momento en el que Telemundo anunció que produciría
con Argos esta telenovela, original de Perla Farías. En 2016 me cautivó con Bajo el mismo cielo y unos años antes,
en 2013, me lo pasé en grande con Marido en alquiler.
Saber
que Luis Ernesto Franco y Camila Sodi la protagonizarían fue otro aliciente
más. Un aliciente que se vio reforzado cuando se supo que en el elenco también
figurarían actores de la talla de Sergio Goyri, Eduardo Yáñez, Sonya Smith,
Álvaro Guerrero, Azela Robinson o Gabriela Roel.
Tras
su estreno en Estados Unidos, las buenas críticas y los comentarios tan
positivos que me llegaron de esta historia provocaron que aumentasen mis ganas
de verla. Me puse a ello en abril y la terminé tres meses más tarde. Aquí
comienza mi crítica de Falsa identidad.
[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes
pensado hacerlo, quizás no deberías
leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su
lectura después de haberla visto. De igual modo, advierto de que en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber
algún SPOILER].
SINOPSIS
Álamos,
Sonora. Diego Hidalgo (Luis Ernesto Franco) es un joven que trabaja para el
respetado capo Gavino Gaona (Sergio Goyri). Pese a que Diego mantiene una relación
con Circe (Samadhi Zendejas), la hija de Gavino, el muchacho no duda en serle
infiel con Silvia (Carla Giraldo), la mujer del capo. El descubrimiento de esa
relación clandestina hace que Gaona enfurezca y ordene a sus hombres matar a
Diego, que se refugia en la casa de su hermano Eliseo (Manuel Balbi), alcalde
de Álamos.
En
la misma ciudad, Isabel Fernández (Camila Sodi) recibe el alta tras pasar unos
días hospitalizada. Su marido Porfirio (Marcus Ornellas) le ha propinado una
paliza que la ha llevado a perder el bebé que esperaban y que habría sido el
tercer hijo de ambos. Cansada del maltrato de su marido, decide abandonar su
casa en compañía de sus hijos y acude a la casa del alcalde para pedir ayuda a
Zoraida (Rebeca Manrique), la ama de llaves y una mujer a la que quiere como si
fuera su madre.
Eliseo
decide ayudar tanto a Diego como a Isabel. La casualidad quiere que en Álamos
hayan muerto, víctimas de un asalto, los Guevara, un matrimonio estadounidense
que viajaba con su hijo. Con el apoyo de Salas (Álvaro Guerrero), su jefe de
seguridad, Eliseo consigue que Diego e Isabel y el hijo de ella puedan huir de
Álamos como Emiliano, Camila y Max Guevara. Asumir esta falsa identidad les
permitirá emprender una nueva vida lejos de Sonora y enamorarse. Sin embargo,
ni Gavino ni Circe les pondrán las cosas fáciles.
DATOS Y TRÁILER
México.
Telemundo y Argos, 2018.
91
capítulos.
PRODUCTORES
EJECUTIVOS: Iván Aranda y
David Posada.
GUION: Perla Farías, Sergio Mendoza,
Basilio Álvarez, Verónica Suárez, Neida Padilla, Iralyn Valera y Viviane
Cárdenas.
DIRECCIÓN: Conrado Martínez, Diego Muñoz y
Jorge Ríos.
Emitida
en Estados Unidos entre el 11 de septiembre de 2018 y el 21 de enero de 2019.
Luis
Ernesto Franco y Camila Sodi son Diego Hidalgo e Isabel Fernández, los
protagonistas de esta historia. Me gusta la pareja que hacen, con abundante
química. Por separado, Luis Ernesto se luce con un personaje humano, justo y
leal. Un personaje con el que se le ve muy cómodo, que lleva sin ningún
problema y que al igual que Isabel sufre una interesante evolución a lo largo
de los capítulos. Camila hace una Isabel muy natural y aunque hay ciertas
decisiones del personaje que no comparto, entiendo las razones que Camila dio
en distintas entrevistas para que Isabel actúe como actúa en determinados
momentos. En cualquier caso, Isabel es un personaje mucho más maduro y también
con más matices que los que venía haciendo Camila, lo que sin duda, como
actriz, habrá disfrutado.
Samadhi
Zendejas cierra el triángulo principal como Circe, una mujer obsesionada con
Diego. Ojo a Samadhi, que ha demostrado que podemos estar ante una de las
grandes villanas del género en los años venideros. Magnífico trabajo, pese a lo
complejo que es el personaje, una villana temible que también tiene sus
debilidades y temores. A su alrededor se encuentran otros tres personajes muy
interesantes. Uno es Gavino, su padre, un poderoso capo que siempre ha soñado con
enseñar a un hijo varón cómo funciona su negocio. Sin embargo, ese hijo varón
no existe y Circe paga duramente por ello. Hay palabras de Gavino hacia su hija
que ponen los pelos de punta. Sergio Goyri interpreta a este hombre tan cruel,
un villano de los de la antigua escuela, capaz de todo por mantener el control
de su negocio.
Samadhi Zendejas interpreta a Circe |
Aunque
Gavino no tiene hijos varones, sí cuenta con un trabajador, Joselito, al que
aprecia y que además está enamorado de Circe, aunque ella de él, no. Uriel del
Toro da vida a este hombre, al que el rechazo de Circe y las ansias de poder le
hacen enloquecer, pero que como casi todos los personajes también tiene su lado
humano, que muestra cuando, por ejemplo, sabe que Circe corre peligro. Muy buen
trabajo el de Uriel, que me ha sorprendido, pues ha evolucionado muchísimo
desde que lo conocí en La
impostora. El tercero de los personajes del entorno más cercano de
Circe es Felipa, la nana de Circe, una mujer de ascendencia indígena, hechicera
y con un fuerte carácter, que prepara a su ‘niña’ para tomar el control del
cártel. Gabriela Roel está espectacular interpretando a esta mujer e impresiona
con algunos de los rituales y proclamas que su personaje lleva a cabo en la
telenovela.
Volviendo
a los protagonistas, tanto Diego como Isabel cuentan con distintos personajes
en su entorno. Diego tiene a su madre, Fernanda, una mujer que cometió un gran
error al casarse con Augusto tras enviudar del padre de Diego, algo que la
alejó de su hijo. Sonya Smith y Alejandro Camacho interpretan a ese matrimonio
que hace aguas y cuya ruptura permite que Fernanda se libere y vuelva a tener
relación con su hijo. Siempre es un placer disfrutar de Sonya Smith, que una
vez más demuestra por qué es una de las grandes actrices y también de las más
versátiles del género, con un personaje que es todo ternura, pese a los errores
que cometió por la influencia de Augusto. Alejandro Camacho arma unas cuantas
trastadas en la piel de este tipo sin escrúpulos, colaborador de Gavino, que se
mueve únicamente por el dinero y el interés. Gran trabajo el de Alejandro, al
que también siempre da gusto ver.
Sonya Smith da vida a Fernanda |
En el cambio de Fernanda tras divorciarse
tiene mucho que ver Ignacio Salas, el jefe de seguridad de su familia y un
eterno enamorado de ella. Álvaro Guerrero da vida a este hombre, uno de los
personajes más honestos de la historia, uno de los que más me ha gustado y que está
hecho a la medida de Fernanda. Además de todo esto, la complicidad de Sonya y
Álvaro, otro grandísimo actor, es tremenda.
Diego
cuenta también con dos apoyos, sus dos grandes amigos, Deivid (Pepe Gámez) y
Chucho (Toño Valdés). Me encantan ambos personajes y cómo pese a lo diferentes
que son, Deivid, Diego y Chucho forman un grupo de amigos increíble. Muy bien
Pepe, quien ha mejorado mucho desde que lo conocí en Pasión prohibida, y Toño, que saca muy buen partido a la inocencia
de Chucho, un personaje muy interesante que permite al espectador conocer
ciertos aspectos de los guacholes, la comunidad indígena de la que procede.
Isabel,
por su parte, tiene en su círculo más cercano a Porfirio Corona, su marido, un
excantante alcohólico que la maltrata y la lleva a tomar la decisión de
abandonarlo para protegerse a sí misma y a sus hijos. Marcus Ornellas se mete
en la piel de este hombre. Me costó comprender a Porfirio, pero creo que lo
conseguí, especialmente a partir de la segunda mitad de la telenovela. Es un
maltratador, sí, pero es que todo por lo que pasó siendo niño lo llevó a ser un
tipo despreciable. Sin embargo, es la propia vida la que le hace ver sus
errores y arrepentirse. Aunque al principio es difícil que Porfirio te caiga
bien, al final hasta se le coge cierto cariño. Excelente el trabajo de Marcus,
al que poco a poco le van cayendo personajes de peso como este o su protagónico
en La taxista. Porfirio es hijo de
Mateo, el jefe de la policía de Alamos, un hombre con dos caras: la pública, la
de un policía intachable, y la privada, la de un misógino que trafica con
mujeres, aliado con el narcotráfico.
Eduardo Yáñez interpreta a Mateo |
El gran Eduardo Yáñez da un giro de ciento
ochenta grados con este personaje, muy diferente a los que había hecho en telenovelas
anteriores. No tengo adjetivos para definir el trabajo tan magnífico que se
marca Eduardo en esta telenovela. Es simplemente sublime.
La
familia Corona Fernández tiene dos hijos: Amanda y Ricardo. Barbie Casillas y
Checo Perezcuadra interpretan a estos dos niños, que a diferencia de lo que
suele ser habitual en el género, tienen bastante peso en lo que a tramas se
refiere. No son personajes relleno, como ocurre con muchos niños en las
telenovelas. Me han gustado mucho los dos.
Sin
dejar a Isabel, en su entorno se encuentran otros personajes, como Zoraida
(Rebeca Manríquez), su amiga, casi madre y ama de llaves de la casa de
Fernanda. Aunque a nivel argumental pudo dar más juego, Zoraida es otro
personaje de esos que despiertan ternura. Zoraida es la tía de Marlene
(Geraldine Bazán), la mejor amiga de Isabel desde el colegio. Marlene es otro
personajazo, la amiga ideal. Lo mismo se puede decir de Diana (Claudia Zepeda),
la hermana de Marlene. Las tres –Geraldine, Rebeca y Claudia– están estupendas
y la química que tienen hace que realmente parezcan tía y sobrinas, o hermanas,
en el caso de Geraldine y Claudia. Gimena Gómez, como Nuria; Vanesa Restrepo,
como Paloma, y Juliette Pardau, como Gaby, completan el círculo de amistades de
Isabel. Tres mujeres muy distintas, que junto a Marlene e Isabel forman un
grupo muy interesante, en el que se habla de muchas cosas y ocurren otras
tantas, con el Babel como nexo de unión entre ellas. A la única que no conocía
era a Gimena, que ha llevado a Nuria de una forma espectacular. Muy buen
trabajo también el de Vanesa y el de Juliette, que además mantienen sus acentos
originales ya que interpretan, respectivamente, a una colombiana y a una
venezolana.
Martijn Kuiper es Jim |
Relacionándose
tanto con Isabel como con otros personajes, como Gavino o Circe, aparecen Jim
(Martijn Kuiper) y Ramona (Azela Robinson), los responsables de Babel, un club
que da mucho juego en la historia. Jim es un tipazo y Martijn está
espectacular. Jim es el jefe o el amigo que todos querríamos tener. Distinta es
Ramona, más severa, y a diferencia de Jim, amante de lo ilegal. Azela es una de
las grandes del género y una vez más lo vuelve a demostrar. Está soberbia y se
le nota que disfrutó, y mucho, dando vida a esta mujer.
El
reparto de Falsa identidad se
completa con una serie de actores que realizan participaciones especiales.
Quiero destacar el trabajo de tres de ellos: Manuel Balbi, como Eliseo, el
hermano del protagonista y artífice de ese plan del que surge la falsa
identidad; Mariana Junco, que interpreta a Margot, la tía del hombre cuya
identidad asume Diego, y Jean Paul Leroux, que llega en la recta final para dar
vida a Alex, un narcotraficante un tanto peculiar.
[PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2]
TRAMAS
Es
habitual encontrarse en internet con páginas que hablan de esta historia tildándola
de narconovela. Eso es porque no la han visto, porque es todo lo contrario. Falsa identidad es una telenovela con
una base clásica, la de un amor casi imposible, que surge en medio de una
situación adversa para los protagonistas y que se va desarrollando a lo largo
de la historia, lógicamente, con distintos obstáculos por parte de los
villanos. Que estos se dediquen al narcotráfico no quiere decir que sea una
narconovela.
Quizás hubiera sido más tradicional que fuesen los caciques de un
pueblo o los dueños de una empresa foco de corrupción, al estilo de lo que
sucedía en San Pedro del Oro en La
Patrona. Pero no, son narcotraficantes que trafican con droga, con
mujeres, con armas y con lo que surja. La base tradicional, ese trasfondo
romántico, que tiene esta telenovela es llevada así a la realidad social de
México, con el narcotráfico o la trata como algunos de los temas que se abordan
a partir de esos villanos a los que hacía referencia.
Sergio Goyri es el temible capo Gavino Gaona |
La
historia cuenta con un espectro argumental muy amplio, en el que tienen cabida
distintos romances, más allá del de Isabel y Diego, entorpecido por Circe,
Gavino, Joselito, Porfirio y Mateo. Es
en las tramas sentimentales donde se ve la base clásica de la historia, pero
también alguna que otra novedad, impensable en una telenovela de hace veinte
años. Ahí tenéis a Isabel, la protagonista, madre de dos hijos, que huye de un
marido que la maltrata; o a Chucho y Diana, cuya relación invierte el tópico
del romance entre la joven indígena enamorada de un joven con buena posición
–aquí es al revés– ; o la relación que surge entre Fernanda y Salas, tras años
de conocerse, y que muestra un amor maduro y sereno, entre una mujer viuda y
posteriormente divorciada, algo poco común en las telenovelas de hace unas
décadas.
Ese
esquema de romance entorpecido por los villanos también presenta novedades en
lo que a estos últimos se refiere. Todos ellos están muy humanizados y es
frecuente verlos actuar siguiendo la razón. Circe parece el prototipo de
villana obsesionada por el galán, pero dentro esa obsesión tiene momentos en
los que se para a pensar, en los que reflexiona sobre sus acciones y su vida.
Lo mismo le pasa a Joselito, el eterno enamorado de Circe, o a Porfirio, que
muestra cómo las personas pueden cambiar y que a veces lo que vivimos de niños
nos marca tanto que es imposible deshacernos del pasado. Quizás el villano más
plano sea Gavino, aunque a estratega no lo gana nadie. En ellos y también en
Mateo y Augusto recae la misión típica del villano de telenovelas: impedir que
los protagonistas sean felices. Las traiciones y los dimes y diretes que los
unos mantienen con los otros también tienen alguna que otra novedad. Por
ejemplo, es espeluznante la forma en la que Circe ‘castiga’ a Joselito después
de que él la tuviese retenida durante unos días en su casa. Yo nunca lo había
visto en una telenovela.
Circe amenaza a Diego con matarlo al sentirse traicionada |
Junto
a esta base clásica de protagonistas luchando por su amor y villanos dando
lata, la telenovela tiene una serie de tramas para todos los gustos. Hay
romances, como esos de los que os hablaba hace unas líneas, clásicos, pero con pequeñas
novedades. También hay romances clásicos y muy trágicos, como el de Jim y su
primera esposa, que es precioso; y romances más actuales, como los que unen a
Gabriela y Deivid o los que van surgiendo en la recta final de la telenovela.
En
Falsa identidad hay espacio, además, para
algo que se ve mucho en las telenovelas de Telemundo: la denuncia social. Se
habla de la trata de mujeres, de cómo se captan y de las condiciones en las que
las tienen proxenetas como Ramona; hay una interesante muestra de feminismo,
con ese cártel de solo mujeres que arma Circe, y en el que se reflexionan sobre
asuntos muy interesantes, como las desigualdades entre el hombre y la mujer, y
hay también críticas a Venezuela y la situación que atraviesa el país, a través
de Gabriela, que habla de la escasez de medicamentos, de las muertes que se
producen en la calle y del deseo de muchos venezolanos de volver a ver su país
como la potencia que fue. También con cierto componente social, la telenovela
aborda los peligros de las drogas mediante Nuria. Ella y su madre hacen posible
que se toque el tema de los trastornos alimenticios, con dos caras muy
distintas de un problema que les afecta a ambas. Son solo algunos ejemplos,
porque haber hay muchos más, con temas como el bullying que pueden sufrir los niños enfermos de cáncer en el
colegio a través del amigo de Amanda, la discriminación racial que se critica
mediante Chucho, o la violencia doméstica, con Isabel como víctima del maltrato
de su marido. Respecto de esto último, aunque Porfirio cambia, tengo dudas
sobre lo positivo o no que pueda ser la relación de amistad que mantiene con
Isabel en la segunda mitad de la telenovela. Supongo que al final el mensaje va
más allá del maltrato y se centra en las segundas oportunidades y el perdón,
aunque no lo acabo de compartir. De todas formas, no hay que olvidar que esto
es ficción y que los mensajes están bien, pero que no dejan de ser eso,
mensajes.
Diego e Isabel, abrazados en una escena |
Todas
las tramas de la telenovela tienen un muy buen ritmo. Sí que es cierto que el
ritmo decae un poco entre los capítulos 75 y 80 en lo que a la trama principal
se refiere, pero rápidamente se recupera. En ese sentido es una historia que
engancha y que te pide un capítulo tras otro. Llevaba un tiempo sin toparme con
una telenovela que me atrapase de esa forma. Los acontecimientos siguen su
curso hasta llegar a un final más cerrado que abierto, pero que parece ser que
es más abierto que cerrado, ya que la historia termina con un “Continuará…” y
Telemundo anunció en los Upfronts de
mayo una segunda temporada, previsiblemente, para 2020. ¿Es necesaria? Creo
que no. Os decía que es un final más cerrado que abierto, porque así es. En los
últimos capítulos se cierra el 90 o 95 por ciento de las tramas, dejando por
ahí un par de hilos de los que tirar en una eventual continuación. La impresión
que te deja el final es que lo importante ya está contado y que en una segunda
temporada existe el riesgo de, o volver atrás, argumentalmente hablando, o que
la historia se vaya por los cerros de Úbeda. Tengo mucha confianza en Perla
Farías y su equipo, pero pretender una segunda temporada de Falsa identidad me parece, en principio,
tan fuera de lugar como si me dijesen que van a hacer una continuación de Bajo el mismo cielo. Ojalá me equivoque
y en un año o año y pico me tengáis aquí hablando de lo enganchado que me tiene
la segunda temporada de esta telenovela.
Si
esperabais que terminase este apartado comentando cosas que no cuadran en las
tramas de la telenovela, siento deciros que no lo voy a hacer, porque no hay
nada que comentar. Pese al abanico argumental tan amplio que tiene, todo
encaja, todo cuadra. No hay, o al menos yo no encontré, ningún cabo suelto.
Pocas veces pasa esto, así que… Chapeau!
[TRAMAS:
4,7/5]
MÁS COSAS
La
realización es de sobresaliente, con muchos exteriores, tanto en Álamos como en
la Ciudad de México, y algunos decorados bastante bien construidos, como la
casa de Isabel y Diego en el DF, que no es tan pequeña como nos la presentan en
los primeros capítulos, viendo la de gente que termina alojándose en ella. Esta
puede que sea la única vivienda recreada con decorados, porque otras como la
mansión de los Hidalgo en Álamos o el apartamento de Marlene en el DF son casas
reales, cuyo interior se usó para el rodaje. Sin dejar los decorados, me gustó
mucho también el del Babel, al que hace unos días dediqué un Lugares de telenovelas.
Si
la realización es de sobresaliente, la dirección no se queda atrás. Tampoco los
efectos especiales o la iluminación. Desconozco que presupuesto manejaban, pero
Falsa identidad no tiene nada que
envidiar en estos aspectos a las dos últimas temporadas de El Señor de los Cielos.
Me
gustó mucho la musicalización de esta historia. Desde el tema de entrada, Mi destino, interpretado por Josephine
Phoenix, hasta soundtracks como el
que da ambiente a los momentos románticos de Isabel y Diego. Respecto del
primero, me incluyo entre los miles de espectadores de la telenovela que
esperamos por una versión extendida o algo, más allá de ese minuto y pico que
dura el tema que se escucha en la entrada y que os dejo por aquí:
Normalmente
no me meto con el vestuario, pero aquí tengo que criticar lo poco que han
aprovechado el renacer de Isabel junto a Diego para cambiarle el vestuario. Con
la percha que tiene Camila Sodi, da pena verla con camisas que le llegan hasta
la rodilla o pantalones vaqueros que le quedan muy holgados. Con el vestuario
del resto de personajes, más o menos han acertado, pero es que lo de Isabel es
llamativo. Vale que es una mujer maltratada y entregada a su familia, pero ya
que vuelve a creer en el amor y se libera gracias a Diego, un cambio en el
vestuario, paralelo al cambio del personaje, no hubiera estado mal.
Una
vez más, concluyo lamentando algo que no me gusta: la censura de palabras
malsonantes. Insisto en lo irrespetuoso que es esto de silenciar palabras como pendejo, pinche o cabrón para el
trabajo de guionistas y actores, pero parece ser que en Telemundo no acaban de
darse cuenta de ello. Ojo, que si la veis por Netflix no vais a tener este
problema. Mientras, los que no tenemos Netflix seguiremos esperando que llegue
el día en el que poder regocijarnos escuchando palabrotas en una telenovela de
Telemundo.
[MÁS
COSAS 2,5/3]
Si
buscáis una telenovela clásica, pero con aspectos en personajes y tramas que la
acerquen a nuestros días, Falsa identidad
os gustará. Con un ritmo narrativo excelente, sus 91 capítulos se disfrutan
muchísimo. Ello es posible gracias a un guion redondo, a unos personajes muy
humanos, y a un elenco soberbio, en el que nadie desentona. Habrá que ver qué
pasa con esa segunda temporada, que veré, aunque en principio se me haga
innecesaria.
PUNTUACIÓN FINAL: 9,2
Comentarios
Ximena
Montón de actores y actrices conocidos, un placer debe ser verlos.
Por cierto me he hinchado a buscar por youtube la venganza de Circe a Joselito, he llegado al 'ojo de la nana' pero no hay manera...grrr esto no se hace..jaja 😂
Saluditos
@Ximena... El cambio de registro de Eduardo Yáñez es espectacular. Para mí este personaje marca un antes y un después en su carrera en televisión. Y en la T2 parece que va a tener aún más peso en la historia.
@Tessa... Es una telenovela que se disfruta mucho. Mira que he intentado buscar la escena del castigo de Circe a Joselito, pero no pude dar con ella. En esa escena básicamente Joselito sufre un castigo desgarrador, un auténtico palo que le llega a lo más profundo de su ser. Me he puesto poético para poner bonito un castigo que es muy cruel, pero creo que se entiende, ¿no? :P
Un saludo!
Salu2