Cuatro años después de haberlo intentado, sin éxito, con Valientes, Cuatro volvió a
contar en su parrilla con una versión de otra telenovela argentina: Ciega a citas (Rosstoc y Dori Media,
para TV Pública Argentina, 2009-2010).
El
proyecto, desarrollado por Mediaset España en colaboración con Big Bang Media,
arrancó grabaciones a finales de 2013 y se estrenó de manera simultánea en Cuatro y FDF
el 10 de marzo de 2014 a las 15:45 horas. Arrancó muy bien, con casi un millón de
espectadores y un 7,6% de cuota de pantalla en Cuatro, el canal en el que
continuó a partir de aquel primer capítulo compartido. Seis meses después, el
26 de septiembre, Ciega a citas terminaba y lo hacía como Dios manda, con un
final cerrado, sin prisas, sin recortes, sin alargues, sin cancelaciones. Acabó
como debe acabar una telenovela, con los capítulos que inicialmente habían
previsto para ella. El verano no le sentó bien en términos de audiencias, pero
aun así, se despidió con una media global de casi 800.000
espectadores y un 6,2% de cuota, muy en la línea de la media del canal. Un dato
que estoy seguro que no disgustaría a los actuales directivos del canal, cuyos
programas a duras penas superan el 6% de share.
Ciega a citas puede presumir así de ser el único de
los remakes de telenovelas argentinas
llevados a cabo en España que logró ser emitido sin tijeretazos, como le
sucediese a Lalola en Antena 3 o cancelaciones exprés, como la que le tocó a
Somos cómplices en Antena 3, o a Los exitosos Pells, en Cuatro.
Teresa
Hurtado de Ory y Alex Gadea fueron los protagonistas de este remake, con Octavi Pujades como villano.
Tres caras conocidas, habituales en las telenovelas españolas, que fueron, sin
duda, un aliciente para que el público se enganchase a la peculiar búsqueda de
Lucía para encontrar un novio que la acompañe a la boda de su hermana tras
escuchar a esta y a la madre de ambas apostar que Lucía acudirá al enlace de
negro, gorda y sola.
En
el elenco figuraban también grandes actores de cine y televisión, como Elena
Irureta, Joaquín Climent y Luis Fernando Alvés.
Recuerdo
haber visto los dos primeros capítulos y me gustó. Una historia ágil, con
pequeños toques de humor y una protagonista muy peculiar, igual que su madre. Si
no seguí con ella fue por dos cosas: en horario me coincidía con Zapeando y sí, viendo lo que me había
pasado con Los exitosos Pells, temía
que en cualquier momento la cancelasen o que la metiesen de relleno en
cualquier otra franja si los datos de audiencia no eran los esperados.
Ciega a citas no solo tiene el honor de haber sido
una de las pocas telenovelas españolas que se realizó conforme a lo planteado
en un principio, sino que además logró algo que pocas consiguen: ser vendida y
emitida fuera de España. A comienzos de 2015 MundoFox se hizo con los derechos
de la telenovela y la estrenó
el 1 de junio para toda Hispanoamérica. El año pasado la telenovela se incorporaba
al catálogo del operador venezolano IVC.
Teniendo
en cuenta la grave crisis de audiencia que atraviesa Cuatro, que pasó de ser el
mejor canal de la televisión española en abierto a un Telecinco 2, quizás no
sería mala idea retomar la senda que abrió Ciega
a citas. Apostar por ficciones propias con capítulos para cinco, seis o
siete meses. Versiones u originales que bien promocionadas pueden arañar unos
cuantos espectadores a las telenovelas de Antena 3 y La 1. No entiendo que aún
no lo hayan vuelto a intentar.
A modo de curiosidad, Televisa se encuentra en pleno rodaje de su versión de la original argentina, con Sofía Garza y Gonzalo Peña como protagonistas, acompañados de Victoria Ruffo, Arturo Peniche y Juan Ferrara. No sé si para diferenciarse de la española o por otro motivo, la versión de Televisa se llamará Cita a ciegas, desapareciendo así el juego de palabras del título que mantenían la original y el remake español.
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