CRÍTICA: "El amor no tiene receta" (Televisa, 2023-2024)

 

Con lo mucho que disfruté de El amor invencible en el verano de 2023, tenía muy claro que quería ver El amor no tiene receta en el del 2024. Me puse a ello el 30 de junio y la terminé el 16 de septiembre. Os cuento qué me pareció en esta crítica, aunque ya os digo que no tengo nada malo que reseñar sobre esta telenovela, una de las pocas originales producidas en México este año. 

¡ATENCIÓN! Esta crítica y sus comentarios pueden contener spoilers. Si no has visto la telenovela pero prevés hacerlo, te recomiendo que leas esta crítica una vez la veas.

México, 2018. Esteban Villa de Cortés (Daniel Elbittar) pasa unos días de vacaciones con su esposa y sus hijos en el mar. La que parece casi su segunda luna de miel se ve truncada por la misteriosa muerte de Berenice (Sabrina Seara), que deja devastada a la familia.
Paralelamente, en un barrio humilde de la Ciudad de México, Paz Roble (Claudia Martín) se pone de parto tras recibir un golpe de unos maleantes con los que su marido Fermín (Hugo Catalán) tiene deudas. Es así como viene al mundo María, una hermosa niña.
En otro punto de la ciudad, la millonaria Ginebra Nicoliti (Altair Jarabo) da a luz a un bebé muerto, que es su esperanza para heredar la fortuna de su esposo. Decidida a mantener a su esposo a su lado, Ginebra acude a un hospital, donde se encuentra con Fermín, que le vende a su propia hija.
Seis años después, la vida de Paz transcurre entre los fogones de su restaurante y el anhelo incumplido de reencontrarse con su hija. Divorciada de Fermín, no ha vuelto a creer en el amor. Un día, cerca de su restaurante se estropea el coche de Esteban. Él, que tampoco ha querido volver a compartir su vida con nadie, no tarda en fijarse en Paz, en un flechazo mutuo que da pie a una bonita historia de amor. Lo que ninguno de los dos imagina es que Ginebra está muy cerca de ambos, ya que forman parte de su maquiavélico plan para vengarse de los Villa de Cortés, una familia a la que se encuentra muy vinculada.

 
·Televisa. México, 2023-2024
·95 capítulos
·PRODUCTOR EJECUTIVO: Juan Osorio
·GUION: Pablo Ferrer García-Travesí, Santiago Pineda Aliseda, Hugo Moreno Cano, Martha Jurado, Marisela Rodríguez, Juan Osorio, Claudia Vázquez, Lilian Gatica y Eduardo Rubio
·DIRECCIÓN: Eric Morales, Bonnie Cartas y Carlos Alcázar
·Emitida en México entre el 19 de febrero y el 28 de junio de 2024·

PERSONAJES Y ACTUACIONES:
Claudia Martín y Daniel Elbittar encabezan el elenco de esta historia convertidos en Paz y Esteban, dos personajes a los que no se les tarda en tomar cariño. Paz es una mujer con un optimismo impresionante, pese a todo lo que ha vivido. No se queda atrás Esteban. Son tal para cual y no es de extrañar que se enamoren en cuanto se conocen. La química de Claudia y Daniel es extraordinaria y es una gozada verlos en acción. De hecho, los #pazteban son, para mí, una de las mejores parejas del género de los últimos años. Ojalá vuelvan a trabajar juntos en un futuro.

Claudia Martín, Daniel Elbittar y Altair Jarabo, en una imagen promocional

Altair Jarabo completa el triángulo principal como Ginebra. Después de muchos años haciendo villanas, a Altaor le llega una villana impresionante, potente, que ejemplifica el mal puro y duro, sin matices, sin contraluces. Se nota que la disfruta y se nota que aprovechó a tope esta experiencia que la coloca en el Olimpo de las villanas actuales.
El elenco de El amor no tiene receta se articula a partir de las familias de los protagonistas. Por parte de Esteban está Elvira, su suegra, una mujer elitista y soberbia magistralmente interpretada por Azela Robinson. Muy cerca de ella se encuentra Raúl Coronado, que da vida a Fobo, su guardaespaldas, un hombre mucho más joven que ella que la llevará a descubrir la vida desde otras perspectivas.
Esteban es el padre de Gala, Bosco y Eder. Isabella Tena, Jaime Maqueo y Sebastián Guevara interpretan a estos jóvenes con personalidades muy distintas, pero que, como buenos hermanos, permanecen en todo momento unidos.

Esteban y sus tres hijos

En el entorno del protagonista también se halla Kenzo, su mejor amigo, un peruano afincado en México al que da vida Nicola Porcella, toda una sorpresa, ya que no lo conocía y me ha gustado mucho. Avanzada la historia, a la mansión familiar llegan Porfirio y Humberto, el padre y el primo de Esteban, dos personajes estupendos con los que brillan Juan Carlos Barreto y Jesús Moré.
La familia de Paz, por su parte, se halla encabezada por Beatriz Moreno, que interpreta a doña Lupe. Me agradó reencontrarme con ella después de la saga Vencer y comprobar que vuelven a darle personajes con recorrido a esta primera actriz. Doña Lupe es la madre de Paz y también de Mireya, su primera hija, de la que se ocupa Luz Ramos, con la que no coincidía desde Caer en tentación. Se lleva un personaje hecho a su medida, no me imagino a nadie más en la piel de esta aguerrida mujer, que tiene una particular relación con Mauro, el hermano de Ginebra, otro personajazo con el que se luce Tiago Correa, otro de los descubrimientos que me deja esta historia.

Los Roble, con María y Cobija

Los Roble no serían los Roble sin Fermín, el exmarido de Paz, interpretado por Hugo Catalán, un personaje al que es imposible no tomarle cariño, pese a los errores que cometió en el pasado. Gran trabajo el de Hugo. Su química es tremenda con Salomón y Pedro Pablo, los sobrinos de Paz, interpretados por Emilio Caballero y Santiago Emilio, dos jóvenes que prometen, como también lo hace Mía Fabri, que se convierte en María, la hija de Paz robada por Ginebra. Si ya era carismática en Vencer el desamor, ahora lo es aún más y se marca unas escenas impresionantes con Claudia, con Altair y con Hugo.
Completan el elenco varios personajes que interactúan con unos y otros. Es el caso de Nandy, la tercera hermana Roble, un personaje tan complejo como real, interpretado por Coco Máxima, otro descubrimiento. También me ha gustado mucho el buen hacer de Liz Gallardo como Felipa, la exmujer de Kenzo, y de Regina Villaverde, como Gema, la exnovia de Salomón. En cambio, he visto muy encorsetado a Andrés Vázquez, que da vida a Jero, el hijo mayor de Kenzo. Lo mismo cabe decir de Antonia Mayer, que interpreta a Giovanna, una amiga de Gala que tiene más sombras que luces.
PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2

TRAMAS:
El amor no tiene receta es una telenovela clásica traída a los tiempos contemporáneos, en lo que radica buena parte de su éxito.

 

Lo clásico se ve en la pareja protagonista, entre la que se teje una historia de amor sólida, libre de dudas y engaños. Llevaba mucho tiempo sin encontrarme con una pareja como Paz y Esteban, que son intocables a nivel de guion, ya que por encima de ellos está ese vínculo que nace ya en los primeros capítulos. Me ha encantado tener dos protagonistas que se aman sin dudas, con alegrías y sufrimientos, pero siempre con el espíritu de remar a una que debe guiar a cualquier pareja, en la ficción y en la realidad. 

Mauro y Ginebra son cómplices en multitud de planes

Lo clásico se observa también en Ginebra, una villana de las de antes, que ejemplifica el mal en mayúsculas, y que no es en absoluto humana pese a que tenga un pasado con el que otros guiones se habrían permitido humanizarla. Aun así, en Ginebra ya se adivina esa actualización de la fórmula clásica a nuestros días: Ginebra no intenta embarazarse del galán para retenerlo a su lado, sino que lo espía con chips subcutáneos. Tampoco usa dimes y diretes para engañarlo, sino que se vale de la IA y de todo un amplio abanico de productos químicos. Porque sí, Ginebra es química y muy tecnológica. Su mano derecha, Mauro, sí que es más humano que ella, lo que lo hace más débil y le lleva a enamorarse de Mireya, la hermana de Paz, en una de las tramas más complejas de la historia.

Kenzo y Nandy protagonizan otra bonita historia de amor

La actualización de lo clásico se observa también en muchas otras tramas. Quizás la más evidente sea la historia de amor que surge entre Kenzo y Nandy, una historia de amor que perfectamente podría haberse dado en cualquier otra telenovela, pero que aquí adquiere mérito al ser Nandy una mujer trans. Me parece muy interesante que esa circunstancia permita plantear cuestiones del día a día de las personas trans, como las discriminaciones cotidianas que sufren al ir a un aseo público, las dificultades que hallan para encontrar trabajo o su corta esperanza de vida, cifrada en México en apenas unos treinta y algo años. Son realidades, cada vez menos nuevas, a las que las telenovelas no deberían tener miedo.

Salomón y Gala viven un romance juvenil

La telenovela tiene también un interesante entramado juvenil, que permite unir a los hijos de Esteban con los sobrinos de Paz. Quizás dentro de él lo más interesante sea la historia de amor entre Gala y Salomón, muy clásica, en el sentido de que es la historia de la rica y el pobre, pero enriquecida con dosis de contemporaneidad, como la bulimia que afecta a Gala o su adicción a las redes sociales. También tiene su punto la relación entre Bosco y Pedro Pablo, aunque peca de prudente, al no hablar abiertamente de la homsexualidad de Pedro Pablo, pese a que él la reconoce, y de la posible homosexualidad de Bosco. Podría haber dado más juego y enriquecido aún más el entramado.
Sin dejar el amor, la historia apuesta también por el amor más maduro, de la mano de doña Lupe y Porfirio, en una buena muestra de cómo el amor no tiene edad y puede aparecer en cualquier momento. Poquito a poco vamos viendo cada vez más historias de este tipo. Otra relación muy interesante es la que empiezan Elvira y Fobo, su guardaespaldas, con la diferencia de edad en contra de ella haciéndoles sombra.

Esteban sufre varios atentados a lo largo de la historia

Pese a que, por lo que os estoy contando pueda parecer que en esta telenovela hay mucho amor, la realidad es que la violencia se le pone al tú por tú en muchas ocasiones, con tramas que impresionan. Son necesarias, sí. Igual que lo es el aviso de final de que ningún niño o adolescente ha sufrido ningún daño durante el rodaje (lo ponen con otras palabras, pero la idea es la misma). Dentro de esa vertiente más violenta, impresionan las ocasiones en la que Esteban está al borde de la muerte y que dejan a Paz y al espectador con el corazón en un puño. También, como parte positiva, se agradece la redención de algún que otro personaje como Fermín, aunque en su caso esa redención llegue tarde.
El ritmo de la telenovela es brutal, con capítulos en los que siempre pasa algo y que te dejan enganchadísimo. A principios de septiembre estuve de vacaciones en el extranjero y por las noches no salía del hotel y me quedaba viendo capítulos, porque quería desconectar de todo, pero no de mi telenovela. Quizás la perjudique un poco un pequeño alargue que tuvo hacia el final, por el que le dieron no sé si cinco o diez capítulos más. Se nota que tenían muy controlado el arco argumental y su extensión y que ese cambio obligó a añadir cosas y a demorar un poco los acontecimientos. Aun así, que todo lo malo sea eso, también os digo, ya que en ese pequeño alargue vuelve uno de los grandes villanos de las telenovelas. No voy a spoilear mucho, pero sí que a mí me descolocó un poco, por su final en otra telenovela. Seguro que muchos sabéis de quién hablo. Sin embargo, encaja y encaja genial en lo que viene a hacer.
La historia se cierra muy bien y deja un sabor extraordinario en aquel que la ha visto. Ya os digo que mes y pico después, yo sigo echando de menos a Paz y Esteban. 
TRAMAS: 2,75/3

MÁS COSAS:
Si todo lo que ya os he contado os pareciera poco, sabed que El amor no tiene receta es una telenovela con presupuesto y a la vanguardia, en muchos sentidos. Su entrada, creada ad hoc, ya es toda una declaración de intenciones. Ojo al tema inicial, Sí o sí, interpretado por Emilio Osorio. Todo ello, en una entrada diferente, vanguardista, para una telenovela clásica. 

   

La vanguardia se pone de relieve en que es una telenovela rodada mayormente en localizaciones reales, que deja los decorados para unas pocas estancias, y que aprovecha para convertir el barrio de Paz, del que no sabemos ni tan siquiera el nombre, en un personaje más de la historia, con sus viviendas y calles tan coloridas.
Esta es una producción en la que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. La realización es espectacular, al igual que la musicalización (con el Pa enamorarte de Elbittar como tema de cierre) o el vestuario, cuidadísimo para todos los personajes. No se le puede reprochar nada más que una cosa, que quizás explique lo anterior: hubo presupuesto porque hubo publicidad. No hay capítulo en el que no te cuelen un anuncio, interrumpiendo la trama de una forma muy abrupta en muchas ocasiones. No queráis saber lo mucho que me encanta el champú Savilé con células madre (ironía).

Claudia Martín anuncia un champú en medio de un capítulo

De todas maneras, si esa publicidad ha valido para que tengamos una telenovela tan bonita, visualmente hablando, bienvenida sea. Quizás, insisto, ha sido muy osado meter tanta publicidad en las tramas, teniendo en cuenta que esta historia se venderá a otros países y que, por ejemplo, en España Savilé no creo que venda mucho. Tampoco una sidra que anuncia doña Lupe. 
MÁS COSAS: 3/3


¿Estáis en busca de una telenovela cuyos protagonistas derrochen romanticismo, que sea clásica pero que, a su vez, tenga un toque realista y actual? El amor no tiene receta es una buena opción. Paz y Esteban os enamorarán, Ginebra os enganchará y el hacer de un buen elenco y un guion brillante os tendrá pegados a la pantalla. Disfrutadla como ya lo hemos hecho quienes la hemos visto. 

PUNTUACIÓN FINAL: 9,75

Comentarios

juanjo ha dicho que…
Lamento estar en desacuerdo. Si bien, la telenovela inicia de forma maravillosa, me parece que se cae con el pasar de los capítulos. Daniel Elbittar me pareció bastante regular y con un personaje muy mal construido. Respecto a Altair, llegó un momento en que ya parecía villana de película de superhéroes, y no lo digo como un halago. Un guion lleno de conveniencias, cobarde en algunos momentos, que se alejó de los mensajes que promovía, pero adornado con una buena producción.
axnspain ha dicho que…
Pues llevas toda la razón. La historia de "El Amor No Tiene Receta" es una gran historia de principio a fin. Te mantiene atento a cada capitulo, con unos personajes y tramas que enganchan perfectamente y evolucionan según avanza la historia. A mí me gustó mucho también.

Juan Osorio hizo 3 grandes historias como son "La Herencia, El Amor Invencible y El Amor No Tiene Receta"

Respecto a lo que dices de la sidra de Lupe, el champú Savile de Paz y otra publicidad que sale, debo decirte que eso solo sale en los capítulos emitidos por Las Estrellas en Mexico. La cadena Univision emitió la serie en EE.UU. y lo hizo con la versión internacional donde esa publicidad no sale, por tanto si España emite esta serie tranquilo, que esa publicidad no saldrá.

Son cuñas metidas solo para México, nada más, luego se eliminan en internacional.