El 31 de mayo Caracol estrenó su nueva apuesta, Romina poderosa, una historia original de Rafael Acuña. Me resultó complicado encontrar su primer capítulo, de ahí que haya tardado tanto en ofreceros mi primer vistazo de esta producción.
Romina poderosa da comienzo en Samacá allá por el 2002. Una mujer da a luz a dos niñas y, veinte años más tarde, estas se convierten en el hilo conductor de la acción. Pese a que nacieron juntas, crecieron y viven separadas. Romina, en un barrio humilde; Laura, en el seno de una familia adinerada que le ha dado todo, excepto amor. El encuentro de ambas es el momento cúlmen de este capítulo y, como os conté hace unas semanas, el detonante de una telenovela que promete, aun cuando parta de una base tan clásica como la que os acabo de contar.
Juanita Molina se luce como Romina y Laura. Se desdobla muy bien para dar vida a ambas jóvenes. La diferenciación se lleva a cabo no solo a través de la caracterización, sino también con gestos, miradas y posturas distintas para cada una de las jóvenes. Hasta el lenguaje que usan contribuye a que se dé esa segregación. Son, sin duda, personajes muy bien escritos y Juanita está de diez ejecutando los dos papeles.
Su compañero de aventura es David Palacio, que interpreta a Cristóbal, un joven policía destinado al barrio donde vive Romina. No conocía a este actor y me ha sorprendido muy gratamente. La química entre David y Juanita es muy potente y ya se le saca partido en el primer capítulo.
Completan el elenco, y se dejan ver en este arranque, Zharick León y Emmanuel Esparza, como Virginia y Sergio, los adinerados padres adoptivos de Laura; Fernando Arévalo, como Rubén, la mano derecha de la joven, y María Luisa Flores, como Yesenia, la madre biológica de las mellizas. Si bien se adivina que su decisión de dar una en adopción pudo estar relacionada con temas económicos, esa información se reserva para capítulos posteriores.
En general, el ritmo narrativo es bueno y, pese a que el capítulo dura más de cincuenta minutos, se ve y no se tiene la sensación de haber empleado ese tiempo en él.
Caracol apuesta, visualmente, por una producción de esas que impresionan, con una realización cuidadísima, y algo tan sorprendente como el downhill, una modalidad de ciclismo de la que nunca había escuchado hablar. El contraste entre el barrio humilde de Romina y la vida de lujos de Laura se traslada a una serie de localizaciones muy bien elegidas, para un capítulo rodado ampliamente en exteriores. La musicalización tampoco se queda atrás.
Ha pasado algo más de un mes desde su estreno, por lo que deberá llevar emitidos unos veintialgo capítulos. En términos de audiencias, por lo que he leído, no ha conseguido destacar, pero sí ha mejorado los números de Caracol, en una época en la que Ana de nadie ostenta el liderazgo en RCN.
Reconozco que me puse a ver el primer capítulo sin muchas expectativas y me gustó.
¿Qué os está pareciendo a aquellos que hayáis visto algo más que yo?
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