MI VIDA Y LAS TELENOVELAS: Durmiendo con el enemigo (vol. 2)

Hace unos días os contaba que mi pareja no ha visto nunca una telenovela y que tiene una concepción muy negativa del género, entre otros motivos por no haber visto jamás una telenovela.

El jueves, de la que la acompañaba al trabajo, saqué el tema que aquí nos ocupa. "Yo es que ya te digo, no vi ni la de los gavilanes, que la vio todo el mundo, y es la única que me suena así de algo". Inciso antes de seguir: es una mujer a la que saco apenas unos meses y que ha crecido y vive en un contexto social y económico muy parecido al mío. Entre otras cosas, compartimos nuestra afición a la lectura, al cine y al humor, hasta el punto de que muchas veces parecemos sacados de una sitcom surrealista.

Cierro inciso. Cuando ella estaba en el trabajo, decidí retomar el tema, y dado que tiene un trabajo de noche, amenizárselo con algunos tráilers de varias telenovelas.

Buscaba intentar convencerla para darle una oportunidad al género… ¿Qué creéis que pasó?

Comencé con el tráiler de El cuerpo del deseo. De la que íbamos a su trabajo le explicaba un poco de qué iba y como nos había enganchado a muchísimos en nuestra más tierna adolescencia. Quizás no fue un fenómeno al nivel de los gavilanes, pero tampoco se quedó muy lejos de serlo.

No sabía de qué le hablaba en persona y menos aún después de ver el tráiler. "Y esto no era de un canal de pago, imagino", me decía. Tuve que aclararle que no, que esto lo daban en Antena 3 después de las noticias. Tras un breve excurso sobre El internado, retomamos.

"Vamos, esto no lo vi en la vida", apuntaba "y no sé cómo puede gustar", remataba. Tras explicarle que enganchaba a gente de todas las edades, su veredicto fue rotundo: "me parece muy cutre". Intenté justificarlo en sus veinte años, o casi, y aposté por un segundo tráiler, el de La esclava blanca. Patiné con lo de los años… Eran casi las dos de la mañana.

"Es que yo esto no lo veo no es mi género", me decía alguien que adora las películas románticas, aunque sus favoritas sean las de terror. Nos pusimos un poco bobos después, pero más allá de eso no hubo nada que hacer.

Lo intenté con un tercer tráiler, el de En nombre del amor. Unas horas antes le había relatado una anécdota que también conté aquí: vi terminar esta telenovela en un bar de Villaviciosa atiborrado de señores de más de sesenta años que estaban enganchados, sin pestañear, disfrutando de los últimos minutos de la telenovela.

"Son muchas cosas así, no sé, de telenovela cutre". Pues nada, otro golpe a mi ego como seguidor del género.

Continuamos debatiendo sobre si una telenovela puede ser el referente para alguien y en eso sí coincidimos al considerar ambos que no deja de ser una forma de entretenimiento, basada en la ficción, que no debería tomarse más allá de eso, como vengo defendiendo desde hace años.

No voy a tirar la toalla con esto de las telenovelas. Si ella consiguió que a mí me gustaran cosas que en principio no me gustaban mucho, pero que a ella sí, yo tengo que lograrlo con esto 😅