El 27 de febrero Televisa estrenó Eternamente amándonos, una apuesta arriesgada por ser una versión de La novia de Estambul, una producción turca que se ha vendido por todo el mundo y que es, hoy por hoy, una de los títulos de ficción otomana más conocidos. Alejandra Robles Gil, Marcus Ornellas y Diana Bracho estelarizan esta nueva apuesta.
Eternamente amándonos empieza con un capítulo algo más largo de lo que suele ser habitual en Televisa, con casi cincuenta y dos minutos de duración, un tiempo más que suficiente para que el espectador conozca a los personajes principales y arranque el desarrollo de la acción, como así sucede.
Rogelio (Marcus Ornellas) conoce a Paula (Alejandra Robles Gil) antes de que hayan transcurrido los dos primeros minutos de capítulo. Sin que ellos lo sepan, comienza entonces una historia de amor que los hace estar juntos en varias ocasiones a lo largo de este arranque. Esta circunstancia, poco habitual, permite al espectador conocer a los protagonistas casi a la vez a la par que los propios personajes se conocen entre sí.
La acción se mueve entre Ciudad de México y Morelia, Michoacán. Es en esta última localidad donde vive Martina (Diana Bracho), la madre de Rogelio y de otros tres varones, una mujer de alcurnia que es tan temida como respetada en Michoacán.
Me gusta la pareja que hacen Marcus, que lleva una carrera imparable desde hace dos o tres años, y Alejandra, que suma su segundo protagónico tras Contigo sí. También es un placer volver a ver a Diana en un personaje que parece hecho a su medida y que promete, en cierta forma, ser el eje central de la historia con sus intrigas y sus maldades.
En este primer capítulo se dejan ver otros personajes, en manos de actores y actrices como Pablo Valentín, Francisco Pizaña, Claudia Ríos, Valentina Buzzurro, Arantza Ruiz o Julia Urbini. Quizás el minutaje final pueda explicarse por el afán de que estos y otros personajes, ligados de una u otra manera a los protagonistas, sean reconocibles para el espectador desde el comienzo de la historia.
Como os decía, el primer capítulo es largo, sí, pero no tiene mal ritmo, al contrario. Pasan muchas cosas y sí que deja con ganas de seguir viendo esta historia, que se presenta como una telenovela clásica, bastante bien adaptada de lo turco a lo mexicano, aun cuando choque un tanto que a Martina la conozcan como la Madrina de Morelia. Es un sobrenombre que parece decir mucho, pero que al final dice más bien poco.
La realización es de sobresaliente y suma un punto a su favor, que es lo bien montadas que están las canciones que interpreta Paula a lo largo de este primer capítulo, que entra por la visa y por los oídos. Sin duda alguna, la banda sonora de esta telenovela será uno de sus principales puntos fuertes, tanto por los temas que interpreta Alejandra como por el principal, Digan lo que digan, de Carlos Rivera, que acompaña a la entrada de la telenovela, una entrada muy conseguida que recuerda, eso sí, a la de Amor bravío, con el juego de los cuadros como eje.
Me ha gustado este primer capítulo. No me atrevo a decir si la veré o no, porque sé que se me están acumulando cosas para ver, pero no me importaría seguirla. A su favor, la pareja protagonista tiene una química tremenda que se ve desde el primer minuto. A ello hay que sumar un nombre, el de Diana Bracho, a la que siempre es un gusto ver. Quizás me la lleve para la recta final del año. Antes tengo que ver Mi secreto, El amor invencible y no sé si también Perdona nuestros pecados.
En México está funcionando muy bien y se acerca a los veinte capítulos emitidos. ¿Qué me podéis contar aquellos que hayáis pasado del primer capítulo o que la estéis viendo al día?
Comentarios