CRÍTICA: "Vencer la ausencia" (Televisa, 2022)


Hace tres años me convertí en seguidor de la saga Vencer. Tras Vencer el miedo en la primavera de 2020, en el invierno de 2021 vi Vencer el desamor y en la primavera de 2022 hice lo propio con Vencer el pasado. Este invierno decidí ver la cuarta entrega, Vencer la ausencia, animado por lo mucho que me gustaron las anteriores. Ya os digo que si bien me ha gustado, esta última entrega queda a deber en muchos aspectos, como os comentaré a lo largo de esta crítica.

¡ATENCIÓN! 
Esta crítica y sus comentarios contienen o pueden contener spoilers. Se recomienda leerla después de haber visto la telenovela.

SINOPSIS y TRÁILER
Esther (Mayrín Villanueva), Julia (Ariadne Díaz), Celeste (Alejandra Barros) y Margarita (Mariana Garza) son amigas desde hace años. Su amistad las lleva a comprar un camión para convertirlo en un foodtruck y emprender así un negocio que se aventura próspero. Tras localizar uno en venta, en Laredo, Margarita se compromete a ir a buscarlo y traerlo a Ciudad de México. En el viaje la acompañarán Iván (Andrés Vázquez), el hijo de Esther, y Misael (Marcos Montero), el marido de Julia. Poco imaginan que no llegarán a su destino, pues tienen un accidente en el que Iván y Margarita mueren y tras el que Misael desaparece sin dejar rastro.
Esther, Julia y Celeste deberán aprender a vencer la ausencia y no serán las únicas. También Rayo (María Perroni), la hija de Margarita, deberá afrontar la pérdida de su madre. Las pesquisas del accidente revelarán que no ha sido fortuito y les llevarán a Transportes Funes, la empresa en la que trabajaba Misael y de la que Braulio (Alexis Ayala), el esposo de Celeste, es contable. Ángel (Danilo Carrera), el hijo del dueño, se convertirá en un importante aliado de Julia, hasta el punto de que entre ambos surge el amor, aun cuando aparentemente lo tienen todo en su contra. También Esther encontrará un notable apoyo en Jerónimo (David Zepeda), un hombre que presenció el accidente cuando regresaba a Ciudad de México tras pasar quince años en Estados Unidos.


DATOS 
Televisa. México, 2022.
80 capítulos.
PRODUCTORA EJECUTIVA: Rosy Ocampo
GUION: Pedro Armando Rodríguez, Gerardo Pérez Zermeño, Alejandra Romero Meza, Humberto Robles, Luis Fernández de Gamboa, Daniela Ochoa, Cecilia Oviedo y Claudia Caro Cabello.
DIRECCIÓN: Benjamín Cann y Fernando Nesme.
Emitida en México entre el 18 de julio y el 4 de noviembre de 2022.

PERSONAJES y ACTUACIONES
Como ya comenté al hilo de su primer vistazo, Vencer la ausencia se apoya en un elenco en el que sus protagonistas ya han trabajado con los distintos actores en otros proyectos, lo que se nota en pantalla. También comete lo que para mí es un error, apostar por actores y actrices que ya tuvieron su protagonismo en la saga Vencer, encarnando a otros personajes. No acabo de ver que una saga como esta, con un universo propio muy marcado, haya caído en eso, con la de talento artístico que hay en México. Pero vayamos por partes…

Alejandra, Mayrín, Ariadne y María protagonizan esta historia

Ariadne Díaz, Mayrín Villanueva y Alejandra Barros hacen un buen trabajo, pese a que el guion y la temática de la historia no favorecen mucho a sus personajes. Las tres sacan provecho de sus circunstancias en la ficción, especialmente Mayrín, que encarna a una mujer cuyo mundo se derrumba tras la pérdida de un hijo. Me han gustado, sí, pero con la que más he disfrutado ha sido con María Perroni. Impecable el trabajo de esta jovencísima actriz, que brilla como Rayo, el personaje con el que más se empatiza de todos los que tiene la telenovela. En su caso, había hecho un personaje secundario en Vencer el pasado y el paso del tiempo entre una y otra hacen que el espectador se olvide un poco de que ya la ha visto en acción. De hecho, de las protagonistas es la única que no me importaría ver en otra entrega, porque creo que Rayo tiene mucho que contar todavía. Sus escenas con Mariana Garza, su madre en la ficción y en la realidad, son impresionantes. Me hubiera gustado ver más de Mariana, porque ya me encantó en Mentir para vivir, pero la historia es la que es y su personaje tiene el recorrido que tiene.
La química entre Mayrín, Ariadne, Alejandra y María es buena, pero, de nuevo, el guion y la temática de la historia la potencian poco.

David Zepeda es Jerónimo

Los protagonistas masculinos de esta historia son David Zepeda, Danilo Carrera y Alexis Ayala. David repite tras Vencer el desamor y lo hace con un personaje totalmente distinto a Álvaro. Jerónimo está muy bien escrito y muy bien llevado por David, hasta el punto de que no tarda en hacer que el espectador se olvide de Álvaro. No es lo que me sucedió con Danilo, en el que yo vi a Omar, su personaje de Vencer el miedo, a lo largo de varios capítulos. Ángel, su personaje en Vencer la ausencia, es tan noble como aquel, y sí que me ha gustado mucho su química con Ariadne Díaz, en la única historia de amor que recoge esta telenovela. Alexis Ayala, por su parte, no me disgusta como Braulio, pero es un villano del que me esperaba más. Acostumbrados a grandes villanos en las anteriores entregas, Braulio se queda ahí, aunque sí que es verdad que es un villano muy humano, movido por la ambición, sí, pero también por su amor por Celeste. Menos humano es Misael (Marcos Montero), el marido de Julia, que como villano le da mil vueltas a Braulio. Gran trabajo el de Marcos, que ojalá se consagre en este tipo de personajes, porque se ha dejado notar como Misael.

Nailea Norvind es Flavia

En el entorno de las protagonistas se encuentran otros personajes, como Flavia y Máximo. Nailea Norvind se luce como esta mujer controladora, que vive por y para sus negocios, y de la que, sorprendentemente, se enamoró Máximo, el exmarido de Esther, interpretado por Felipe Nájera. El matiz de sorprendentemente es porque son polos opuestos, hasta el grado de que Máximo sufre por el carácter de su esposa. Brutal el trabajo de Felipe en el que para mí es el mejor personaje masculino de la telenovela.
También en ese entorno se sitúan Ana Sofía, Mirna y Gina. Mariluz Bermúdez interpreta a la primera, una afamada influencer que es, desde hace años, la novia de Ángel. Me ha gustado mucho este personaje y lo bien que lo lleva Mariluz, que ha crecido mucho profesionalmente desde que coincidimos en Mentir para vivir, hace ya una década. Adriana Llabrés se ocupa de Mirna, un personaje que en un primer momento causa rechazo al espectador, por ser el prototipo de joven adinerada que no hace nada con su vida, pero que luego, después de cometer unos cuantos errores, acaba despertando ternura. Gran trabajo el de Adriana, con la que llevaba un tiempo sin coincidir. Gina, por su parte, cae en manos de Fernanda Urdapilleta, una joven actriz a la que descubrí en La fuerza del destino y que con este personaje demuestra que está llamada a protagonizar, porque le sobra madera. Esto último también puede predicarse de Federico Porras y Daney Mendoza, que interpretan a Adair y Ebenecer, los hijos de Jerónimo, dos jóvenes con un gran talento, al igual que Nicole Reyes, que se luce como Matilde, la cuestionable amiga de Rayo.

Agustín Arana y Laura Carmine son Donato y Lenar

Completan el elenco una serie de caras a las que siempre es un placer ver, como Laura Carmine, que interpreta a Lenar, la esposa de Jerónimo y Agustín Arana, que hace lo propio con Donato, el hombre que devuelve la ilusión a Lenar cuando su esposo se va a Estados Unidos. Me gustó mucho esta pareja, aunque a nivel de guion pudo haber dado más de sí.
Vencer la ausencia redondea su casting con varios primeros actores y actrices, como David Ostrosky, que da vida a Homero, el padre de Ángel, un hombre aquejado de una enfermedad neurodegenerativa. Me encantó y no sabéis lo que lamenté la baja del actor, que tuvo que retirarse por motivos de salud a apenas diez capítulos de terminar. Fue sustituido por Rodrigo Murray. Completan ese grupo de grandes figuras Silvia Mariscal, que interpreta a Claudia, la madre de Esther; Jesús Ochoa, que da vida a Rodolfo, el padre de Julia y Laura Luz, que se convierte en Chepina, su cuñada, una adicta a las telescomedias, como ella llama a las telenovelas. Rodolfo y Chepina son el alivio cómico de una historia que deja poco margen al humor, por lo que se agradece la presencia de estos personajes.
PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2

TRAMAS
Hay que reconocer que el propósito principal de Vencer la ausencia es arriesgado, ya que, por mucho que se quiera, es imposible vencer una ausencia. De hecho, es difícil sobrellevarla. Aun así se debe aplaudir que alguien, en un momento dado, decidiese hablar de la ausencia en televisión desde una perspectiva realista. Al fin y al cabo eso es lo único cierto que tenemos en la vida, las ausencias que nos acompañarán mientras estemos en este mundo.
Si bien la premisa de la que parte es, como os digo, muy interesante, Vencer la ausencia la va desdibujando poco a poco a través de una serie de tramas que se mueven a medio gas, sin sacarles el potencial que podrían haber tenido. Quizás por eso muchos de los que vimos la telenovela no comprendimos determinadas acciones y actitudes de los personajes. Tampoco que una telenovela aparentemente coral acabase dando más peso a algunas de las protagonistas, en detrimento de las otras. La unión de las mujeres, esa que tanto se predica en la saga Vencer, se ve aquí en contados momentos, ya que el propio guion se encarga de destrozarla bajo una aparente amistad que, como se observa con el paso de los capítulos, no es tal y estaba repleta de secretos. El didactismo de anteriores entregas se ve empañado por giros que no hacen sino desmejorar el resultado final.

Esther sufre la muerte de su único hijo

Yendo personaje a personaje, es lógico que Esther sienta la muerte de su único hijo. No debe de haber un dolor mayor. Es verosímil que Esther llore y se sienta vacía durante toda la telenovela. Sin embargo, no se aprovecha esa situación para mostrar los recursos que pueda tener durante su duelo una madre que pierde a su hijo. Lo mismo sucede con Rayo, que se queda huérfana de un día para otro. Ninguna de las dos, pese a estar destrozadas, acude a un psicólogo. El didactismo se basa en que si se te muere un familiar debes vivir tu duelo y salir adelante solo/a, como lo hacen Esther y Rayo. Me parece una oportunidad desaprovechada para haber hablado de cómo esas pérdidas pueden afectar a la salud mental y cómo, en manos de profesionales, esa situación se puede hacer más llevadera, dentro lo que cabe. Y sin ser profesional de salud mental, creo que Esther lo necesitaba. Lo pedía a gritos.
Como os decía en el anterior apartado, Rayo tiene un abanico argumental más amplio que el de Esther y también que el de Celeste, aquejada de una enfermedad, la esclerosis múltiple, de la que se habla muy poco, más allá de sus efectos en una mujer embarazada. Otra oportunidad perdida en una saga que, en entregas pasadas, habló con todo lujo de detalles de la enfermedad de Wilson, los divertículos o los tabúes que rodean a la infertilidad masculina.

Ángel y Julia se enamoran perdidamente

La única protagonista adulta medianamente favorecida por el guion es Julia, con una historia más tradicional y romántica que sirve de contrapunto a las de sus amigas. Si buscáis amor, esta entrega no es la más adecuada, ya que el guion desaprovecha varias posibles relaciones, como la que pudo haber surgido entre Jerónimo y Esther o la que se comenzó a dibujar entre Gina y Erick. Realmente no sé para que recuperaron a este personaje de Vencer el pasado, ya que aportó entre poco y nada a esta entrega.
Aun así, pese a que no tiene el mismo tono realista ni el propósito didáctico de las anteriores Vencer, esta cuarta entrega sí conserva algo de eso, por ejemplo, al hablar de la transfobia que surge a raíz de la llegada a la unidad habitacional de un personaje trans. Asimismo, se ha insistido en la importancia de ser donante de órganos, explicando el procedimiento que se ha de seguir tanto para solicitar ser donante como después, una vez el donante fallece. También ha dejado claro cómo se deben usar las aplicaciones para conocer gente y evitar ser víctima de un delito sexual o de otra índole. Incluso lanza un mensaje muy interesante sobre el uso de una conocida red social por parte de los influencers, y es que nadie debería creerse nunca lo que dice alguien que muchas veces llega a estar considerado casi un dios por sus miles o millones de seguidores.

Margarita e Iván, poco antes del accidente

Todo ello se envuelve, como es habitual en los títulos de la saga, y también en este, en una trama de misterio que salpica a distintos personajes. Posiblemente sea lo mejor que tiene a nivel argumental. Desde el primer capítulo se intuye que el accidente donde mueren el hijo de Esther y la madre de Rayo no fue casual y el espectador se encarga de ir descubriendo, a la par que los personajes, toda una serie de secretos que llevan al culpable de ese accidente. La particular venganza de una de las protagonistas de la historia contra ese culpable es lo mejor de la recta final.
En líneas generales el ritmo narrativo no es malo, pero podría ser mejor. Ya os digo, falta desarrollo de las tramas principales y a veces las secundarias hacen que uno se olvide de lo que pasa en aquellas. Aun así, los capítulos no se hacen pesados, aunque no te dejan con esas ganas de seguir viendo más como sí ocurría con Vencer el desamor y Vencer el pasado, de las que llegué a ver hasta tres y cuatro capítulos diarios.
El final de esta historia es redondo, cierra todas las tramas abiertas, y, como es habitual en estas telenovelas, la humanidad de los personajes lleva a que algunos villanos se rediman, aunque a veces sea tarde para ello. Al término del último capítulo se explica que la lucha de las mujeres seguirá en una quinta entrega, Vencer la culpa, prevista para el segundo semestre de 2023.
TRAMAS: 3/5

MÁS COSAS
Una vez más, esta saga demuestra un altísimo nivel en lo que a realización se refiere. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle y se aprovecha una circunstancia muy particular, y es que las cuatro protagonistas y numerosos personajes viven en la misma unidad habitacional, un concepto del que nunca había escuchado hablar.
Decorados muy elaborados y diseñados acorde a los personajes hacen que la historia se disfrute a nivel visual. También los exteriores, con distintas localizaciones en Ciudad de México y Matehuala. Como opinión personal, creo que los decorados son bastante más amplios de lo que puedan ser los interiores de las viviendas reales en una unidad de estas.
Lo mismo que sucede con los decorados ocurre con el vestuario, muy pensado para complementar, en cierto modo, a cada personaje y a su personalidad, tanto con las mujeres como con los hombres.

 

En lo que a la musicalización respecta, me parece un acierto haber contado con Te voy a extrañar, de Paulina Goto, como tema principal. Es una canción preciosa que surge precisamente de una ausencia, de la muerte del padre de la intérprete. También es impresionante Qué falta vas a hacerme, de César Pinzón, que cierra cada capítulo.
No suelo referirme en este apartado a las entradas, pero cuando se hace una tan bonita como la que han hecho para esta telenovela, hay que aplaudirlo.
MÁS COSAS: 3/3

Parte del elenco, en el arranque de grabaciones

En resumen, si sois seguidores de la saga Vencer, esta telenovela os gustará. El realismo domina esta historia que, eso sí, es menos didáctica y se encuentra peor desarrollada que sus predecesoras. Un buen casting y una realización estupenda hacen que el producto final, aun así, sea un buen producto, y que, al menos a mí, me queden ganas de ver, en unos meses, Vencer la culpa.

PUNTUACIÓN FINAL: 8

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