MIS DESVARÍOS: Es ficción, no hay de qué preocuparse

Hace algo más de un año estrené una tableta que se ha convertido en mi mejor amiga, porque me sirve para todo. Entre las cosas útiles que he descubierto gracias a esa tableta está la aplicación de Youtube para este tipo de dispositivos, que tiene como una especie de Whatsapp que te permite ir respondiendo los comentarios de una forma muy cómoda. Precisamente, al canal que abrí en Youtube para subir los vídeos del blog y alguna que otra cosa extra debo haber conocido gente estupenda, haber aprendido muchas cosas sobre el género y haber tenido debates como el que inspira esta entrada.

⚠ ¡ATENCIÓN! Esta entrada contiene spoilers

Os pongo en situación. Desde hace unos meses se repite A que no me dejas en el canal Tlnovelas. Se disparan, por ello, las visualizaciones y comentarios en un vídeo que subí hace tres años y que muestra los últimos tres minutos de la telenovela. Pese a que han pasado seis años desde que se estrenó y aunque se emitió en muchos países, por la razón que sea, todavía hay mucha gente que no sabe que está dividida en dos partes y que los protagonistas con los que termina no son los mismos que aquellos con los que comienza. En este sentido, quienes la hayáis visto, sabréis que al final triunfa el amor entre Mauricio (Ignacio Casano) y Valentina (Camila Sodi). Ese final no gustó a mucha gente, entre ellos una usuaria que hace unas semanas dejaba un primer comentario en el que decía algo así como “no es posible… ¡Si son hermanos!”. Le contesté, unos minutos después, para explicarle que entre los personajes no había ningún vínculo sanguíneo que impidiese esa relación, pues no eran hermanos en el sentido biológico y legal del término.

Su respuesta a mi comentario no se hizo esperar:

“Se criaron como hermanos osea [sic] que uno es adoptado y mal ejemplo la novela la madre de la niña era la madre adictiva [¿a qué? Que yo recuerde Paulina no tomaba ninguna sustancia que causase adicción] no tapes el sol con un dedo disculpa”.

Efectivamente, me encontré con una de esas personas que se creen que la ficción es real y que por esa razón debe ser legal, moral y religiosamente perfecta y pura. Le respondí que “criarse como hermanos” no significa ser hermanos y que, en este caso, lo de “criarse como hermanos” era relativo, porque Mauricio es adoptado cuando tiene cuatro años; Valentina nace dos años después y justo cuando tiene cuatro o cinco su abuelo la manda a un internado en el que pasa diecisiete años. Han compartido cuatro o cinco años de vida de los 24 que tiene Mauricio y los 22 que tiene Valentina en el momento en el que se reencuentran. Igual para vosotros eso es "criarse como hermanos", pero para mí, no. Pienso que es, simplemente, compartir un trocito muy pequeño de vida.

El debate se caldeó por parte de esta usuaria, que me dejó un último comentario:

“Cada quien con su opinión y quiero que se respete la mía igualmente me da asco que dos hermanos salen enamorados como la asesina mata a su hermano porque estaba enamorada de él pero eso es muy profundo para gente como tú”.

Intenté responderle, pero no pude porque, una de dos, o borró el primer comentario, y con él los siguientes, o me bloqueó (o las dos cosas), lo que dice mucho de la calidad como debatiente de esta usuaria. Gracias a las notificaciones de la app pude salvar las capturas de las notificaciones, no de los comentarios.

No sé si será “muy profundo” para mí ni tampoco qué tipo de “gente” soy, pero permitidme que insista, una vez más, en que la ficción es ficción y no tiene nada de malo que muestre asesinatos, robos o, en este caso, presuntos incestos. Es ficción, se puede permitir el lujo de hacer lo que les dé la gana, porque, como diría Gianmarco Onestini:

Ahora en serio, puedo entender que la relación de Mauricio y Valentina y la obsesión de Julieta por Adrián despierten “asco” en una persona que parece ser muy religiosa. Es bueno que la ficción despierte cosas y lo es todavía más si despierta pareceres contrarios, como ocurrió en este caso. Repito, es ficción. No pasa nada. Y me mantengo en que, en A que no me dejas, no habría nada que enjuiciar en la relación entre Mauricio y Valentina porque no son hermanos y para mí tampoco se han criado como tal.

Evidentemente, y vuelvo a la realidad, si yo me entero que dos hermanos están teniendo una relación sentimental, posiblemente sentiría ese “asco”, porque hay una serie de razones biológicas y legales que impiden las relaciones entre personas que comparten ciertas líneas de parentesco. Es algo que no puede tener cabida en la realidad, pero sí en la ficción, que para eso es ficción, mentira, teatro o como la queráis llamar. Todavía lo comentaba hace unas semanas aquí mismo, pero veo que no está de más insistir en que hay que ver la ficción como lo que es, sin aplicar razonamientos, moralidades o creencias religiosas de la realidad, porque no tiene sentido tratar como realidad algo que no lo es.