Ya
sabéis que por ley, cuando haces algo basado en hechos reales puedes dejar los
hechos pero te ves obligado, sí o sí, a cambiar los nombres de los
protagonistas, para evitar posibles demandas.
En
ese sentido, hay un paradigma muy interesante en El Señor de los Cielos, que desde hace siete años viene jugando con
nombres ficticios y los de los personajes reales en escenas como esta, en la
que el mandatario de Cuba reúne en su país a un nutrido grupo de gobernantes
entre los que se encuentran el presidente de Venezuela y el actual expresidente
de Bolivia. Atentos a los nombres que les han puesto:
“Nicómedes”
y “Adán”. Creo que es innecesario desvelar cuáles son los nombres de los
personajes reales, ¿no? No me digáis que no han escogido de maravilla esos
nombres, ficticios pero que contienen guiños y referencias muy obvias a los
nombres de los personajes reales, a partir de los que se construyen los
personajes ficticios. Porque por mucha inspiración real que haya, Nicómedes y
Adán no dejan de ser eso, personajes ficticios.
Pese
a que los responsables de la telenovela siempre han sido bastante valientes a
la hora de poner nombres a personajes basados en tipos reales, había hasta la
quinta temporada una excepción: el presidente de México. Por mucho que Morejón
o Silva de la Garza se inspirasen en presidentes reales, sus nombres o
apellidos, en este caso, no tenían guiño alguno a la realidad. Todo ello cambió cuando México
estrenó un nuevo presidente, casi al mismo tiempo que en la telenovela pasó más
o menos lo mismo. Ojo a los apellidos que lleva el nuevo presidente mexicano:
“Gómez
Obrador”. Ejem, ejem. Creo que tampoco hace falta explicar el guiño.
En
fin, tres ejemplos de algo que me gusta muchísimo. Pienso que si de mi cuenta
corriese escribir el guion de una telenovela con elementos reales, haría algo
así con los nombres y apellidos de personajes que existen y están entre
nosotros. Alguna vez lo he hecho en este blog, pero claro, no tiene la misma
gracia, porque os faltan los referentes.
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