Como sabéis, soy un bloguero sin pretensiones. Nunca busco el clickbait y por ello solo publico una vez en Twitter y otra en
Facebook los enlaces a las entradas de este blog. Y sin titulares engañosos ni
juegos de palabras ni artimañas para lograr visitas. No va conmigo y de hecho
procuro no visitar webs que usan estos recursos para con el lector. Tampoco
menciono ni etiqueto a nadie en redes, salvo en los juegos y cosas que me
proporcionáis y cuando tuiteo o publico en Facebook enlaces a críticas, en las
que sí menciono, al menos, a los protagonistas de la telenovela objeto de
crítica.
¿Por
qué hago esas menciones? Por empatía. Me pongo en su lugar y pienso que me
gustaría saber qué dicen los espectadores sobre mi trabajo. Creo que es bueno
saber qué opinan otros sobre lo que haces, máxime cuando lo haces para un
público tan amplio como nosotros, los millones de seguidores del género. Por supuesto,
hablo siempre de críticas formuladas desde el respeto y lo más constructivas
posibles. Lo que no cumpla esos requisitos no debería ni ser llamado crítica,
así de claro.
Creo
que esto que acabo de exponeros es lo que más o menos piensan los protagonistas
de las telenovelas que he criticado en el blog. Han sido muchos los que me han
agradecido las críticas, con un simple retuit o con un tuit, como este, de Marcela Carvajal, que además de ser una grandísima actriz es también un sol:
Otras
veces, las menos, me han enviado mensajes directos e incluso algún correo. Y
aquí viene la anécdota que todos estabáis esperando. Fruto de ello, hace dos
años me escribía por privado un conocido actor establecido en México:
El
mensaje con fondo azul es mi respuesta, cortada porque no quiero desvelar su nombre. Fue
el comienzo de una bonita amistad, aunque no me sigue en Twitter. Le pregunté
mogollón de cosas sobre cómo se rueda una telenovela y con el tiempo me atreví
incluso a preguntarle por qué había aceptado un personaje que para mí fue un
paso atrás en su trayectoria, en una telenovela de esas para olvidar
completamente. "Por plata. Estaba por montar una obra de teatro que me
hacía mucha ilusión armar y no tenía plata". Me pareció una respuesta de
lo más sincera. Seguimos mandándonos mensajes de vez en cuando e incluso me
felicitó las fiestas. Si me parecía un gran actor, ahora también me parece una
gran persona. Permitidme que me guarde el nombre, pero las amistades hay que
preservarlas. No es el único con el que he hablado por privado, pero sí con el
que más mensajes he intercambiado, en un tono marcado por cierta confianza. Cosas
chulas que tiene esto de bloguear.
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