Hace un cuarto de siglo Karyme Lozano debutaba en el género gracias a Volver a empezar, producida por Televisa
en 1994. Karyme era entonces una adolescente que estudiaba en el Centro de
Educación Artística, el CEA por sus siglas, de Televisa. Tuvo un papel
secundario y pequeño, pero suficiente para darse cuenta de que aquello era lo
suyo. Siguió sumando personajes secundarios a su curriculum en telenovelas como
Si Dios me quita la vida (1995), Confidente de secundaria (1996), o Pueblo chico, infierno grande (1997).
A
los 21 años Televisa le dio su gran oportunidad: ser una de las protagonistas
de Tres mujeres, producida entre 1999
y 2000. Pese a tener 280 capítulos, la telenovela se vendió muy bien y público
y crítica alabaron el trabajo de Karyme. Poco después, en 2001, se convertía en
Bárbara, una de las villanas de El
manantial, una telenovela con tanta o más repercusión que la anterior.
La
carrera de Karyme estaba fundamentándose en sólidos pilares a los que hubo que
añadir un par de telenovelas más. Una, Niña
amada mía, que protagonizó en 2003. Otra, Soñar no cuesta nada, que rodó en 2005 y que supuso su primer
protagónico en Estados Unidos, de la mano de Venevisión. Tras rodar esta última
volvió a México para ponerse al frente de Amar
sin límites, producida en el 2006 por Televisa.
Este
ritmo frenético de trabajo no le impidió hacer cine, con títulos como Bandido (2004) o Ladies’ Night (2003).
En
2009, tras un par de años alejada del género, centrada en el cine y en alguna
serie como Mujeres asesinas 2, Karyme
sufrió un duro golpe en lo personal tras perder a su padre a consecuencia de un
cáncer. Se refugió entonces en la fe católica: “Prometí no volver a hacer
ningún proyecto que ofenda a Dios, ni a la mujer, ni a los latinos”, declaraba
a Vanitatis en un evento celebrado en
la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar en 2011 en Madrid. Pese a ello
siempre tuvo claro que no renunciaría a la actuación, y así fue. Siguió
haciendo cine, con títulos como Cristiada
(2012) y colaboró con la producción de distintos documentales. En 2012, tres
años después de su retiro, volvió al género con El Talismán, producida por Venevisión y rodada en Estados Unidos.
En ella tuvo un papel secundario, pero “muy complejo, pues sufre las
consecuencias de los errores, experimenta la redención y conlleva un mensaje
bellísimo”, tal y como aseguró
entonces al diario mexicano Informador.
Un
año más tarde protagonizaba Quiero amarte
(Televisa, 2013-2014), su última telenovela, un proyecto que aceptó por “una
diosidencia”, gracias a que ya conocía a sus guionistas y a que se sintió muy “atrapada
por la historia”. En mayo de 2014 concluían las grabaciones de esta telenovela
y desde entonces Karyme ha permanecido alejada del género.
¿Qué
ha hecho en estos cinco años y pico? Delante de las cámaras, televisión, con
series como Kevin can wait (2017);
cine, con Hijo de Dios (2014), en la
que dobló a uno de los personajes. Detrás, escribir, dirigir y producir. En
varias entrevistas concedidas en el 2018 se mostraba muy contenta por estar
trabajando en el guion de una comedia tras producir en 2017 La leyenda del diamante, en la que
también tuvo un papel. Entre proyecto y proyecto viaja por el mundo dando conferencias sobre su "testimonio", como la que impartió en Bilbao en marzo, ciudad en la que se hizo esta fotografía tan bonita que acompaña al artículo.
¿Volverá
al género? “No descarto hacer más telenovelas, pero ahora estoy muy centrada en
el cine”, declaraba
a Mundo Hispánico el verano pasado. A sus 41 años tiempo tendrá.
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