Las telenovelas están llenas de pequeños detalles… Y es inevitable que los que somos un poco curiosos no nos fijemos en ellos. Tenéis ante vosotros las primeras líneas de una nueva entrega de Están pasando cosas. Como siempre, todas las imágenes se hiperamplían si se hace clic en ellas.
I. Ahorrando en matrículas
Quinta
temporada de El Señor de los Cielos
(Telemundo y Argos, 2017). En Tenerife, Aurelio y sus amigos. En Marsella, los
hombres de Tony Pastrana haciendo de las suyas. Enemigos a muerte, pero con
algo en común: las matrículas de sus coches. Estas dos capturas pertenecen al
mismo capítulo:
Sí.
Aurelio tiene un coche en España con matrícula 8438HSD y los hombres de Tony
conducen uno por Francia con matrícula 8438HSD. Insisto, las capturas son del
mismo capítulo. Te lo ponen a huevo para que te fijes en estos pequeños
detalles.
Por
cierto, las matrículas francesas llevan dos letras, tres números y dos letras.
Se parecen muy poco, por ende, al 8438HSD, que sí podría pasar por matrícula
española.
II. Y descubriendo nuevas palabras al espectador
También
de la quinta temporada de El Señor de los
Cielos procede la siguiente captura:
Os
pongo en situación. Dos personajes hablan en inglés y van saliendo los subtítulos
en español. De repente aparece “Me voy a llevar tu picop” como traducción de “I’m
gonna take your pick-up”. Sí, han traducido pick-up
como picop. Puede parecer que la palabra no existe y puede que os choque tanto como a mí, que nunca la había visto. Sin embargo, es una palabra aceptada por el Diccionario de la Lengua Española, que apunta a un uso habitual en El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá.
Y luego habrá quienes digan que con las telenovelas no se aprenden cosas...
III. Un reloj inquietante
Recepción
de un hotel en Acapulco:
Como
suele ser habitual en los hoteles, en la recepción hay varios relojes que
marcan las horas de distintas ciudades: Acapulco, Miami (detrás del
recepcionista) y Oviedo.
¿Es
Oviedo, la ciudad española? Parece que no: en Acapulco son en ese momento las
dos y veinte de la tarde. En Oviedo, las seis menos veinticinco. La diferencia
horaria entre España y México es de siete horas. No cuadra. En la Oviedo de
España serían las nueve y veinte de la noche.
¿Es
Oviedo, la ciudad de República Dominicana? Parece ser que tampoco. La
diferencia horaria entre República Dominicana y México es de tan solo una hora.
La misma que hay entre México y La Florida, donde se ubica otra ciudad de
nombre Oviedo. En ambas Oviedo serían las tres y veinte de la tarde. ¿Entonces,
para qué poner un reloj con el nombre de Oviedo, con una hora que no se
corresponde con la que debería ser en función de las distintas ciudades con ese
nombre? Solo el encargado del atrezzo
de La hija pródiga (Azteca, 2017)
podría sacarme de la duda.
IV. Y hasta aquí puedes leer
Escena
de uno de los primeros capítulos de La
hija pródiga. Un personaje lee una supuesta noticia en internet y la lee en
voz alta hasta que otro personaje le interrumpe. La cámara muestra el texto en
el ordenador y… ¡Sorpresa!:
Fijaos
cómo le han marcado la pausa al final del segundo párrafo con un guion.
Mientras que los dos primeros párrafos hablan de Alicia Montejo, de su
desaparición y de su regreso, el texto sigue con otros dos párrafos que nada tienen
que ver con la telenovela, hablando de supuestas torturas producidas a no se
sabe quién. El párrafo en cuestión forma parte de las declaraciones que en 2017
hizo la madre de una joven de 15 años que murió envenenada por su madrastra, un
caso muy
mediático en México.
El
último párrafo forma parte de este artículo
sobre la educación en Veracruz. No voy a comentar la falta de tildes en todo el texto.
V. Ni una más
Transición
de La Nocturna (Caracol, 2017):
En
casa del herrero, cuchillo de palo. Sí, en una telenovela con la universidad y
la educación como fondo… ¡Se ha colado una tilde donde no debía ir! Mes no debe
llevarla. Ningún monosílabo debe llevar tilde, excepto una serie de casos en
los que se les coloca para diferenciarlos de palabras que se escriben igual
pero significan cosas distintas, lo que se llama tilde diacrítica (más, en
relación a una cantidad y mas, como sinónimo de pero, por ejemplo).
Espero
que os hayan gustado estas cosas tanto como me gustan a mí. Son chorradas, pero
me encantan. No puedo evitarlo.
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