PRIMER VISTAZO: "Educando a Nina" (Azteca, 2018)

El pasado lunes 12 de marzo, Azteca estrenaba dos nuevas telenovelas. De una de ellas, “Educando a Nina”, os hablo en esta entrada:

¿Qué es “Educando a Nina”? Un ‘remake’. Mucho se habla de Televisa y de sus ‘remakes’ de historias recientes y viendo su éxito, Azteca ha decidido seguir ese mismo camino, pese a tener rodadas y listas para emitir historias originales como “La Bandida” o “Desaparecida”. “Educando a Nina” es una versión de la telenovela argentina con el mismo nombre, emitida por Telefé en 2016 y producida por Underground Productions.

¿Cómo es? Es comedia pura y dura, rozando el surrealismo.

¿De qué va? Dos muchachas, Nina y Mara, viven en mundos distintos pese a ser mellizas. Cynthia Rodríguez da vida a ambas. Merece un aplauso, porque tiene que ser agotador dar vida a dos personajes que tan poco tienen en común. Nina es una chica trabajadora y humilde que nada tiene que ver con Mara, que para mí es una caricatura de Tamara Falcó, es decir, adinerada, megapija y justa de neuronas, pero divertidísima, todo hay que decirlo. Nina se ve obligada a suplantar a Mara, cuando esta es detenida tras ser sorprendida con drogas en su maleta en un viaje con sus amigos. 

En ese intercambio tiene un papel clave Antonio (Alex Sirvent), novio de Mara, un escritor de prestigio que no sé de qué puede hablar con su novia, sinceramente. Me alegro de que Alex haya conseguido protagonizar, porque se lo merece, tras muchos años trabajando incansablemente. En medio de esta comedia alocada se encuentra también Antonio Gaona, que interpreta a Luca, el hermano de Antonio, que seguramente tendrá que ver con ese triángulo que se prevé que pueda haber entre Mara, Nina y Antonio.

¿Cuál es su elenco? Junto a los que ya he mencionado, completan el elenco un grupo de actores del nivel de Marco Treviño (como Manuel, el adinerado padre biológico de Mara y Nina), Arturo Ríos (como José, el padre adoptivo de Nina), Alex Ibarra (como Salo, el representante de Antonio) o Wendy de los Cobos (como Meche, un personaje que en formas y en tono recuerda un poco a su ‘Tata Guerra’ de “El Señor de los Cielos”).

¿Qué me ha parecido? Bien. Como os decía, es una telenovela cómica que maneja un humor muy facilón, de ese que hace reír a todo el mundo con situaciones trilladas, como el encontronazo en la ducha de la protagonista con su cuñado, bien dotado, lo que la deja impresionada; juegos de palabras o insultos y tacos que aparecen silenciados con pitidos, algo que refuerza su comicidad, a diferencia de lo que suele ocurrir normalmente. Aunque no es un humor muy labrado, te ríes, que es lo importante, y el capítulo se pasa bastante rápido. A nivel narrativo, el primer episodio sirve para conocer a los personajes principales y profundizar un poco en la historia de las protagonistas. Le veo cierto componente musical a través de Nina, aunque con Nina convertida en Mara no sé si seguirán explotando eso o no.

Es una comedia y las comedias suelen ser muy coloridas. Esta no podía ser la excepción. Hay colores por doquier, desde el vestuario a los decorados, pasando por detalles como fundas de móviles y otros accesorios. Tanto color sorprende un poco, pero no desentona, gracias a una muy buena realización. 

Los decorados están muy conseguidos y me ha llamado la atención un detalle: utilizan el exterior de la famosísima vecindad de “Yo no creo en los hombres” y otras muchas telenovelas, pero el interior lo han recreado con decorados muy coloridos que quedan francamente bien.

Como telenovela urbana que es, todos los exteriores que se ven en este primer capítulo son calles de la Ciudad de México.

Me ha gustado lo que he visto en este primer capítulo. No me comprometo a verla, más que nada porque es de Azteca y estoy un poco enfadado con ellos, ya os contaré por qué en otra ocasión. Si hay tiempo y ganas, no descarto hacerlo.

Como siempre, contadme qué tal aquellos que la estéis viendo.