El
éxito profesional sonrió a Angélica Aragón en los años 80 y 90. En esas
décadas, Angélica se apuntó muchos de sus grandes tantos profesionales de la
mano de Televisa, con títulos como “Vivir
un poco” (1985), “La casa al final de
la calle” (1989), “Agujetas de color
de rosa” (1994) o “Cañaveral de
pasiones” (1996), en los que fue alternando, sin problema alguno,
protagonistas y villanas.
Fue
tras finalizar “Cañaveral de pasiones”
cuando decidió dar el salto a Azteca 13, la principal competencia de Televisa.
La buena racha profesional continuó gracias al éxito de “Mirada de mujer” (1997), “Todo
por amor” (2000) o “Mirada de mujer:
el regreso” (2003).
Ese
éxito que cosechó en televisión se extendió también al cine, con más de
cincuenta películas en su currículum y al teatro, con una veintena de montajes
sobre las tablas.
Sin
embargo, tras haber alcanzado una gran popularidad gracias a ellas, Angélica
Aragón decidió apartarse de las telenovelas en el año 2004, tras acabar de
rodar “Mirada de mujer: el regreso”.
Volvió siete años después para realizar una participación especial en “A corazón abierto”. Eso fue en el 2011…
Desde
entonces y hasta la fecha, Angélica Aragón ha permanecido centrada en el cine.
En junio de este año, preguntada por la situación del género en el país azteca,
respondía que “las telenovelas hoy solo
son refritos de historias de hace décadas, con tratamientos que no me gustan.
La telenovela se ha vuelto permisiva y el medio se ha vulgarizado”. No
obstante, reconoció que podría volver al género solo si se le presentaran “historias propositivas para la sociedad”.
Está
a tiempo de volver, aunque quizás no como protagonista, ya que se encuentra en
una edad a la que ninguna diva llega como protagonista: 62 años. No obstante,
ello no debería ser un problema para una actriz como Angélica Aragón, que
seguramente sería capaz de brillar con cualquier personaje.
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