Sigo
dando un repaso por la vida privada de algunos actores y actrices del género,
para detenerme en su otra profesión, en aquella que les llevó a la universidad
y a obtener la correspondiente titulación. Profesiones que, en muchos casos,
apenas han ejercido. Tras hablar de abogados y de diseñadores gráficos, en esta
ocasión voy a hacer un pequeño ‘popurrí’ de varios actores y varias
profesiones. Empiezo…
-Jaime Camil: es uno de los galanes por
excelencia del género. Su padre, dueño de varias empresas, le ‘animó’ a
estudiar Administración de Empresas, para seguir en cierta forma la tradición
familiar. Acabó la carrera en 1987, con veinticuatro años, y durante un tiempo
estuvo trabajando en las empresas de su padre. En 1993 decidió dejarlo y comenzó
a escondidas a realizar trabajos relacionados con el mundo artístico, primero
en la radio y luego en la televisión y contando con el total apoyo de su padre.
-Verónica Castro: una de las divas por
excelencia de la época dorada del género, empezó muy joven en el mundo de la
actuación. En 1969, con una larga trayectoria artística a sus espaldas se
matriculó en la Universidad Autónoma de México con el fin de estudiar una
carrera. Salió licenciada en Relaciones Internacionales unos años más tarde, en
1974, coincidiendo casi con el nacimiento de su primer hijo.
-Julián Gil: de origen argentino, llegó
a Estados Unidos con tan solo quince años, buscando el ‘sueño americano’. Allí
se encontró con lo que otros muchos inmigrantes: trabajos mal pagados para poder
sobrevivir. Empezó como pinche en un restaurante, para pasar a ser ayudante de
cocina. Con el tiempo y a base de cursos, llegó a convertirse en un prestigioso
chef que abrió su propio restaurante y lo mantuvo abierto durante siete años.
La cocina era una de sus pasiones, pero la actuación se le cruzó en el camino.
No le ha ido nada mal.
-Carlos de la Mota: es otro de los
actores de Televisa. Natural de República Dominicana, estudió en Santiago, su
ciudad natal, la carrera de Arquitectura. Se licenció y estuvo trabajando como
arquitecto durante un breve periodo de tiempo. Un musical cayó en sus manos y
vio que lo suyo era el arte, visto desde la óptica de la actuación e
interpretación.
Otro
‘popurrí’, para otra ocasión.
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