Hay producciones que no debieron
haberse hecho nunca. Una de ellas, de la que les voy a hablar hoy, “El juramento”, una telenovela producida
por Telemundo en 2008.
Para quien no lo sepa o quien no la
haya visto, “El juramento” fue un
remake que la cadena estadounidense planeó de “La mentira”, la telenovela protagonizada por Guy Ecker y Kate del
Castillo en 1999 y producida por Televisa.
“El
juramento” fue, yo
creo, una de las peores producciones de la historia de Telemundo. Ya las cosas
empezaron mal desde el principio… Los protagonistas iban a ser Fernando
Carrillo (que volvería así por todo lo alto al género) y Gaby Espino. Se
rodaron algunos capítulos con ellos, pero Carrillo, quizás por ver que la
historia no era gran cosa y hacérselo saber a los directivos, fue despedido
(aunque desde la cadena se alegó que lo habían despedido por sus continuos
retrasos). Y Gaby Espino se quedó embarazada, con lo cual hubo de abandonar la
telenovela.
Dispuestos a sacar adelante el
proyecto (yo lo hubiera dejado, sin más, así) contrataron de urgencia a un
nuevo galán, Osvaldo Ríos (un actor que nunca me ha gustado) y a una nueva
protagonista, Natalia Streignard y… ¡A rodar de nuevo!
Vi varios capítulos cuando la emitió
Nova y, al menos para mí, fue insufrible. No solo por los protagonistas, que no
tenían química alguna, sino por el lento transcurso de las cosas y secundarios
que poco aportaban a la trama.
Era aburrida, sin más. Un remake
innecesario en aquel momento, sin pizca de novedad, que el público ignoró (es
una de las telenovelas con peor audiencia de la historia de Telemundo) y que
pese a ello se vendió más o menos bien.
Recuerdo que Nova la emitió en el
penúltimo horario (19.30) y que, unas horas antes, emitía “Cuando me enamoro”, una versión parcial de “La mentira”, pero superior con creces a “El juramento”. Nunca entenderé cómo “El juramento” le sacaba
tranquilamente un punto de share y unos cuantos miles de espectadores a “Cuando me enamoro”, sinceramente.
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