Como cada lunes me gustaría hablarles
de las telenovelas y de España. El tema de esta ocasión resulta un tanto
complejo para los que me lean desde fuera de España, con lo que trataré de
simplificarlo y explicarlo de la mejor manera posible.
En España vivíamos hasta hace diez
años con cinco canales nacionales y varios autonómicos (uno por región, es lo
habitual), así como diversas cadenas locales.
Era lo que llamábamos televisión
analógica. En 2004 se empezó a explotar un nuevo modelo, el de la TDT (televisión
digital terrestre) y se otorgan diversas licencias para abrir nuevos canales,
entre ellos Nova (referente en la emisión de telenovelas en España).
En 2008, con el fin de implantar
definitivamente el modelo, se otorgan nuevas licencias, aunque, en ese
otorgamiento, se cometen varios errores formales, lo que hace que, años
después, la justicia declare ilegal ese reparto y ordene cerrar varios canales
a los distintos grupos de comunicación (solo RTVE se salva de cerrar alguno).
Ese fallo, ese defecto, era formal, no
de fondo, y por ende, perfectamente reparable por el gobierno. Pero,
simplemente, a nadie le dio por repararlo. Y no, no se asusten, cosas como
estas las encontramos a puñados en las leyes españoles, y sino que me lo digan
a mí que trabajo con ellas.
El caso es que, fruto de esa decisión
del Tribunal Supremo, antes del día 6 de mayo deben cerrar tres canales del
grupo Atresmedia (que ha decidido, según declaraciones de uno de sus consejeros
delegados, salvar solo a Nova y Neox) y Mediaset (que debe cerrar dos y ha
optado por Nueve y LaSiete, los dos de menos audiencia en estos momentos). Los
otros grupos, más minoritarios, también se ven afectados por la sentencia, pero
en todos los casos se trata de canales que ya han cerrado dados sus escasos
recursos económicos (MTV, por ejemplo).
La consecuencia directa de ello es que
perderemos, en cuestión de semanas, a LaSiete. Sí, ese canal que desde el 14 de
febrero es todotelenovelas de Televisa y que, pese a hacer de los horarios lo
que les da la gana a los programadores, pese a programar maratones sin aviso y
demás historias, nos ha traído a España tres telenovelas inéditas: “Porque el amor manda”, “Mentir para vivir” y “La tempestad”, que se despedirán (al
menos las dos últimas) antes de que el canal cierre.
Para
salvar algunas se habla de pasar, por ejemplo, lo que quede de “Porque el amor manda” y estrenar una o
dos más en Divinity, otro canal del grupo. Podría ser una buena noticia sino
fuera porque está archicomprobado el hecho de que en Divinity las telenovelas
no funcionan y acaban siendo retiradas de la parrilla o relegadas a primeras
horas del día, en el mejor de los casos.
Pero lo
peor de esto es que habían comprado grandes apuestas, entre ellas, “Avenida Brasil” y habían firmado un
contrato preferente con Televisa que entraba en vigor en 2015. Se lo van a
tener que merendar, como decimos en España, ya que, salvo que se resucite
LaSiete u otra marca dedicada a las telenovelas por parte de Mediaset en un
futuro (algo que veo improbable) no vamos a ver muchas de esas grandes apuestas
y muchas de las telenovelas que produzca Televisa tanto en lo que queda de año
como en 2015 y los años posteriores. Una auténtica lástima.
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