Suelo tener
paciencia con las telenovelas que suelo ver, ya que siempre me decanto por
disfrutar de lo que yo considero lo mejor de cada productora en cada momento.
No obstante entre
lo que yo considere y lo que realmente sea hay ocasiones en las que hay una
diferencia abismal y la telenovela en cuestión me decepciona, o al poco de
comenzarla, o tiempo después y no me queda más remedio que decir “hasta aquí hemos llegado”.
Como comentaba,
pocas han sido las telenovelas con las que he tenido que tomar tan drástica
medida en los últimos años. Algunas han sido:
-“Eva Luna” (Venevisión, 2011): también comencé a verla con su estreno en TVE, animado por el éxito que había tenido en EEUU, pese a que hacía como ocho años que no veía nada de la productora (desde “Rebeca”). Vi los primeros 21 capítulos y no conseguí engancharme, por varios motivos: la trama de la protagonista era una trama demasiado trillada (chica que entra como sirvienta a una casa y se enamora del dueño), el exceso de malos malísimos y el elevadísimo número de personajes secundarios que me sobraban y que solo estaban para rellenar escenas.
Además, en esos 21 capítulos que yo vi la historia de amor entre Eva y Daniel se resumió en un par de besos y ya.
-“Bella
Calamidades” (Telemundo, 2010): empecé a verla
cuando la estrenó TVE aquí en España por dos motivos: Danna García y Julio
Jiménez (el escritor de la telenovela). Sin embargo, un mes después,
decepcionado por completo de la historia, ya que no pasaba nada, era lenta y
muy ‘sosa’, decidí abandonarla.
Lo único bueno, las
actuaciones de María Helena Zoëring y Diana Quijano, con su tira y afloja
constante. El resto, para olvidar, especialmente Adriana Campos.
Debí ser el único
que la dejó de ver, porque tuvo un éxito impresionante, y en vez de bajar,
aumentó su audiencia semana a semana.
-“Los herederos del
Monte”
(Telemundo, 2011): la empecé a ver cuando la estrenó Nova
y me sorprendió para bien, con una historia en cierto modo distinta, y una
protagonista, Marlene Favela, con tintes de villana, lejos de las protagonistas
ilusas e inocentes a las que nos tenía acostumbrados. Junto a ella, Diana
Quijano, que se lució con su papel y sus tramas con Javier Delguiduce.
Aguanté 68
capítulos y el motivo por el que dejé de verla fue básicamente uno: la historia
cambió de tal manera que Paula se volvió buena buenísima, convirtiéndose en la
típica protagonista llorona; el padre de los hermanos no estaba muerto, sino que
regresa cambiado de rostro y un sinfín más de incoherencias que me
desilusionaron.
En esta ocasión no
fui el único que dejó de ver la telenovela ya que se estrenó con buena
audiencia y conforme avanzaron los capítulos, más o menos desde donde la dejé yo,
Nova empezó a recortar escenas para acabarla lo más pronto posible.
-“Aurora”
(Telemundo, 2010): me llamaba mucho la atención el tema que trataba (la
criogenización de personas) y estaba llamada a ser el éxito del año. Sin
embargo, aunque los primeros capítulos estuvieron geniales, la historia empezó
a desvariar, con mentiras y manipulaciones de Aurora, que crearon enredos
interminables.
Junto a esto,
numerosas absurdeces que pasaban por juntar a Sara Maldonado con Eugenio Siller
para luego desjuntarlos e inventar que el personaje de Sara estaba siendo
hipnotizado por una doctora malísima o que Siller se quedase sordo después de
que el personaje de Ismael La Rosa le golpease en la espalda con un extintor.
Todo esto unido a que congelaban y
descongelaban personajes como si nada, al tiempo que la historia de amor entre
Aurora y Lorenzo (Pila) avanzaba costosamente ocasionó que me empezara a
disgustar la telenovela. No obstante seguí y vi, cómo, para mi fortuna, Aurora
se casaba con Lorenzo, tenían una hija y cuando eran felices, comiendo
perdices… ¡Va Aurora y tiene un accidente de coche donde muere! Y eso, a
treinta capítulos del final de la historia. Me negué a seguir viéndola y
preferí quedarme con ese final no oficial de Lorenzo y Aurora juntos y felices,
pese a que luego entraron más personajes y a Lorenzo se le juntó con una
doctora que interpretaba Sonya Smith, que me encanta. Me pareció una tomadura
de pelo de Marcela Citterio a los espectadores de la telenovela.
Comentarios
En cuanto a "los herederos del monte" estoy de acuerdo contigo, yo también la empecé a ver en nova (aunque prefiero verlas por internet) y me aburrí. Por cierto, mario cimarro un poco insípido no¿? después de haber visto "el cuerpo del deseo" con esta me decepcionó mucho..
Otras que yo dejé de ver son acorralada, corazón apasionado y el talismán (cada cual peor, no se las recomiendo ni a mi peor enemigo). Yo tampoco he vuelto a ver nada de venevisión jejej.
Un saludo, me encanta tu blog!!
Sobre la Citterio, a mí me pasa lo mismo. Me llama "Reina de Corazones", pero temo que se la cargue como hizo con "Aurora" o que la alargue hasta el infinito como hizo con "Corazón valiente". Todo dependerá, una vez más, de la audiencia que tenga.