En esta ocasión pretendo desmontar un
tópico que en España se vio y oyó con mucha frecuencia hace unos ocho años,
coincidiendo con la emisión de “Amarte
así, Frijolito” y que se volvió a ver después con telenovelas de corte
similar.
Mucha gente se negó a ver la
telenovela argumentando, sencillamente, que era una telenovela infantil o una
telenovela para niños. Lo mismo pasó con “La
viuda de Blanco” y años después con “Amar
de nuevo”.
¿De dónde salía este razonamiento?
Pues de la idea de que uno de los protagonistas (o dos, en el caso de “La viuda de Blanco”) era un niño y
muchísimas personas pensaron que solo porque el uno de los protagonistas fuese
un niño ya tenía que ser la telenovela infantil, apta solo para niños y
aburrida para los adultos.
Sin embargo toda esa gente, con sus
razonamientos ilógicos, estaba equivocada.
Yendo por sus tramas más relevantes
diré que en “Amarte así, Frijolito”,
se tocaban temas como la eyaculación precoz y el fetichismo por los disfraces a
la hora de hacer el amor de Francisco; las drogas y embarazos no deseados a
través de Rosita y su ‘novio’ o la violación que cree Margarita que sufrió y de la que nació su hijo. ¿Son temas
infantiles todos estos? La respuesta es no.
Y es que no se puede calificar como
infantil una telenovela por el simple hecho de que uno de sus personajes
principales sea un niño.
Por regla general todas estas
telenovelas presentan temas que afectan casi con más especialidad a los adultos
que a los niños, como comprobamos con “La
viuda de Blanco”. Y se dirigen a todos los públicos y no solo a los niños.
Podría entender que se calificasen
como infantiles telenovelas del tipo de “Gotita
de amor” o “Vivan los niños”,
historias que, en efecto, sí van dirigidas al público infantil.
Acabo recomendando echar un vistazo a
cualquier telenovela antes de juzgar sobre su naturaleza o calidad. Mucha gente
de la que no vio “Amarte así, Frijolito”
(que a pesar de eso tuvo un éxito tremendo, despidiéndose con cuotas del 29% de
share), por los motivos que antes comentaba, se hubiera sorprendido de la
calidad de la historia.
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