Entre los años 2005 y 2008 prácticamente todo lo que producía Telemundo se acababa viendo en España, a través de La 1 de TVE o Antena 3. Así llegaron El cuerpo del deseo, Marina, Victoria, El Zorro, Dame chocolate, Amores de mercado, La viuda de Blanco, Tierra de pasiones, La Tormenta, Corazón partido, Los Plateados o Amarte así, entre otras.
En el tintero se quedó Pecados ajenos, pese a que tuvo éxito en Estados Unidos, y pese a estar protagonizada por Lorena Rojas, que aquí triunfó con El cuerpo del deseo, y Mauricio Islas, que arrasó con El manantial y Amor real. Nadie se interesó por esta telenovela, una historia original de Eric Vonn. Ni el fallecimiento de su protagonista en 2015 hizo que Nova se animase a emitirla, pese al éxito que tuvo El cuerpo del deseo en sus cinco o seis reposiciones en el canal.
Siempre tuve ganas de verla y este 2022 me decidí a hacerlo. Puedo presumir de que tengo una espinita menos y reconozco que me apena que no haya llegado a España, porque es una telenovela que seguramente habría funcionado.
⚠ ATENCIÓN: ADVERTENCIA SOBRE SPOILERS
Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener spoilers. De igual modo, advierto de que en los comentarios de esta crítica también puede haber algún spoiler.
Natalia (Lorena Rojas) lleva veinte años casada con Rogelio (Ariel López Padilla), dos décadas en las que ha sufrido todo tipo de maltratos por parte de su esposo y de la madre de este, la ambiciosa Ágata Mercenario (Lupita Ferrer). Decidida a divorciarse, Natalia sufre en sus carnes las consecuencias de un plan tramado por Ágata en colaboración con Inés (Catherine Siachoque), que fingido durante años ser la mejor amiga de Natalia pese a odiarla tanto o más que la propia Ágata.
Las malvadas mujeres se salen con la suya y Natalia, con su imagen por los suelos, y rechazada por sus hijos, Gloria (Sofía Lama) y Luis (Alonso Espeleta), decide alejarse de los Mercenario y emprender una nueva vida. El destino quiere que su camino se cruce con el de Adrián (Mauricio Islas), que, como ella, lleva veinte años casado con Elena (Sonya Smith), una mujer con graves problemas psicológicos que han terminado por destrozar su matrimonio, del que han nacido dos hijos, Alfredo (Jencarlos Canela) y Denisse (Mariana Torres).
El amor entre Natalia y Adrián no tarda en surgir. Ambos deberán enfrentar los muchos obstáculos que les interpondrán Ágata, Inés y Elena, capaces de todo para destruirlos, a ellos y a sus familias.
Tráiler y datos
Estados Unidos. Telemundo, 2007-2008.
167 capítulos.
PRODUCTOR EJECUTIVO: Aurelio Valcárcel Carroll.
GUION: Eric Vonn, Adriana Salas, José Oquendo y Roberto Stopello.
DIRECCIÓN: Danny Gavidia y David Posadas.
Emitida en Estados Unidos entre el 8 de octubre de 2007 y el 13 de junio de 2008.
Personajes y actuaciones
No os podéis imaginar lo que supuso para mí reencontrarme con Lorena Rojas, siete años después de su fallecimiento y en la última telenovela que rodó plena de salud. Siempre estuve convencido de que perdimos demasiado pronto a una grandísima actriz y cantante y me reafirmo. Lorena brilla con Natalia, un personaje que es una de las protagonistas más humanas que he conocido. Con ella se empatiza rápidamente, tanto en lo bueno como en lo malo. En una época en la que las protagonistas eran mujeres abnegadas, Natalia voltea el arquetipo como un personaje muy bien desarrollado, repleto de matices, que no se doblega ante las villanas de esta historia y que, incluso, se defiende de ellas a través de métodos poco convencionales.
Su química con Mauricio Islas es extraordinaria, quizás porque Adrián, el personaje de Mauricio, es tan humano como Natalia. No es de extrañar, por ello, que su historia vertebre toda la telenovela sin altibajos, sin vaivenes, y sin sucumbir a los obstáculos que les ponen en su camino. Visto con perspectiva, Adrián es un buen antecedente de eso que ahora llaman la nueva masculinidad. Adrián es un tipo comprensivo, que apoya a su pareja hasta en las situaciones más duras, que la ayuda a ver determinadas cuestiones desde otras perspectivas y que, es, en suma, como debería ser cualquier hombre con su pareja. Solo se le puede reprochar un poco el orgullo que le impide aceptar regalos de Natalia para no sentirse mantenido por ella, aunque en el fondo es algo que también habla muy bien de él. Gran trabajo el de Lorena y Mauricio, sin duda alguna.
Lupita Ferrer es Ágata Mercenario |
Mencionaba hace unas líneas a las villanas de esta historia, en plural, porque son tres. Y aun siendo villanas, las tres tienen un punto de humanidad poco común en la época en la que se rodó esta telenovela. Pese a que hay un buen equilibrio de sus tramas, una destaca por encima de las otras, también por una especie de jerarquía interna entre ellas. Hablo de Ágata Mercenario, una villana sin escrúpulos, sumamente astuta, y con un sentido del humor extraordinario (y a veces muy negro) con la que Lupita Ferrer se reivindica como una de las grandes actrices del género. Es una delicia verla en escena como esta mujer, impregnada por un lenguaje, unos gestos y un tono de voz tan particulares que la hacen, para mí, entrar en el Olimpo de las grandes villanas del género. Supe que la primera actriz que contemplaron para Ágata fue la fallecida Susana Dosamantes, y aun siendo otra gran intérprete, no me la imagino como Ágata. Realmente, no me imagino a nadie que no sea Lupita dando vida a este personajazo.
La segunda villana es Inés, con la que sucedió algo parecido. A pocos días de que comenzara el rodaje, se decidió cambiar a Aylín Mújica por Catherine Siachoque y, sin desmerecer a Aylín, creo que fue una excelente decisión. Catherine se luce con una villana que bebe mucho de Ágata, su particular maestra en una relación de amor-odio-cinismo que es una delicia. La personalización del lenguaje, del vestuario y de la imagen de Inés contribuye a configurar otra villana icónica, que también tiene un aspecto muy humano, que saca a relucir de vez en cuando.
Cierra el trío de villanas Sonya Smith, de la que soy muy fan desde hace muchos años, y que para mí es una de las actrices más versátiles que hay. Lo demuestra con Elena, una mujer con evidentes problemas psicológicos que, como villana, tiene un desarrollo muy interesante. De hecho, puede que sea la más desarrollada de las tres. Pese a todo lo que arma y desarma, es imposible no empatizar con ella si se entiende por qué actúa como actúa, tras crecer sin un padre y perder el amor de Adrián.
No solo de villanas vive esta telenovela, también de villanos. Ariel López Padilla es uno de ellos. Convertido en Rogelio, el hijo de Ágata, López Padilla demuestra que puede con lo que le echen, como este personaje, un tipo muy complejo, que no solo es un alcohólico y maltratador, sino también un homosexual reprimido y un pobre hombre que ha crecido acomplejado a la sombra de su madre. Me gustó mucho y, aun siendo villano, genera compasión. Cerca de Ágata también se encuentra Manuel, su amante, un tipo interesado en su fortuna que interpreta magistralmente Sebastián Ligarde.
Solo con los protagonistas y los villanos podría armarse una telenovela potente. A esta base se suman una serie de personajes secundarios que enriquecen aún más el resultado final. Es el caso de Mónica y Saúl, la mejor amiga de Natalia y el mejor amigo de Adrián, respectivamente. Alicia Plaza y Carlos Camacho interpretan a esta pareja dispareja, marcada por la diferencia de edad, con la que es imposible no reírse. Los dos están de diez. Por si fuera poco, su historia se completa con otro personajazo, Rosy, la hija de Mónica, interpretada por Hannah Zea, que tiene una química brutal con Carlos Camacho.
Los hijos de los protagonistas también contribuyen a reforzar un elenco principal soberbio. Por aquí andan unos jovencísimos Mariana Torres y Jencarlos Canela, que interpretan a Denisse y Alfredo, los hijos de Adrián y Elena, y Sofía Lama y Alonso Espeleta, que hacen lo propio con Gloria y Luis, los hijos de Natalia y Rogelio. Es increíble el trabajo que hacen los cuatro para lo jóvenes que eran. Lo mismo cabe decir de Eduardo Cuervo, Tali Duclaud, Roberto Plantier y Pablo Portillo, que completan el nutrido elenco juvenil de esta historia con personajes que de una u otra manera se relacionan con los hijos de Adrián y Natalia.
Cierran el elenco principal la gran Chela Arias, que interpreta a Raquel, la madre de Elena, un personaje que cuenta con varias escenas muy conmovedoras; Andrés García Jr., que da vida a Javier, un abogado con mucha trascendencia en diversas tramas, y Evelin Santos, como la comandante Gasparina Godoy, clave para resolver distintos asuntos turbios en la historia.
Junto a estos actores, actrices y personajes se encuentran otros muchos, decenas, que van y vienen, como episódicos y participaciones especiales. Permitidme que destaque el buen hacer de Sandra Eichler, convertida en Tina, una funcionaria de prisiones sin escrúpulos; Midred Quiroz, que conmueve como Laura, una mujer maltratada por su marido; Héctor Soberón, que se luce como Gary, un amigo de Adrián estrechamente ligado a Inés; Daniel Lugo, que es una delicia verlo como Marcelo Mercenario, un tipo de lo más pícaro y socarrón, y Maritza Rodríguez, que llega en los últimos capítulos para dar vida a Karen, una joven con un sufrido pasado.
PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2
Tramas
Pecados ajenos es una telenovela original de Eric Vonn, uno de los grandes guionistas del género y, también, uno de los más atrevidos, en el buen sentido de la palabra. Las suyas son telenovelas de autor, hechas por alguien que siempre ha ido más allá en cuestión de tramas, que cuida mucho lo que escribe y que disfruta moldeando personajes que acaban convertidos en auténticos iconos. Vista desde la óptica de 2022, esta es una telenovela adelantada a nuestro tiempo, así que imaginaos lo que tuvo que ser en el 2007, una época en la que el género aún se encontraba encorsetado en moldes más clásicos. Quizás por ello nunca llegó a emitirse en España.
El planteamiento de la telenovela anuncia que lo que uno se va a encontrar es una historia vanguardista. Ni era común ni aún lo es que los protagonistas sean dos adultos con hijos veinteañeros que vienen de matrimonios destrozados por distintas causas. Tampoco que haya tantos villanos. El primer capítulo, dotado de un ritmo frenético, advierte de que se comienza a ver una telenovela distinta en el fondo y en la forma, algo que se corrobora en todos y cada uno de los que le siguen.
Adrián y Natalia permanecen juntos toda la telenovela |
El amor entre Adrián y Natalia sirve de eje para vertebrar un amplio abanico de tramas que tocan palos muy variados. Es muy interesante, en ese sentido, observar la espiral destructiva en la que entra Rogelio a causa de su alcoholismo, las ambiciones que mueven a Ágata e Inés, el hecho de que Gloria acabe ejerciendo la prostitución para mantenerse económicamente, los tabúes que debe romper Luis para vivir su vida como una persona que se ha enamorado de otra de su mismo sexo, o cómo las drogas transforman a la protagonista en un determinado momento de la telenovela.
Todo ello se ve salpicado de tramas más clásicas, como el amor que surge entre los más jóvenes, con parejas como la de Denisse y Charly, la de Alfredo con María, la de Ricardo y Elsa, o la de Luis y Héctor, en la que la homosexualidad se aborda sin tapujos.
Lo único que puede reprochársele a nivel argumental a esta telenovela no es tanto algo relacionado con las tramas, sino más bien con su planificación inicial, que pudo haber sido mejor. Me explico. La historia arranca con muchos personajes y una serie de tramas que se agotan en pocos capítulos, como la del abogado Eduardo Larios y su esposa Marisela, o la de Laura y Anselmo. Sirven, si acaso, para introducir a personajes que van creciendo poco a poco, como Ricardo, el hijo de Eduardo y Marisela, pero, una vez agotadas, no tienen más razón de ser. Es por ello que celebro la decisión que toma Eric Vonn de borrar de la telenovela a todos estos personajes una vez han cumplido su ciclo. No es algo habitual, pero vale más hacerlo a tener que lidiar con personajes cuyo arco argumental se agota pronto y que hubieran terminado siendo auténticos estorbos. Algo parecido sucede también con Ramón y Melisa, aunque con un arco más amplio, con Chabela y con alguno más que seguramente me dejo.
Inés juega con la paternidad de su hijo, que achaca, entre otros, a Rogelio |
Narrativamente, es una muestra de valentía esto que acabo de comentar, como también lo son los giros de guion que se incluyen conforme avanza la historia, muchos de ellos totalmente imprevisibles. Vonn juega con el espectador igual que lo hace con sus personajes en temas como la paternidad de Charly, el padre de Elena o los tejemanejes secretos de Ágata, por citar solo unos ejemplos. Se agradece ese juego y lo bien resuelto que está, por lo impredecible que resulta acertar. En mi caso, hubiera apostado a que Ágata había matado a su marido para quedarse con su fortuna y habría perdido.
Pese a ser una telenovela con 167 capítulos, el ritmo tan potente con el que arranca se mantiene en buena medida a lo largo de la historia. Es cierto que los acontecimientos se estancan un poco hacia la mitad, con puntos de interés que se demoran en el tiempo, como el viaje de Ágata y Manuel a Japón, que parece que nunca va a llegar, pero siempre hay algo en cualquiera de las muchas tramas que consigue mantener la atención del espectador.
Ágata tiene un gran protagonismo en el final de la telenovela |
Todo ello conduce a un final que es de los más trepidantes y arriesgados que he visto nunca, pero congruente con la telenovela. Pecados ajenos demuestra en sus primeros 166 capítulos que no es una telenovela al uso y que, por esa razón, no puede tener un final común. Aplaudo a Eric Vonn por jugársela con un recurso muy original que otorga a esta historia un cierre perfecto. Gracias a ello esquiva también la única laguna argumental que he detectado, y es que nunca se llega a saber qué ocurrió con Laura y María, pero claro, una vez visto el final, tampoco importa. Ojalá en la vida real tuviésemos mecanismos como los que tiene la ficción para jugar con los acontecimientos.
TRAMAS: 4,8/5
Más cosas
Muchas veces os he hablado de cómo en las telenovelas de Telemundo Studios Miami era habitual encontrarse con decorados acartonados y realizaciones que dejaban bastante que desear. Esta telenovela debe ser la excepción que confirma la regla, porque, para empezar, cuenta con muchísimas localizaciones exteriores, algunas tan espectaculares como el club de polo, y los decorados, utilizados para representar interiores de viviendas y oficinas se ven muy realistas, dentro de lo que cabía esperar en 2007. La mansión Mercenario o la casa de Adrián son dos buenos ejemplos de ello.
En general, no se le puede reprochar nada a la realización, más allá de la chapuza de reutilizar por tercera vez la toma de un accidente que se grabó para Prisionera y se había utilizado también en El cuerpo del deseo, como ya os comenté.
El vestuario está muy trabajado y se nota esa correspondencia entre el tipo de prenda y la psicología del personaje que siempre es un plus. Tanto los adultos como los jóvenes están impolutos, aunque, vista desde 2022, hay looks que aterran. Imagino que alguien dirá lo mismo en 2037 de cómo nos vestimos en la actualidad.
Pecados ajenos tiene, además, un nada desdeñable logro, el de ser una de las telenovelas mejor musicalizadas de la historia de Telemundo, con una amplísima banda sonora en la que figuran, entre otros, títulos como Dibujemos un mundo, el tema principal, interpretado en un primer momento por Jencarlos Canela y Christine Marie, y, después, por Jencarlos en solitario; Sin ti no sé, una balada espectacular compuesta e interpretada por Lorena Rojas, y que dejo sobre estas líneas; Será más fácil, otra balada en boca de Jencarlos; Volar, un temazo de Jaime Ciero; Contigo se me vuelve la vida, de Diego Vargas, o Junto a ti, de Maguer. Puede que estos dos últimos os suenen de algo, porque también formaban parte de la banda sonora de El cuerpo del deseo.
Normalmente concluyo este apartado hablando del lenguaje en las telenovelas. En esta no hay nada que criticar, al contrario, hay que celebrar que haya instaurado un lenguaje propio, repleto de expresiones como mi alma, la célebre coletilla de Ágata, y términos como piruja, el apodo con el que Elena se refiere a Natalia.
MÁS COSAS: 2,7/3
El elenco, junto a Dan Brown, presidente de Telemundo, en la presentación a los medios |
Quince años después, por fin me quité la espinita de no haber visto Pecados ajenos. Realmente, sigo sin entender por qué no llegó a España, porque estoy convencidísimo de que habría funcionado. Un elenco espectacular y un guion soberbio y poco convencional, hacen de esta una telenovela que se disfruta muchísimo. Si no la habéis visto, merece la pena.
PUNTUACIÓN FINAL: 9,5
Gafemo
Comentarios
Tienes razón, el elenco adulto como el juvenil fue excelente, no por nada después Sofia Lama y Jean carlos siguieron en roles más importes en Telemundo.
Le dieron un horario un tanto particular, ¿no? Me alegro de que aun así tuviera éxito.
Sobre lo de Rogelio, te cuento algo que igual censuraron en México, porque por tu comentario creo que no viste la escena en cuestión. En un capítulo, Luis y Héctor están en un antro gay y ven, en la barra, de espaldas, a un hombre maduro tocándole la espalda (y algo más abajo, que se insinúa pero no se muestra) a otro. En un momento dado ese hombre se gira... ¡y es Rogelio! Y si mal no recuerdo, se marcha con el hombre al que acariciaba. Es verdad que fue una trama que no dio mucho de sí, más allá de que Natalia se lo cuenta a doña Ágata.
La relación entre doña Ágata y sus nietos es bestial. Con Luis se pasa, pero con Gloria no se queda atrás. Eso sí, Luis era más respondón que Gloria.
Como curiosidad, inicialmente Gloria iba a ser Geraldine Bazán. Creo que ganaron con el cambio.
Un saludo!
Es una opción muy interesante esa que comentas. Realmente, con no ver los últimos quince minutos bastaría. A ver, el recurso de todo fue un sueño es muy facilón. Aquí en España tuvimos una serie de éxito, "Los Serrano", que concluyó así después de muchos años y hubo un sentimiento de decepción generalizado.
Sin embargo, lo de "Pecados ajenos" no me atrevería a calificarlo de sueño. Un familiar que se pasó mes y medio en coma inducido me contaba que cuando despertó recordaba haber imaginado muchísimas cosas, asociando voces, los ruidos del hospital... Quiero decir, en ese sentido es creíble que Natalia soñase toda su historia con Adrián a partir de lo que este le contaba. También es interesante que fuesen un poco más allá y al final su historia se dé una vez ella se recupera, o eso parece. Reconozco que a mí también me gustó porque supone que no hubo ninguna de las muertes que se ven en los capítulos previos. Mira que Ágata es despreciable, pero me dolió verla recibir la inyección letal. Es lo que tiene tratar con personajes tan carismáticos, que aun siendo villanos, se les toma cariño.
Un saludo!
No tengo la carpeta de Mega en la que los descargué yo porque esa carpeta está inoperativa. Supongo que la habrán borrado en este tiempo, porque yo los descargué entre abril y junio.
Sí que por causalidad, en un foro que frecuento, me encontré con una segunda subida de principios de verano. Está en 1080 p y para tener los capítulos lo único que hay que hacer es unirse a un grupo de Google cuyo enlace es este: https://groups.google.com/u/0/g/amigosdetodoelmundo
De ese grupo yo me descargué hace algún tiempo una telenovela (creo recordar que fue "Pura sangre") y sin problemas.
Toda la info del foro la puedes ver aquí: https://xa-cs.com.ar/topic/11482-pecados-ajenos-2007-1080p/?tab=comments#comment-119679
Espero haberte servido de ayuda.
Un saludo!