En marzo de 2008 Antena 3 estrenó Pura sangre. Lo hizo tras semanas de intensa promoción y con referencias continuas al éxito en público y crítica que esta telenovela había obtenido en Colombia. Pese a que era una importante baza, Pura sangre se las tuvo que ver con Marina, que entonces arrasaba en La 1 de TVE, y con un canal, Antena 3, que no atravesaba su mejor momento en términos de audiencia. El resultado no le fue muy favorable, con una media final de 882.140 espectadores y un 9,90% de cuota de pantalla. Pese a los datos, sí que tuvo algo muy importante a su favor, la fidelidad de sus espectadores y las maravillas que hablaban de ella incluso algunos que no eran fervientes seguidores del género.
Pasé ganas de verla, pero no pudo ser, pues yo era de los de Marina. Tampoco lo pude hacer cuando la remitió Nova, hace ocho años. A finales de 2020, decidí resarcirme y, por fin, comencé a ver Pura sangre. La acabé a principios de abril y hoy os ofrezco su crítica.
[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura después de haberla visto. De igual modo, advierto de que en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].
Chía, 1991. A la casa de los Lagos, una de las familias mejor acomodadas de la zona, llega una joven llamada Paulina (Kathy Sáenz) dispuesta a convertirse en la asistente del patriarca, el rico empresario Alejandro Lagos (Pepe Sánchez). La joven consigue hacerse con ese puesto y poner en marcha un plan que le ha sido encargado por un misterioso hombre que solo desea acabar con la familia Lagos.
Uno de los primeros pasos de ese plan es alejar de la familia a María (Carmenza Gómez), la empleada de confianza los Lagos. María vive cerca de la casa con su hijo Eduardo, un niño que conoce el tierno amor de la infancia con Florencia, la hija menor de los Lagos. En el día de la comunión de esta, Paulina los descubre besándose y convence a Alejandro de que el niño estaba abusando de su hija y que lo mejor es despedir a María y mandar al niño a estudiar, como interno, al seminario del pueblo. Paulina logra sus objetivos y Eduardo y María abandonan la casa pese a las lágrimas de Florencia y del resto de empleados. Cumplida esta tarea, Paulina procede a ejecutar una segunda, matar a Genoveva de Lagos (Alejandra Borrero) y casarse con Alejandro. Pese a que cumple con ello, en el camino se deja un cabo suelto, Irene (Laura Perico/ Helga Díaz), que ha sido testigo de la muerte de su madre. Para deshacerse de ella, Paulina ordena a Alejandro que la ingrese en un psiquiátrico donde será drogada hasta perder su conciencia y voluntad.
Diecisiete años después, el plan sigue su curso, con Paulina convertida en uno de los altos cargos de Prolasa, la empresa familiar, que no pasa por un buen momento económico. Peor le van las cosas a María, enferma desde hace años y sin contar con ninguna ayuda por parte de aquella familia a la que quiso tanto. La muerte de la anciana trae de vuelta al país a su hijo Eduardo (Rafael Novoa), que se ha formado en Estados Unidos y es ahora un joven con un futuro prometedor. Eduardo se sorprende al ver las penosas condiciones en las que ha muerto su madre y jura vengarse de los Lagos, para lo que adopta una nueva identidad y se convierte Marco Vieira. En su venganza, el joven irá descubriendo el gran secreto que envuelve a los Lagos y comprobará que no ha podido olvidar a Florencia (Marcela Mar) y tampoco ella a él.
Colombia. RCN, 2007-2008.
104 capítulos.
PRODUCTOR EJECUTIVO: Guillermo Restrepo.
GUION: Mauricio Navas, Tania Cárdenas Paulsen, Conchita Ruiz y Guillermo Restrepo.
DIRECCIÓN: Herney Luna.
Emitida en Colombia entre el 14 de agosto de 2007 y el 26 de marzo de 2008.
PERSONAJES Y ACTUACIONES
Rafael Novoa y Marcela Mar protagonizan esta historia convertidos en Eduardo Montenegro (o Marco Vieira) y Florencia Lagos. Ambos se dejan la piel en sus personajes, con una entrega impresionante que lleva al espectador a sentirse partícipe de los planes de Eduardo y también en el amor tan puro que le profesa a Florencia desde que ambos eran niños.
Rafael Novoa y Marcela Mar son Eduardo y Florencia |
Kathy Sáenz cierra el triángulo principal, muchas veces con más peso argumental que Eduardo y Florencia. Paulina Riascos, su personaje, es una joya. En general, todos los personajes están muy bien escritos, pero Paulina tiene una profundidad deliciosa, que la lleva a moverse entre la villana temible y la joven víctima de una serie de calamidades desde que era niña, lo que explica en cierta forma el nacimiento de esa villana que es. Tampoco conocía a Kathy y me quito el sombrero ante el magnífico trabajo que lleva a cabo en esta telenovela. Ojalá pueda coincidir con ella y con Marcela en un futuro.
Conocía a Rafael, uno de los grandes actores colombianos, pero no así a Marcela, a la que acabo de descubrir, como quien dice. Me ha gustado su naturalidad y me ha gustado la fuerza que tiene el personaje incluso en las situaciones más adversas y pese a que en más de una ocasión su familia o el propio Eduardo le ocultan determinadas cosas. La química entre Rafael y Marcela es preciosa, aunque la historia, como os explicaré más adelante, no se centra en lo romántico. Os dejo claro desde ya que esta no es una telenovela al uso.
Conocía a Rafael, uno de los grandes actores colombianos, pero no así a Marcela, a la que acabo de descubrir, como quien dice. Me ha gustado su naturalidad y me ha gustado la fuerza que tiene el personaje incluso en las situaciones más adversas y pese a que en más de una ocasión su familia o el propio Eduardo le ocultan determinadas cosas. La química entre Rafael y Marcela es preciosa, aunque la historia, como os explicaré más adelante, no se centra en lo romántico. Os dejo claro desde ya que esta no es una telenovela al uso.
Kathy Sáenz es Paulina, la esposa de Alejandro (Pepe Sánchez) |
Pura sangre tiene un elenco no muy amplio y vinculado, de una u otra forma, a la familia Lagos. Pepe Sánchez es el patriarca de este clan, un actor que en esta telenovela brilla con un doble papel, como un ángel bonachón e inocente y como un demonio capaz de las peores atrocidades, amparado en una particular venganza. A Pepe, que falleció en el 2016, le gustaba mucho dirigir y solo aceptaba ponerse delante de la cámara si el personaje o la ocasión lo merecían y Alejandro Lagos y Eusebio Beltrán lo merecían, sin duda alguna. Brutal el trabajo que se marca Pepe con estos dos personajes.
Alejandro Lagos se casó con Paulina tras enviudar y tiene cinco hijos de su primer matrimonio. Federico es el mayor, un hombre ambicioso, que ve en el dinero su principal pasión. Juan Pablo Gamboa da vida a este tipo, que vive acomplejado por su impotencia, lo que ha dañado su matrimonio con Susana, muy parecida a él en carácter, pero obsesionada no tanto con el dinero, sino con ser madre, un sueño que su marido no puede cumplirle.
Silvia de Dios y Juan Pablo Camboa son Susana y Federico |
Silvia de Dios encarna a esta mujer, que no duda, incluso, en buscarse un amante para embarazarse, Samuel, un joven al que interpreta Manuel Sarmiento. Me encantó este triángulo y la manera en la que se desarrollan los acontecimientos, aunque el final deje alguna que otra cosa en el aire sobre el matrimonio de Federico y Susana y el hijo que esta tuvo de Samuel. Los tres hicieron un magnífico trabajo.
Algo más joven que Federico es Irene, la segunda de los hijos de Alejandro, una joven treintañera que pasa más de la mitad de su vida en un psiquiátrico tras descubrir, por accidente, los verdaderos planes de Paulina. Helga Díaz interpreta a esta mujer atormentada y sumida en una especie de aturdimiento, fruto de la medicación que le suministran y de las circunstancias que han rodeado su vida. Es un personaje fascinante, por el que es inevitable sentir ternura, gracias, en muy buena medida, a lo bien que lo lleva Helga, que además gestiona con muchísimo cuidado el lenguaje no verbal –silencios, miradas, gestos…– para que Irene despierte en el espectador una mayor empatía si cabe.
Helga Díaz es Irene Lagos |
Es preciosa la química que tiene con su compañero de psiquiátrico, José María, un anciano apartado del mundo, como ella, por su propia familia, y del que se ocupa Jaime Barbini. Dentro del psiquiátrico, es obligado felicitar a Fernando Arévalo, el doctor Ortegón, el médico puesto por Paulina al mando del centro y que es un personaje con muy pocos escrúpulos pero con una gran capacidad para sacar una sonrisa con sus disparates y su particular personalidad.
El tercero de los hermanos Lagos es Camilo, un veinteañero con un carácter muy similar al de Federico, pero con mayor maldad si cabe. Andrés Juan disfruta con este personaje que no tiene reparos en maltratar a quien se ponga en su camino. Muy buen trabajo el de Manuel José, el único de los Lagos que no conocía. Entre sus víctimas destaca una, Silvia, la mejor amiga de Florencia y novia de Camilo durante algún tiempo. Juliana Galvis se ocupa de esta joven que renace gracias a Eduardo. Me gusta mucho Juliana, y para ser uno de sus primeros papeles en el género, se lució, yendo claramente de menos a más a lo largo de la telenovela.
Andrés Juan y Manuel José Chávez son Camilo y Simón |
Muy pocos años son lo que lleva Camilo a Simón, el cuarto hijo de Alejandro, y que nada tiene que ver con los anteriores. Este joven bohemio, pintor de profesión, vive sin molestar a nadie y dispuesto siempre a echar una mano a quien lo necesite. Fruto de ello conoce a Lucía, una joven que llega al pueblo en busca de su madre, que la abandonó recién nacida y de la que le es inevitable enamorarse. Manuel José Cháves y Alejandra Sandoval conforman esta pareja, la más bonita y romántica que tiene la telenovela. Pese a que el guion muchas veces no los ayuda, Manuel José y Alejandra brillan juntos y por separado, con una gran química y muchísima naturalidad.
De la quinta hija de Alejandro, Florencia, ya os he hablado, no así de su esposo, Renato, un hombre tan sombrío como Paulina, de la que es amante, y tan ambicioso como Federico. Alejandro López convence como este villano, aunque a veces se muestra algo sobreactuado. Eso sí, me gustó especialmente su complicidad con Kathy Sáenz.
Isidro, Azucena y Margarita son amigos de la infancia de Eduardo |
Los Lagos son una de las principales familias de la zona gracias a su empresa láctea y a la cría de caballos. Para ellos trabajan una serie de personajes, como Isidro y Azucena o las hermanas de esta, Margarita y Rosa. Carlos Manuel Vesga, Carolina Cuervo, Jenny Osorio y Marcela Benjumea conforman esta familia, muy cercana también a Eduardo. En ese sentido, es preciosa la amistad que Montenegro tiene con Isidro y Azucena y cómo todos, Margarita incluida, tratan de ayudarlo en su plan contra los Lagos. El matiz de Margarita tiene su por qué, que no es otro que estar enamorada de Eduardo y saberse no correspondida, lo que a veces la lleva a actuar de forma impetuosa, sin pararse a pensar. Me han gustado mucho los cuatro, aunque me habría gustado que Carolina tuviese algo más de peso en los guiones, por lo menos el mismo que sus hermanas. También para los Lagos trabaja Carlos Hurtado, que interpreta a Arístides, el chofer de Alejandro y secuaz de Paulina. Pese a ser un matón encubierto de chofer, es un personaje que tiene mucho sentido del humor y que gracias al desparpajo de Carlos saca más de una sonrisa al espectador.
Jason Chad es Mike Horton |
Más cerca de Eduardo que de los Lagos, aunque de una u otra forma acaban estrechando relaciones con la poderosa familia, están otros cinco personajes. Uno de ellos es Mike, un gran amigo que Eduardo hizo en Estados Unidos y que viene a Colombia para ayudarlo con su plan de venganza. Bien dicen eso de que quien tiene un amigo tiene un tesoro, en el caso de Eduardo, dos, ya que Mike e Isidro se convierten en sus mejores aliados. Gran trabajo el de Jason Chad, el actor estadounidense que se encargó de Mike. En los planes de Eduardo también juega un papel destacado un sacerdote, el padre Matías, al que interpreta Diego Vélez. Las conversaciones de Eduardo con el director del seminario en el que estudió constituyen los mejores diálogos de la telenovela, con una profundidad exquisita en cuestiones de fe y de aspectos relacionados con la eterna lucha entre el bien y el mal. Magnífico el trabajo de Diego con un personaje clave en distintas etapas de la telenovela.
Eduardo y Mike recatarán del prostíbulo del pueblo a dos mujeres, Marcela (Renata González) y Natalia (María Fernanda Yepes), que los ayudarán en sus planes de muy diferentes maneras. Buen trabajo el de ambas y tiernísima química la que Renata tuvo con Edgardo Román, el herrero Atila, otro aliado de Eduardo y padre de esta joven.
Permitidme cerrar este apartado con un brevísimo viaje a 1938, un año clave para entender esta telenovela. En él el espectador conoce el triángulo que conforman Pedronel Lagos y Clemencia de Lagos, los padres de Alejandro, y Ana Gregoria Beltrán, una joven criada de la familia en la que pone sus ojos Pedronel. Fue todo un acierto que Juan Pablo Gamboa se encargase de dar vida al abuelo de su otro personaje, porque hizo una labor encomiable. No se queda corta Adriana Arango, que interpreta a la malvada Clemencia de Lagos. Mis felicitaciones también para Martina García, que sufre como Ana Gregoria las terribles consecuencias de un amor correspondido –o eso creo– pero imposible de prosperar en los años 30, máxime en una clase social como la de los Lagos.
PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2
TRAMAS
Os decía hace unas líneas que Pura sangre no es una telenovela al uso y no lo es no por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta. Quizás ahí estuvo la clave de su mayor éxito: que incluso gente que no había visto una telenovela en su vida le diese una oportunidad.
Narrativamente, Pura sangre fue una excepción a lo que se solía ver en la televisión de hace catorce años. Si en cualquier telenovela se daban al espectador hasta los más nimios detalles de los personajes y sus acciones, en esta se optó por no dar nada más allá de lo esencialmente necesario. El espectador debía, sí o sí, permanecer enganchado si quería ir sabiendo más cosas. La fórmula, teóricamente sencilla, se revela muy compleja conforme avanzan los capítulos. Si al principio solo inquieta saber quién es esa voz grave que da órdenes a Paulina, veinte capítulos más tarde perturba no saber quién es esa voz ni qué es lo que le une a Paulina ni por qué odia tanto a Eduardo como a los Lagos. Otros veinte capítulos después inquieta lo anterior y descoloca la posibilidad de que Paulina y ese misterioso hombre hayan tenido o no un hijo y qué papel juega en todo aquello una sirvienta cuyo nombre descubre Eduardo, casi por casualidad.
Paulina, escuchando órdenes de la voz misteriosa |
La gestión del suspense, muy bien dosificado, es uno de los principales puntos fuertes de la historia, un suspense que va, como os explicaba, de menos a más, incluso cuando ya se comienzan a resolver algunos de los interrogantes. Ese suspense crea una atmósfera oscura, densa, a la que contribuye también, en buena medida, la muerte como tema. La telenovela arranca con una muerte y hasta el final se suceden varias, algunas reales y otras figuradas. Se llega incluso a desenterrar varios cadáveres y el cementerio es un localización recurrente, tanto que es la única telenovela que vi que termina con una última escena en un majestuoso camposanto.
La venganza de Eduardo contra los Lagos refuerza por momentos ese suspense, al igual que muchas tramas que envuelven a Federico, Susana o Camilo. El mal es quien manda durante buena parte de la telenovela, aun cuando del lado del bien, el espectador sí conozca y más o menos comprenda qué lleva a Eduardo a convertirse en Marco Vieira y comenzar su venganza contra la poderosa familia. En general, los planes de Eduardo están bien trazados, con un inicio potente que da paso a una etapa muy estratégica, con Paulina como aliada, en la que, sin saberlo, Eduardo da los primeros pasos para la destrucción de esta mujer. Es un acierto que Montenegro se desviva por Irene y que, pese a todo, siga enamorado de Florencia.
En ese amor reside otro acierto de la telenovela, el hacer que, bajo la venganza y todos los interrogantes que se nos plantean, siga latiendo una preciosa historia de amor que engancha, y mucho, pese a que en la práctica no se concreta más allá de unas cuantas miradas y seis o siete besos. Es de aplaudir que lograran mantener una historia de amor a lo largo de más de cien capítulos sin recurrir al amor físico más que en contadas ocasiones, tirando siempre de recuerdos, de símbolos como los colgantes que Eduardo y Florencia se habían regalado siendo niños o de su canción, esa que tanto les gustaba. Aplaudo también el buen hacer, argumentalmente hablando, de Margarita y Silvia, ambas enamoradas de Eduardo, que pese a ofuscarse alguna que otra vez, no dudan en ayudarlo a que lo suyo con Florencia llegue a buen puerto.
El amor une a Florencia y Eduardo... |
El amor está presente, de una forma más habitual, en otra pareja, la que conforman Simón y Lucía, con Camilo como tercer vértice de particular triángulo supervisado a menudo por Paulina.
En lo que al ritmo se refiere, Pura sangre es una telenovela que cuenta las cosas sin prisa. Los guionistas hicieron lo que tenían que hacer y se nota que planificaron hasta el más mínimo detalle y que la telenovela se rodó con todo debidamente escrito y calculado, sin dejar nada a la improvisación. El ritmo, en líneas generales, es bueno, lo que no quita que a veces se vea perjudicado por tramas que, en mi opinión, se alargan excesivamente en el tiempo, como el secuestro-no secuestro de Irene, que ocupa los veinte últimos capítulos; el plan de Mike para seducir a Camilo con Natalia, rebautizada como Venus, de la que Mike termina enamorándose, o las idas y venidas de Florencia con su esposo. Sinceramente, no entendí que Florencia, tan independiente y formada como era, fuese también tan manipulable. Claro, que quizás venía en su ADN, porque era hija del mayor manipulado de la historia, el pobre de don Alejandro, aunque sí se puede entender esa manipulación que ejerce Paulina sobre él, basada en el sexo y en el amor que aquella dice tenerle.
Renato y Florencia viven un matrimonio sin amor |
Los últimos capítulos son trepidantes y, pese a resolver algunas incógnitas, también abren una muy importante que no se resuelve hasta los últimos minutos de la telenovela. La apuesta por el suspense y por cerrar por todo lo alto tiene su recompensa en una escena final que es preciosa, de las más bonitas que he visto y que, como ya os comenté, transcurre en un camposanto. Entremedias queda conocer algún detalle sobre tramas secundarias que parecen cerrarse pero no se cierran del todo. En cualquier caso, es una nimiedad que no afecta al buenísimo sabor de boca que deja la telenovela, que se echa mucho de menos una vez se termina.
Más grave me pareció, en cambio, algo que ya os mostré hace unas semanas: la mala gestión del arco temporal en el que suceden los acontecimientos. Desconozco por qué en una telenovela en la que se ha cuidado prácticamente todo, se escapa algo tan elemental, máxime cuando supongo que ya sabrían que habría escenas en el pasado y que había que encajar fechas de nacimiento y edades de los personajes en ese tiempo anterior.
TRAMAS: 4,3/5
MÁS COSAS
El tráiler de Antena 3 que insertaba al comienzo de la crítica decía algo así como que Pura sangre era una superproducción que habría nuevos caminos en la ficción hispanoamericana. No me cabe duda de ninguna de ambas afirmaciones. Lo de los nuevos caminos creo que ya está más que justificado a nivel de guion; lo de superproducción se observa con solo echar un vistazo a la realización, las localizaciones y los decorados, todo ello muy por encima de lo que solía verse en una telenovela de hace catorce años. No en vano fue una de las telenovelas más caras que se hicieron en Colombia.
Un plano con grúa en el capítulo final de la telenovela |
En la realización, ese nivel de calidad y vanguardia se nota, por ejemplo, en que abundan los planos con grúas, incluso en escenas realizadas en calles o lugares concurridos. Para las localizaciones se eligieron impresionantes mansiones y haciendas. Sus interiores o bien se representaron con decorados cuidados hasta el más mínimo detalle o bien se optó por los interiores reales de las viviendas, algo relativamente habitual hoy en día pero no en aquella época. Entre los decorados destacan también los que recrean el interior de Prolasa, la empresa de los Lagos, con estancias como la recepción o la sala de juntas que están al tú por tú de las que se usaron casi diez años después en La ley del corazón.
Lamentablemente, todo este trabajo se ve a veces entorpecido por la aparición de micros, ruedas de trípodes y otros movimientos que acaban siendo trasladados a las escenas, pequeños detalles que sacan de contexto al espectador.
La musicalización de esta telenovela es de diez, con un instrumental muy potente para la entrada, titulado Race for Survival, y una balada romántica, preciosa, para Eduardo y Florencia y titulada Y estoy aquí, compuesta e interpretada por Osvaldo Montes. Los soundtracks que acompañan a las distintas tramas completan una magnífica y muy cuidada banda sonora.
Habrán pasado catorce años desde su rodaje y ello se nota en la imagen, en 4:3 (al menos la versión que yo vi, que fue la que RCN subió a Youtube el año pasado). Sin embargo, de no ser por este detalle (y algún otro, como los móviles), Pura sangre podría pasar por una telenovela contemporánea, con un vestuario que no desentona con lo que suele verse actualmente y con licencias que incluso van más allá de lo que suelen mostrar las telenovelas de hoy en día, como algún que otro desnudo integral y unas pocas palabras malsonantes. Hasta en eso fue una telenovela a la vanguardia.
MÁS COSAS: 2,9/3
Pues nada, finalmente pude sacarme una espinita enquistada desde hace más de una década y ver esa telenovela de la que tanto y tan bien hablaban quienes la disfrutaron en Antena 3 en el 2008. No se quedaban cortos en elogios; Pura sangre es una telenovela muy bien escrita, rompedora en guion, en atmósferas y en otros muchos aspectos, y con un elenco de primera. Muy recomendable para quien no la haya visto y le apetezca una telenovela con unos años encima, eso sí, muy bien llevados.
PUNTUACIÓN FINAL: 9,2
Comentarios
Yo ví «Mañana es para siempre» y leyendo la has descrito idéntica!!
Me han venido a la mente Lucero con su pelo negro y ojos mega/pintados negros, así le daban dureza a su personaje de mala re-mala.
Rogelio Guerra era el padre bueno y el hermano maligno, que también tardamos en verle el rostro.
Dominika Paleta era la hermana que internaron culpandola de la muerte de la mamá, una chica dulce y sí, tenía un compañero de psiquiátrico muy bueno, al final como una aparición y todo!!
El medico era un chiflado/chistoso si también lo he visto al describirlo.
Y bueno todos los has descrito muy bien, Silvia y Colunga a mi me gustaron, el se veía un señor muy atractivo, era Franco Santoro cuando hacía del nuevo rico. Salía muy guapote.
A mí me gusto mucho, y se acabó bien ellos subían en un globo vestidos de novios..así románticos fue el fin!!
(Una anecdota el que hace de Mike (Jason Chad) me cae mal por un rol que lo ví, hacía de gringo malo y se me atravesó..jiji y no lo veo de «buena onda» como tu dices, no lo imagino ������
Bueno molt be, saludos ��
Yo la vi cuando se emitió en España y la volví a ver cuando la repitió. Me gustó mucho porque cada personaje estaba muy bien encarnado por cada actor y el guion estaba bien estructurado y desarrollado aunque quizá un poco más de aceleración en algunas partes le hubiera venido bien.
Se criticó bastante en su tiempo porque la historia de amor no se terminaba de concretar entre los protagonistas pero yo interpreté esta historia más como de amor por la familia, una historia de hacer justicia a los perseguidos y maltratados y un canto a la verdadera amistad. Una historia un poco diferente a lo tradicional.
Muy impactante el final de la villana con esa frase final que te remueve tras ver toda la historia.
Ximena
Cómo dice Tessa parece que estuvieses hablando de Mañana es para siempre. Los personajes están calcados. Algún alargue le hicieron, pero el grueso de la historia es igual.
Me gustó mucho esa intriga, y Lucero se lució como la villana con esa historia a sus espaldas, sin embargo me chirrió la falta de romance de la pareja protagonista salvo algunos besos y miradas, ahora leyéndote, me cuadra todo.
Saludos
@Tessa... Mientras la veía fui leyendo cosas de "Mañana es para siempre" y me sorprendió lo idéntica que era a "Pura sangre". También supe que Rafael Novoa, el prota de la original, hizo un cameo, como el antiguo amigo de la protagonista que vuelve y despierta un poco los celos del prota. Como anécdota, buscando en Youtube alguna escena me encontré con una entrevista del programa "Hoy" en la que la presentadora le pregunta si conocía la historia y él le responde "Fui el protagonista de la que se hizo en Colombia, algo sí que la conozco".
@Lucía... Estoy contigo en todo. El guion está muy trabajado y dentro de él, cada personaje está perfilado a conciencia. Yo también la veo como una historia de hacer justicia y en ese sentido me quedo con un símbolo muy bien elegido, el emblema que preside el psiquiátrico donde internan a Irene: "Veritas liberabit vos", 'la verdad os liberará'. Me parece que concentra muy bien la esencia argumental de la telenovela, cómo en la búsqueda de justicia Eduardo acaba desembrollando una verdad que termina por liberarlo a él y a los Lagos.
@Ximena... "Marina" no es la mejor telenovela, pero cuando empezó esta ya iba bastante avanzada y me daba reparo dejarla. Lucía y Simón salvan un poco la parte romántica, pero sigo defendiendo que Florencia y Eduardo sí tenían una historia de amor, aunque esta quede en suspenso y solo se manifieste en un puñado de ocasiones.
@Altair... Me gustaría un día leer con calma la historia de "Mañana es para siempre". Si consigo los resúmenes de la revista "Telenovela", seguramente lo haga. Tengo curiosidad por saber cómo alargaron los 104 capítulos de esta en los 160 de aquella. Por lo que comentáis, al menos la trama central la respetaron bastante.
@Rocío... Yo siempre tuve ganas de ver una u otra. Me llamaba la original por lo que me comentaron de ella en su día, y me llamaba el remake por Silvia. Al final, si tú que has visto las dos, te inclinas por la original, creo que he hecho una buena elección.
Un saludo!
Tiempo sin saludarte jaja
Recién comento porque me di a la tarea de verla a la par de “Mañana es para siempre", un curioso ejercicio pues siempre tuve la duda de cómo convertían una telenovela corta en varios capítulos más y te cuento que más allá de que le dieron algunos giros como que Gonzalo / Alejandro, no muere y una especie de redención de Aníbal / Federico,por demás lo que hicieron fue demorar el desarrollo de la historia explicando paso a paso, por ejemplo lo que se desarrolla en el primer capítulo en Pura Sangre; años después incluído, en Mañana es para siempre transcurre en los primeros 4 mostrando muchos detalles como la boda de Gonzalo y Bárbara / Paulina, el grado de Fernanda / Florencia en fin, detallando cada suceso y así hacen con todas las tramas hasta el final donde hacen pequeños cambios como que ese enamorado y futuro esposo de Liliana / Irene es Miguel, el personaje de Rafael Novoa que es realmente una participación especial como lo comentas porque poco aparece en la historia, cambian también el castigo de la villana y el final con boda incluida que sinceramente se me hizo muy forzado que de un momento a otro se case , se sabe que desde niños se profesan un gran amor pero de eso a que “ah ok, descubrí que eres Eduardo, me caso contigo" jaja, no me cuadra, además porque el final empieza igual que el original con Eduardo a punto de morir y apenas la protagonista confesando que días antes había descubierto su verdadera identidad. Pienso que esto último lo hicieron para rellenar esas dos horas del final en domingo que para esa época se acostumbraba en Televisa con sus historias, algo que escuchaba hace poco de un crítico y con quién al menos en eso concuerdo y es que eso traiciona la historia pues eran dos horas que se iban en la clásica boda y recursos ya muy explotados cómo secuestros, (no aquí) pero muy usual en este tipo de finales que no aportaban nada a la historia y terminaban como en este caso desdibujando un relato distinto en cuanto a forma como lo es Pura Sangre.
Así que definitivamente y más allá de ser colombiano, me quedo con la original.
Saludos a ti y todos tus lectores.