HABLEMOS DE TELE, solo por hoy

Es Jueves Santo y entramos en una serie de días festivos, que no dejan de serlo pese a que por la pandemia no podamos desplazarnos ni disfrutar de estas fiestas como lo hacíamos antes. Metí un poco la pata programando un enigma para mañana, pero ya está hecho, y hoy he decidido mover lo que tenía pensado publicar para, en su lugar, abrir una entrada sobre televisión, un oasis de esos que me permito hacer cuando hay festivos, como el de las series de diciembre.

En concreto, quiero hablaros de cinco programas de la televisión española, que adaptan o beben de formatos internacionales consagrados. Son cinco programas de los que me declaro fan absoluto, programas que veo sí o sí si estoy en casa y que sigo a través de internet si me pillan fuera de ella.

Mask singer: adivina quién canta (Fremantle para Antena 3, 2020–)

Tenía muchísimas ganas de que Mask singer llegase a España, después de ver su éxito en Estados Unidos y las buenísimas críticas cosechadas. La primera edición del Mask singer español, que ganó Paz Vega, me gustó mucho, aun cuando alguna gala terminó más allá de la una de madrugada y me tocó levantarme algún jueves a las 7:00 y con sueño.

   

Un casting con nombres potentes (la propia Paz, Albano Carrisi, Pastora Soler, Pepe Navarro, Georgina Rodríguez o el últimamente tan de moda Toni Cantó) hizo que disfrutase, y mucho, de la primera edición. Creo que fue todo un acierto designar a Arturo Valls como presentador de un show en el que se le ve más que cómodo. Cómodos también han estado los Javis, Malú y José Mota, los cuatro miembros del jurado. Puede parecer que igual han estado tan cómodos que se han pasado un poco haciendo el chorra, como en el caso de Mota y sus predicciones absurdas o Javier Ambrossi y sus locuras, pero realmente en la versión original ocurre lo mismo. Es una especie de jurado por roles y no por lo que a título personal pueda aportar cada miembro.

Tengo ganas de ver la segunda edición, que ya se graba con nuevas máscaras, en un lugar de lo más secreto y con estrictos protocolos de seguridad. También me despierta mucho interés ver cómo se desenvuelve Paz Vega en el jurado, al que llega para sustituir a Malú y tras arrasar, muy merecidamente, en la primera edición.

El cazador (Mediacrest para La 1 de TVE, 2020–)

Hace no mucho tiempo, allá por la primavera de 2019, un amigo mío que estuvo una temporada en Oxford me habló de The Chase, un concurso que se emitía con gran éxito en Reino Unido. No sabéis lo que me alegré cuando supe que Televisión Española preparaba una versión de este concurso, bautizado en español como El cazador.

 

No se emite a la mejor hora (19:10), pero hago todo lo posible por ver el concurso, en televisión durante el otoño y el invierno y grabado el resto del año. Soy un friki de los concursos, lo reconozco, y en este he encontrado unos cuantos ingredientes de esos que te llevan a engancharte. El primero, que en cada entrega haya un cazador o una cazadora distintos. El segundo, el magnífico trabajo de casting a la hora de elegir a esos particulares enemigos de los concursantes. Me fascina encender la televisión y toparme con Paz Herrera, Erundino Alonso, Ruth de Andrés, Lilit Manukyan y el casi recién llegado David Leo. Da gusto verlos en acción y aprender de ellos algo cada tarde. Ion Aramendi es todo un descubrimiento como presentador y no es de extrañar que le den proyectos cada vez más notables, porque lo vale. Confieso que antes de que El cazador llegase a la parrilla, yo era muy de ¡Boom!, aunque es el menos previsible de los concursos, y que desde que está Ion con sus cazadores tengo un poco abandonados a Juanra Bonet, Los Dispersos y las bombas, aunque suelo ver siempre la bomba final, aunque sea en las redes sociales. Creo que esto último también habla muy bien de El cazador, el hecho de que haya sabido atrapar a espectadores fieles de otros concursos, como era mi caso.

El precio justo (Fremantle para Telecinco, 2021–)

Tengo muchísimas ganas de que se estrene la nueva versión de The Price is Right, un concurso mítico, que desapareció de la televisión española hace trece años, tras funcionar muy bien en La 1 de TVE entre 1988 y 1993 y entre el 2001 y el 2003 –que fue el que me enganchó a mí– y un fugaz último paso por Antena 3 en el 2006.

 

A ver qué nos ofrece Telecinco. Vale que no es la cadena de los concursos, pero parece que van en serio con esta nueva versión. Para empezar, han apostado por Carlos Sobera, que de concursos sabe un rato, como presentador. A su lado, otro hombre de concursos, Luis Larrodera. Se comenta que tendrá una versión para prime time y otra diaria, que previsiblemente se emitirá a las 20:00, una hora estupenda para los frikis de los concursos que, como yo, no congeniamos con Pasapalabra. Lo siento, mirad que fui fan del Pasapalabra de Silvia Jato –tengo incluso el juego de mesa– pero ni el de Christian Gálvez ni el de Roberto Leal me convencen. No me gustan ni los cambios en las pruebas, cada vez menos basadas en palabras y en la lengua, ni el cada vez mayor protagonismo de los famosos invitados ni que dos concursantes pueden tirarse hasta el infinito peleando entre sí, me echan para atrás. Estos últimos Pasapalabra se parecen al que conocimos hace veinte años en el nombre y el rosco, fin.

Volviendo a El precio justo, ojalá su andadura en las tardes sea larga y ojalá permita que Mediaset se anime a recuperar otros concursos como Password o Alta tensión, pilares del Cuatro que molaba, el Cuatro previo a la fusión con Telecinco.

La noche D (Globomedia y The Good Mood Studios para La 1 de TVE, 2021–)

Anteayer se despidió la primera temporada de un programa que llegó sin hacer mucho ruido y que conquistó a muchos que, como yo, nos asomamos a verlo porque no había nada más interesante. En mi caso, me enganché en la segunda entrega, de la que vi media hora aproximadamente. A partir de ahí, me hice fijo de La noche D.

 

La noche D no adapta ningún formato internacional de éxito, pero bebe un poco de muchos de ellos. Sus artífices hablaban de un comedy show que a mí me recuerda bastante a los late nights shows americanos, del estilo de los de Jimmy Fallon o Jimmy Kimmel. Dani Rovira se luce como presentador –tenía tablas, aunque en los últimos años se haya centrado en el cine– y el programa se disfruta, desde las entrevistas más o menos profundas a los invitados hasta los juegos y secciones de humor que traen los distintos colaboradores, como el omnipresente Antonio Resines, Pepe Viyuela y Cristina Medina. Su único fallo, quizás, es que tiene esencia de late night show pero se emitió en prime time, los martes, y acabando a las 0:35 horas, minuto arriba, minuto abajo, una hora matadora para los que los miércoles nos levantamos a las 6:30.

Creo que TVE ha encontrado un filón que perfectamente podría perfilar para la próxima temporada, ya sea manteniéndolo como programa semanal, pero con menor duración, o, mejor aún, convirtiéndolo en un access prime time diario con el que retrasar y mejorar los datos de las series que ahora comienzan a las 22:10. A ver, está bien que las series comiencen a las 22:10 y terminen a las 23:00, pero es que los datos de audiencia de las últimas que han emitido están siendo demoledores, por muy bien que funcionen en diferido. Creo que directivos y programadores tienen por delante unos meses para ver qué hacen con La noche D, pero es innegable que es un buen producto, poco común en nuestra tele, al que se le puede y debe seguir sacando provecho.

Las rutas d'Ambrossio (La 2 de TVE, 2019–)

En mi casa ya es tradición que pasar los otoños o inviernos viendo, al calor de la chimenea, Las rutas d'Ambrosio, uno de esos grandes programas que esconde La 2 de TVE y que se emite los sábados a las 18:30 h.

 

Precisamente, este sábado se emite el último de los trece programas de una nueva temporada que arrancó a comienzos de año y que está siendo soberbia. Las rutas d'Ambrosio tampoco adapta ningún formato internacional en concreto, pero sí comparte premisa con las grandes road movies gastronómicas que se producen en Europa desde hace años. El chef argentino Gonzalo d'Ambrosio recorre España, desde hace ya tres temporadas, mostrando paisajes, paisanajes, historia y, cómo no, gastronomía. El programa tiene una narrativa espectacular, tanto o más que su fotografía, su realización y su musicalización. Se nota que Gonzalo es un apasionado de lo que hace y lo transmite al espectador, que se deja llevar en este particular viaje.

Ya os digo, es una pena que esté ahí arrinconado los sábados por la tarde, porque el programa merecía un prime time y, sobre todo, una promoción más potente, porque es una joya. Ojalá la próxima temporada tenga ese reconocimiento más que merecido a un programa completísimo, del que se puede aprovechar todo. Como curiosidad, hace no muchos días proyectaba a mis alumnos de 4º de la ESO varios fragmentos en los que distintas personas entrevistadas por Gonzalo mostraban rasgos dialectales muy particulares, desde aspiraciones de consonantes finales, muy propias del sur, al leísmo tan característico del centro de Castilla y León. Podría decirse, si se me permite el símil gastronómico, que Las rutas d'Ambrosio es un programa rico en ingredientes, pues toma un poco de gastronomía, otro poco de paisajes, otro poco de música, otro poco de cultura y tradiciones, otro poco de lenguas y dialectos… Por todo ello, insisto, es un programa muy recomendable.

Termino aquí este oasis sobre programas de la televisión española que adaptan o beben de formatos internacionales consagrados. Espero comentarios y recomendaciones, que para los que nos gusta la tele siempre es un placer ir conociendo programas a partir del boca a boca.