LA OTRA CARA DEL GÉNERO: El rentable negocio de las telenovelas

Producir una telenovela es un negocio. Las productoras son empresas. El género es en sí mismo una industria en la que por encima de todo importan los números.

Sacar adelante cualquier telenovela requiere una inversión millonaria. Esa inversión se recupera a través de distintas vías, como la publicidad o las ventas al extranjero. Sé lo que estáis pensando: ¿producir una telenovela es un negocio rentable? La respuesta, con cifras reales, la tenéis en las siguientes líneas.

Vayamos por partes. ¿Cuánto debe desembolsar la empresa que produce para que una telenovela vea la luz? En 2016 el diario mexicano El financiero daba una cifra aplicable a la factoría Televisa: 6 millones de dólares. Ese era el coste que tenía grabar una telenovela de unos 120 capítulos a lo largo de seis o siete meses. En ese magnífico artículo que os acabo de enlazar la productora Gabriela Valentán, responsable de distintas telenovelas de Telemundo y Argos estimaba en 50.000 dólares el coste que tiene producir un capítulo de una telenovela.

Web de ventas de Televisa

Hecha la inversión, toca recuperarla. Comencemos con la proyección exterior: ¿a cómo se vende una telenovela en el extranjero? Distintos expertos en la materia como el venezolano Daniel Mato (en su estudio "La industria de la telenovela: referencias territoriales, mercados y representaciones de identidades tradicionales") o la española Leticia Barrón (con su tesis "La industria de la telenovela mexicana: procesos de comunicación, documentación y comercialización") coinciden en que una telenovela se vende al extranjero más cara o más barata en función del éxito que haya tenido en su país de origen y de la zona geográfica a la que se venda. En su tesis, que data del 2010, Leticia Barrón apunta que en Europa lo normal es que una telenovela mexicana se venda a razón de hasta 12.000 euros por capítulo. Vendrían a ser unos 14.000 dólares. Por seguir con el ejemplo de la telenovela de 120 capítulos, aunque ya casi no tengan esa extensión, vender una telenovela con ese número de episodios a España llevaría aparejada una ganancia de 1.440.000 euros o lo que es lo mismo, 1.680.000 dólares. Ateniéndonos a las cifras, puede decirse que las telenovelas se venden muy baratas teniendo en cuenta el coste de producción que tienen.

Daniel Mato señala en su estudio otros precios por capítulo comprado, aunque del año 1998: en Bolivia pagarían entre 200 y 400 dólares por capítulo; en Chile, entre 1.000 y 2.000; en Israel, entre 600 y 800 y en Emiratos Árabes, entre 1.000 y 1.500, por poner algunos ejemplos.

Estas cifras de ventas se deben tener en cuenta al margen de posibles contratos entre canales de televisión y productoras. Por ejemplo, como apunta El financiero, Univisión mantiene un acuerdo con Televisa hasta 2030 para transmitir sus producciones (telenovelas y algunos programas) tanto en la cadena principal como en Unimás, desembolsando unos 300 millones de dólares anuales al gigante mexicano, que controla también el 5% de las acciones del grupo estadounidense.

El equipo de Quiero amarte, en pleno rodaje en exteriores

Vale. Con las ventas y los precios que se manejan puede ser posible recuperar la inversión, pero no obtener unas ganancias impresionantes de las que presumir. ¿Cómo se consigue eso? Con la publicidad, el negocio más importante de la televisión. Ese artículo de El financiero da cifras que impresionan: medio minuto de anuncios en Las Estrellas, en los horarios en los que se emiten las telenovelas con más espectadores cuesta 1.153.362 pesos mexicanos, unos 60.000 dólares. Si el anuncio dura un minuto, el coste asciende a 1.521.711 pesos mexicanos, o lo que es lo mismo, unos 80.000 dólares. En un capítulo hay quince minutos de anuncios. Pongamos que siete de esos minutos están ocupados por anuncios de treinta segundos –catorce anuncios en total– y los otros ocho, por anuncios de un minuto. En total, veintidós anuncios. Si mis cuentas no me fallan, salen un total de 1.480.000 dólares ganados con los anuncios de un solo capítulo. Más de la sexta parte de lo que se invierte en una telenovela, según los datos que apuntaba El financiero. Sigo con sus cifras: en una telenovela con 120 capítulos fácilmente se pueden obtener, tranquilamente, más de 175.000.000 de dólares, ciento setenta y cinco millones dólares, por si os mareáis con los ceros. En total, solo con ingresos derivados de la publicidad, la productora puede recuperar hasta casi treinta veces el dinero que previamente ha desembolsado para sacar adelante la telenovela. Lógicamente, una buena parte de ese dinero se va a sueldos, derechos de imagen, mantenimiento de instalaciones y un largo etcétera no contemplado en el presupuesto inicial, que se limita al coste material, por así decirlo, de rodar una telenovela. ¿Es rentable? Muchísimo. Si la telenovela se emite en su país de origen con éxito y en un horario cercano a lo que en España llamamos prime time, lo que cueste producirla se recupera con la emisión de seis capítulos. El resto son ganancias, lo que favorece también que la telenovela se venda a buen precio al extranjero: ya ha sido más que rentable en su país y se puede vender relativamente 'barata' para hacerla así más apetecible a ojos de las cadenas extranjeras.

En este artículo he utilizado esas cifras. Son de hace algunos años y aunque hayan podido modificarse al alza o a la baja, no creo que lo hayan hecho tanto como para trastocar drásticamente esos resultados tan espectaculares. Espero, no obstante, que la inversión de 6 millones de dólares para una telenovela se mantenga, ya que si se desembolsaban para una de 120 capítulos, deberían desembolsarse para una de 60, 70 u 80, que son las que más abundan. En algunas telenovelas parece que ello ha sido así, no tanto en otras. Es lo que tiene un género que, como veis, no es más que una industria de grandes beneficios, donde solo los balances preocupan quienes manejan los hilos de las distintas productoras.