Hay quienes afirman que el género está estancado, sin ningún tipo de evolución. No
se puede estar más equivocado. Las telenovelas han evolucionado en fondo y en
forma. Quizás el cambio que más se ha notado en los últimos años es el relativo
a la forma. Hasta hace poco yo tenía por telenovela corta a la que no superaba
el centenar de capítulos y ahora son muy pocas las que lo hacen. Ligado a esto
último se encuentra a veces el hecho de que una telenovela se estructure en
temporadas, lo que ha añadido al género una especie de factor sorpresa que hace
años no tenía: cualquier telenovela puede tener, en cualquier momento, una
continuación.
Vale.
Lo más normal es que si una telenovela funciona, su continuación se anuncie o
mientras se emite la primera, al final de esta, o poco después de que termine.
Es lo que se ha venido haciendo con Mi
marido tiene familia, El Señor de los
Cielos, Señora Acero y otros
muchos títulos de diferentes productoras. Al final, entre temporada y
temporada, transcurría un periodo de entre seis meses y un año o año y pico. Lo
suficiente para que el espectador recordase el punto en el que se había quedado
la anterior y se enganchase sin dificultad alguna.
Sin
embargo, la regla general, que era esa que os acabo de explicar, se está comenzando
a romper. Puede que estemos ante una nueva tendencia, el tiempo lo dirá, pero
ya se están dando casos de segundas temporadas que se realizan muchos años
después de la primera. Ahí está en pleno rodaje la segunda de La reina del Sur, que Telemundo produjo
en colaboración con RTI y Antena 3 entre 2010 y 2011. Desde que terminase en
Estados Unidos, se habló de una segunda temporada que tardó en llegar, pero que
lo hará ocho años después de que llegase a su fin la primera parte y manteniendo a los
principales nombres del elenco de aquella. No es el único ejemplo. Sin dejar de hablar de Telemundo, parece confirmada también una segunda temporada de La Doña, producida en colaboración con Argos en el 2016, que se estrenaría el año que viene, casi tres años después del final de la primera parte. En Colombia, Caracol rueda desde hace unos meses la segunda temporada de Las muñecas de la mafia, que ambas
compañías produjeron en el 2009.
Son
solo algunos ejemplos de una nueva corriente que promete y que pienso que se
convertirá en una constante en el género. Estamos en una época en la que la
palabra fin con la que se cierran muchas historias, ha dejado de ser
definitiva. Se va a poner de moda –de hecho, se está poniendo ya– rescatar
historias que quedaron con finales abiertos, con posibilidades narrativas o que
tuvieron mucho éxito en su día y que se quieren seguir exprimiendo. No es una
moda exenta de riesgos, pero si la historia original funcionó, lo más lógico es
que su continuación, también, aún cuando al público le cueste recordar
personajes, situaciones o detalles de la historia original por el inevitable
transcurso del tiempo.
Comentarios
Saluditos
@Rosario... Ahí está la gran pega de esto. Fíjate, estas semanas de atrás había críticos de televisión que lamentaban que se estrenase la T2 de "La República" siete años después de que se emitiera la T1 y que se hiciese sin 'refrescar' a los espectadores lo que había pasado en aquel entonces. ¿Qué harán entonces estas productoras? ¿'Refrescarán' o no? El arco argumental de cualquiera de estas telenovelas es bastante más amplio que el de una serie semanal.
@Alex... Claro, pero los casos que mencionas han tenido una continuidad lineal, que para el espectador es más fácil. Es lo que hablaba con Rosario, ¿qué haces si han pasado nueve o diez años desde la T1 y lanzan la T2, como con "La reina del Sur"?
Un saludo!