Colombiana
de nacimiento, aunque criada en Estados Unidos, Mónica Franco dio sus primeros
pasos en el género de la mano de Azteca, en México. Con ellos rodó sus primeras
telenovelas: “Al norte del corazón”
(1997) y “Señora” (1998). En ambas,
con roles secundarios que llamaron la atención de productores de su país.
Fue
así como en 1999 regresó a Colombia para rodar “Juliana, ¡qué mala eres!”, producida por Teleset y Caracol. Fue su
primer papel protagonista. Con Teleset y Caracol repitió un año más tarde con una
participación especial en “Alejo, la
búsqueda del amor”.
Dos
años después, en los que hizo sus pinitos en la música, volvió al género como
la villana de “El precio del silencio”,
producida por RCN en 2002. Siguió haciendo maldades en “Me amarás bajo la lluvia”, producida por Foxtelecolombia y RCN en
2004 y en “Por amor”, también de
Foxtelecolombia y RCN, rodada en el 2006.
Dispuesta
a seguir disfrutando con papeles de villana se mudó a Estados Unidos durante un
año, para dar vida a la doctora Elizabeth, una de las villanas de “Aurora”, producida por Telemundo en
2010. Con ellos repitió meses después en Colombia, convirtiéndose en Rebeca,
una de las malas de “La traición”,
producida en colaboración con RTI.
Hizo,
a continuación, un breve papel en “El
cartel de los Sapos”, producida por Caracol.
Desde
entonces, nada ha vuelto a saberse de esta actriz, que tenía todos los méritos
para convertirse en una de esas grandes actrices 'especializadas' en temibles
villanas.
¿Qué llevó a Mónica Franco a abandonar el género? Es una pregunta para la que no tengo respuesta. Nada se ha vuelto a saber de esta actriz desde 2010, año en el que se retiró sin dejar rastro. No es que esté desaparecida, sino simplemente que se alejó del género, de la popularidad y de todo lo que conlleva. No existen perfiles suyos en Twitter, ni en Facebook.
¿Qué llevó a Mónica Franco a abandonar el género? Es una pregunta para la que no tengo respuesta. Nada se ha vuelto a saber de esta actriz desde 2010, año en el que se retiró sin dejar rastro. No es que esté desaparecida, sino simplemente que se alejó del género, de la popularidad y de todo lo que conlleva. No existen perfiles suyos en Twitter, ni en Facebook.
Es uno de los casos de retirada más raros, ya que es imposible
encontrar una imagen suya que sea posterior a 2010 en Google.
Según
Wikipedia (ella nunca quiso revelar su edad), tiene 37 años. Aún tiene tiempo,
si lo desea, de volver a la vida artística, aunque esa desconexión total en la
que vive desde hace siete años augura que no va a ser así. Siento no poder
deciros mucho más sobre Mónica Franco y lo que sea que haya estado haciendo
estos últimos años.
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