Imaginad
que vais caminando por la calle. En una esquina sale un tipo que os pone la
mano en el pecho. Queréis avanzar, pero no os deja. Os impide moveros. ¡Qué
angustia! ¿No?
Mantened esa imagen en la cabeza, porque quiero ilustraros con ella algo que me saca de quicio. Debería estar
regulado, por la Unión Europea, pero no lo está, pese a poner en peligro la
seguridad de los internautas. Hablo de la excesiva publicidad que hoy en día
tienen todas las webs que hay para ver ‘online’ o descargar una telenovela, una
serie o una película. Debería estar regulado, además, porque mucha
de esa publicidad es pornográfica y luego pasan cosas como lo que le ocurrió
hace poco a un compañero mío del trabajo.
Estaba intentando ponerle a su hija, de cuatro años, una película de las de Pixar. Al hacer clic en el reproductor, con la cría delante del ordenador, le saltó un hiperanuncio a pantalla completa de mujeres insatisfechas (y abiertas de piernas) que buscaban hombres (intuyo que sabréis para qué). No me parece correcto que una cría vea eso en una página que según me contaba el padre está dedicada en exclusiva a películas y series de dibujos animados para niños.
Estaba intentando ponerle a su hija, de cuatro años, una película de las de Pixar. Al hacer clic en el reproductor, con la cría delante del ordenador, le saltó un hiperanuncio a pantalla completa de mujeres insatisfechas (y abiertas de piernas) que buscaban hombres (intuyo que sabréis para qué). No me parece correcto que una cría vea eso en una página que según me contaba el padre está dedicada en exclusiva a películas y series de dibujos animados para niños.
Con
las telenovelas pasa lo mismo. Hay
veces que se tarda casi lo mismo en cerrar las docenas de ventanas emergentes
que se abren con publicidad de mil historias que en ver el capítulo en sí. Por
no hablar de algo que me tiene echando humo: las páginas que te bloquean el
navegador. ¿No os pasa lo del “Haga clic
aquí para añadir extensión y cerrar la página”, lo del que ha ganado una
burrada de millones de euros en un mes y sin salir de casa o, la más reciente,
una ventana con un falso aviso policial en el que te piden descargar o pagar
por una especie de liberación del navegador, obligándote en ambos casos a
cerrar y empezar de nuevo?
Están
también las ventanas que se abren sigilosamente, sin avisar, y de las que te
percatas al ver el doble fondo de los iconos de la barra de tareas. Ventanas
sigilosas que en muchas ocasiones llevan consigo virus.
Ver
algo en internet hoy en día es una actividad de alto riesgo: o tienes un buen
antivirus (un servidor recomienda McAfee, que es el que uso, barato y de momento
sin queja) o te cargas el ordenador, la tablet o dispositivo que estés
utilizando.
Aplaudo
la labor que hacen estas webs, aunque esté quizás más en lo ilegal que lo
legal, al menos en España. Gracias a ellas podemos seguir historias que de otro
modo no podríamos ver (o tendríamos que esperar mucho para hacerlo). Entiendo
igualmente que busquen ingresos a través de la publicidad, pero no que lo hagan
de una forma tan agresiva, con decenas y decenas de anuncios por todas las
partes, o con esas ventanas de las que os hablaba antes, que pueden acabar con
tu ordenador infectado, en el caso más ‘light’, porque ya se han detectado
virus parecidos que roban contraseñas de redes sociales, correo electrónico,
cuentas bancarias y tarjetas de crédito sin que el usuario se dé cuenta y luego
las utilizan a su antojo, o te bloquean los archivos. Mirad sino lo del
ciberataque de hace unas semanas. Y todo a partir de una simple ventana
emergente.
Vale
que esto de internet es relativamente nuevo, pero los gobiernos, la Unión
Europea y la comunidad internacional en general tienen que ir pensando en tomar
medidas. Igual que, respecto a la publicidad se encuentran prohibidos ciertos
tipos de anuncios en televisión, radio, cine o vallas publicitarias, lo mismo
deberían hacer con el ciberespacio. Eso y reforzar la seguridad de los usuarios
frente a tanto pirata informático, virus y delincuente cibervirtual.
Una
vez más, las nuevas tecnologías muestran eso de lo que ya os hablé en otras
entradas: no todo son ventajas.
Comentarios
En un blog de moda que visito, hay dias que no puedo entrar, por eso, por el dichoso regalo, que te lo " estás perdiendo" segun ellos, y sí....me quedo bloqueada!
Internet es eso, una arma de dos filos!!!
PD- po-bre-ci-ta-la-ni-ña- argggggg!!
Saludos!