MIS DESVARÍOS: Acuerdos para nada

Os traigo un notición… Me he comprado un BMW X5, nuevecito. 65.000 euros bien gastados, ya que es automático, trae de serie asientos de cuero calefactables, navegador último modelo, ‘start-stop’, control de crucero y mil historias más. Una pasada. Eso sí, no pienso sacarlo del garaje, no vaya a ser que lo raye o me lo rayen, lleve un golpe o le pase algo... Que con lo que me ha costado...

Esta pequeña historia me sirve para explicaros la sensación que nos da a los seguidores del género en España el saber que Nova, el único canal en abierto que emite telenovelas en este país, tiene contratos con varias productoras. Contratos que le permiten emitir determinadas telenovelas, y que sin embargo, tiene guardados en un cajón. En el cajón de las cosas que importan poco o nada a sus programadores, para ser exactos.

En mayo de 2015 las webs de televisión se hacían eco de una buena noticia para los espectadores del canal y para los amantes del género en España: Nova firmaba contrato con Venevisión. Un contrato con el que adquiría los derechos de emisión de varios títulos, entre los que se encontraban “Rosario” (Venevisión, 2013) o “Corazón esmeralda” (Venevisión, 2014). Año y medio después ni la una ni la otra han sido emitidas, pese a existir ese contrato, y tampoco hay previsión de que vayan a ver la luz pronto. A la vez (de hecho, se lee en esa noticia que os he enlazado), descubríamos que Nova tenía también contrato con Azteca 13, lo que le permitía emitir algunos de sus títulos. Solo se decantaron por “Emperatriz”.

Un año y pico antes, en enero de 2014, las webs dedicadas a la televisión recogían la firma de otro contrato, este con Telemundo. Un acuerdo exclusivo que permitiría a Nova emitir, en líneas generales, lo que quisiera de Telemundo, una productora con la que siempre se ha llevado bien. Fue medianamente bien aprovechado, con seis telenovelas en dos años: "La impostora", “Los Miserables”, “Tierra de Reyes”, “Marido en alquiler”, “Bajo el mismo cielo” y la primera temporada de “El Señor de los Cielos”.
Desconozco si el contrato sigue desplegando efectos a día de hoy, pero teniendo en cuenta que suelen firmarse por dos años, ya no estaría, posiblemente, en vigor. Quizás ello explicaría la sequía a la que ha sometido la cadena a Telemundo en los últimos seis meses. Tras el final de "Bajo el mismo cielo", en junio, no ha vuelto a apostar por ninguna historia de la productora, decantándose por Televisa para cubrir estrenos. Parece, no obstante, que la cosa cambiará en breve, puesto que ya anuncian el próximo estreno de "Silvana sin lana". 
Sobra decir que, siendo un canal que vive de las telenovelas, lo lógico sería que apostase por firmar acuerdos con el mayor número posible de productoras. Hace unos años, por ejemplo, firmaron con RCN y ello nos permitió ver en abierto telenovelas como "La dama de Troya", "La marca del deseo", "Doña Bella" o "A corazón abierto" (que, dicho sea de paso, compraron para dejar a medias de emitir). Lo lógico sería que se comprase, con contrato o sin contrato de por medio, telenovelas del mayor número posible de productoras y países y se rompiese un poco ese duopolio Televisa-Telemundo que desde hace ya bastantes años está 'implantado' en este país en lo que a telenovelas se refiere. Pero eso sí, que se compren y se emitan. 

Volviendo al comienzo del artículo, no entiendo que Nova se compre buenos coches (léase, telenovelas) para tener guardados sus derechos de emisión o de opción a compra en el garaje (es decir, en un cajón). Leía hace una temporada que Atresmedia había cerrado el primer semestre de 2016 con un balance cojonudo, el mejor de los últimos años. No es de extrañar que entonces se dediquen a perder dinero y tiempo en acuerdos y derechos de emisión que luego no van a usar. Pueden permitírselo. Lo peor es que se dediquen a anunciarlo a bombo y platillo, para, finalmente, quedarse como estaban.