Para
alguien como yo, que ya había visto la primera, la segunda y la tercera temporada de “El Señor de los Cielos”, ver la cuarta entrega de esta historia
era algo casi obligado, pese a que la tercera tanda ya comenzó a mostrar
síntomas de desgaste.
A
comienzos de junio me puse a ello. La terminé, yendo poco a poco, dos meses más
tarde. Esta es mi crítica de la cuarta temporada de “El Señor de los Cielos”.
[¡OJO! Si estás viendo esta telenovela o
tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica. Puede contener ‘spoilers’
que hacen aconsejable su lectura una vez finalizada la historia].
SINOPSIS
*Logotipo de la producción. |
México,
2012. Aurelio Casillas (Rafael Amaya), asociado con estrategas políticos ha
alcanzado la cima del poder tras haber conseguido colocar a Omar Terán (Jesús Moré)
como presidente del país, convirtiéndolo en un títere al que maneja a su
antojo. Este gran triunfo quedará en un segundo plano por culpa de la dura
enfermedad renal que Aurelio lleva arrastrando desde hace tiempo y que lo
obliga a recurrir a su familia para buscar un donante de riñón que le salve la
vida. Al no encontrar compatibilidad con ninguno de sus familiares más cercanos,
Aurelio debe entonces recurrir a su larga lista de conquistas amorosas,
buscando algún hijo perdido que pueda proveerle un riñón, en una lucha contrarreloj
por ser trasplantado. Esperanza (Sabrina Seara), su amante, lo acompañará en
todo proceso, junto a Amparo (Maritza Rodríguez), su enfermera de cabecera, por
la que se siente profundamente atraído.
En
ese mundo que Aurelio controla políticamente continúa la lucha por el manejo
del negocio de la droga entre su sobrino Víctor (Jorge Luis Moreno), ahora
pareja de Mónica (Fernanda Castillo), aliado con la guerrilla colombiana y los
generales venezolanos y la antigua línea de producción de ‘El Chema’ Venegas,
en manos ahora de Alfredo, ‘El Feyo’ Aguilera (Leonardo Daniel), ‘El Tijeras’
(Tommy Vázques), y ‘El Oficial’ (Christian Tappan), que controlan toda la
producción de Colombia, Ecuador y Perú. A estos últimos se suma ‘El Ingeniero’
(Plutarco Haza), constructor de túneles en la frontera entre México y Estados
Unidos.
La
carrera por encontrar un riñón que le sea compatible, el descubrir y conocer a
varios hijos secretos y la lucha permanente con Víctor, que pretende
destronarlo como el mayor criminal de México, marcan el rumbo de la cuarta
temporada de esta historia.
DATOS y TRAILER
81
capítulos. México (Telemundo y Argos), 2016. Productores ejecutivos: Marcela
Mejía, Joshua Mintz y José Gerardo Guillén.
PERSONAJES y ACTUACIONES
*Rafael Amaya sigue siendo Aurelio Casillas. |
Después
de cuatro temporadas… ¿Alguien se imagina a Aurelio Casillas con otro rostro
que no fuese el de Rafael Amaya? Seguro que nadie. Rafael vuelve a meterse en
la piel de Aurelio, un Aurelio distinto al de otras temporadas, con menos
fuerza física, menos ganas de aventuras y que ha cambiado al narcotráfico por
negocios más tranquilos, a través de los que lavar y aumentar su fortuna. Pese
a que Aurelio ha estado, como veis, bastante ‘tranquilo’ durante esta
temporada, Rafael ha hecho un buen trabajo, llevando a Aurelio como solo él
sabe hacerlo, pese a que ya son varios años, y a que no cualquier actor
aguantaría durante tanto tiempo a un personaje.
El
protagonismo femenino en esta temporada ha estado bastante repartido. A
diferencia de las otras tres, en las que Fernanda Castillo era claramente la
protagonista, en esta cuarta, la pondría al tú por tú con Sabrina Seara.
Fernanda ha vuelto a brillar, pese a que quizás los guionistas no acertaron con
el camino por el que llevaron a Mónica desde finales de la tercera temporada,
convirtiendo al personaje un poco en la antítesis de lo que fue. El
personaje
de Sabrina llegó a mediados de la tercera temporada para revolucionarlo todo,
dado su carácter y orientación sexual, y en esta cuarta tanda hemos podido
conocer todavía más a Esperanza, gracias al buen desarrollo de guión que le han
dado al personaje. Hemos visto a una Esperanza humana, que se equivoca y
reconoce sus errores, pero a la vez una Esperanza valiente, capaz de enamorarse
y dejar a un lado las frivolidades que rodeaban su vida. Un sobresaliente para
Sabrina. Me alegra que, además, vaya a continuar en la quinta temporada, ya que
muy pocos personajes que han hecho lo que Esperanza continúan en la historia.
*Sabrina Seara repite como Esperanza. |
Carmen
Aub repite como Rutila, la hija mayor de Aurelio. Carmen ha hecho un trabajo
impecable, pese a que quizás, también a nivel de guión, el personaje no haya
sido llevado todo lo bien que debiera o no se le hubiesen explotado todas las
posibilidades que podría haber tenido. Gala Montes también ha repetido como
Luzma, una Luzma en apariencia más madura y sensata, a la que un duro golpe
devuelve al mundo de las drogas que tanto le había costado dejar en la
temporada pasada. Sinceramente, Gala me encanta. Me parece que tiene un talento
tremendo y por eso lamento cómo los guionistas se han ‘desecho’ del personaje
en torno a la mitad de la temporada, sin que se le volviese a mencionar.
Desconozco si Luzma volverá o no, y si su marcha se debe a decisión de Gala o
de los guionistas, pero tengo claro que me gustaría verla y que le diesen más
peso a nivel de tramas.
*Leonardo Daniel es Alfredo, 'Feyo', Aguilera. |
Del
lado de los malos esta temporada cuenta también con Leonardo Daniel, como ‘El
Feyo’, un villano de esos totalmente trastornados y obsesionado con “matar a Aurelio y a toda su descendencia”,
según sus propias palabras. Claro, que tiene motivos para ello… Aurelio mató a
su única hija en la recta final de la tercera temporada y por culpa de él, ‘El
Feyo’ tuvo que deshacerse de su adorada esposa, ‘La Condesa’. Pese a que corría
en el riesgo de caer en la sobreactuación, Leonardo ha demostrado que es un
actorazo interpretando al villano por excelencia de esta temporada. Junto a él
está Plutarco Haza, que interpreta a ‘El Ingeniero’, el villano más noble y
enamoradizo que he visto en mucho tiempo. Un villano cargado de matices, muy
bien escrito y magistralmente interpretado por Plutarco, al que hacía mucho que
no veía en una telenovela.
*Fernanda Castillo y J. Luis Moreno, Mónica y Víctor. |
Sigo
sin creerme a Jorge Luis Moreno como Víctor. No tengo nada en contra del actor,
pero me parece que tiene mucho que mejorar. Hay escenas en las que está muy
sobreactuado. Además, ese rumbo que le han dado a su personaje no le ayuda, y
temo que se convierta en un villano acartonado en la quinta temporada, algo que
parece que ocurrirá.
Comentaba
en la crítica de la tercera temporada que no veía sentido alguno al personaje
de Maritza Rodríguez. Sigo en las mismas, y mirad que me gusta Maritza. Ha sido
un personaje que no ha aportado absolutamente nada. Relleno total. Lo mismo
podría decir de ‘El Tijeras’, interpretado por Tommy Vásquez, un personaje que
en las anteriores temporadas dio cierto juego pero que en esta ha sido poco más
que un figurante. Ídem respecto de Christian Tappan, ‘El Oficial’, que prometía
ser algo así como lo que fue ‘El Cabo’, pero que se quedó en una versión
descafeinada.
De
los incorporados en la tercera temporada y que continúan en esta, he visto a
Jesús Moré disfrutando cada escena como Omar. Se nota que quiere aprovechar la
oportunidad al máximo, y lo transmite al espectador. Bien también para el
‘equipo corrupto’, integrado por un atormentado Alejandro de la Madrid
(Ignacio) y los ‘sin escrúpulos’ Roxana Chávez (Eva Ernestina), Tomás Goros
(Garnica) y Juan Ignacio Aranda (Ramiro).
*Iván Tamayo (J. Elías) y Manuel Balbi (Rivero). |
De los buenos, un aplauso para Manuel
Balbi, que continúa como Rivero, un personaje al que han sabido llevar muy bien
a nivel argumental, y para Iván Tamayo (Jorge Elías), que llegó a finales de la
tercera temporada y cuyo personaje se ha desarrollado con gran acierto en esta
cuarta. Todos los que ejercen funciones políticas deberían ser como Rivero o
como Jorge Elías, dos personajes que muestran que incluso en un mundo cargado
de podredumbre y corrupción se pueden encontrar personas honestas. Lo mismo
predico para Lorena Castillo, que me ha sorprendido muchísimo como Evelyn, la
oficial mano derecha y pareja de Rivero. Ha hecho un trabajo estupendo y estoy
seguro de que después de este papel, Telemundo la tratará de ‘atar’ con alguna
oferta jugosa. Tiene además muy buena química con Balbi.
*Iván Arana es Ismael Casillas. |
El
elenco de esta cuarta temporada es amplísimo, de ahí que seguramente me deje a
unos cuantos sin mencionar. No quisiera acabar sin decir que me sobran
totalmente varios personajes, entre ellos, Armando (Gabriel Coronel, al que por
fin he escuchado con su acento natural), Nerio (Lambda García) y Paloma (Paloma
Jiménez), al tiempo que echo en falta a uno: Doña Alba (Lisa Owen), en paradero
desconocido.
De
cara a la quinta (y ojalá última) tanda de episodios, en la recta final de la
cuarta temporada se han incorporado dos conocidas y grandes actrices al elenco:
Vanessa Villela (Emiliana) y Ofelia Medina (Lourdes). Las dos tienen un punto
de partida muy interesante, con una venganza personal contra Aurelio. Habrá que
ver cómo desarrollan los guionistas a estos personajes…
TRAMAS
*Aurelio ha estado mal de salud esta temporada. |
En
las tramas reside la gran pega de esta temporada. Esto ya no es “Las aventuras y desventuras de Aurelio
Casillas”, sino “Las aventuras y
desventuras de los que rodean a Aurelio Casillas y, muy de vez en cuando,
alguna del propio Aurelio”. Otro de los problemas, que ya apuntaba antes,
es que la cuarta temporada arranca con un número elevadísimo de personajes,
cada uno con sus propias historias, lo que hace que en los primeros veinte capítulos
pase muy poco. El ritmo mejora después de que algunos de esos personajes vayan
desapareciendo y alcanza su culmen en torno a la mitad de la temporada, con
varios sucesos que hacen que parezca que la historia va a resurgir. Sin
embargo, ello no ocurre y el rimo decae nuevamente hasta el final, donde parece
que mejora algo el ritmo. Ha sido una temporada, argumentalmente hablando, floja
y demasiado lenta, en líneas generales.
Yendo
a las tramas concretas, creo que sí se ha acertado en lo de buscar nuevos hijos
de Aurelio para dar algo de vidilla a la historia. Eso sí, debieron haber
tomado en cuenta una cosa: Heriberto, el hijo mayor de Aurelio, tendría unos
treinta y dos años, más o menos, si siguiese vivo. Es por ello que no entiendo
que dos de los hijos que aparecen parezcan más jóvenes incluso que Rutila,
cuando se supone que Aurelio los tuvo antes de casarse con Ximena (Ismael, el
primero de ellos, fue fruto de su pérdida de virginidad con ‘La Tata’, “cuando era un chamaco”, como reconoce
Aurelio). En cualquier caso, tanto Ismael como ‘Nicky’ han dado algo de juego
con sus respectivas tramas con Aurelio. Del tercer hijo apenas puedo opinar… Es
lo que tiene que solo salga en dos o tres capítulos, como un relleno, ya que
siento que pudo haber sido más útil a nivel de argumento.
*Rafael Amaya y Sabrina Seara, en una escena. |
Insisto
en que me ha gustado mucho el desarrollo del personaje de Esperanza, que ha
jugado a dos bandas durante toda la historia, como amante de Aurelio y del
embajador venezolano, del que ha acabado enamorándose, dando así un toque
romántico a la temporada. También debo aplaudir el que se haya abordado a
través de ella y de una forma muy natural y abierta el tema de la bisexualidad.
Un tema que escandalizó a muchos a raíz de la temporada pasada y que hoy en día
no debería ser motivo de escándalo. Me parece que ya lo he dicho, pero insisto,
creo que es el personaje que mejor han llevado los guionistas esta temporada.
No
puedo decir lo mismo de Mónica Robles y sus tramas. Fue un grave error
convertirla en la pareja de Víctor a finales de la tercera temporada y fue
todavía peor el mantenerlos juntos durante toda esta cuarta. Ello pese a que
han intentado justificárnoslo sobre la base de que Mónica sigue enamorada de
Aurelio y que Víctor es una vía de escape a ese amor. Demasiado enrevesado y
demasiado perjudicial para un personaje que ha dejado de ser “cabrona siete vidas” para pasar a ser
una niña buena. Pese a ello, sí que han sabido de vez en cuando regalarnos
alguna escena de esas en las que saltan chispas entre Mónica y Aurelio, lo que
se agradece.
En
lo que a nuevas relaciones se refiere, creo que solo salvaría cuatro: Luzma y
Benitín,
quizás la más romántica, por ser el primer amor verdadero de Luzma, y
con un final fuerte, pero bonito; Rutila y Omar, un poco forzada al inicio,
pero bastante bien desarrollada; ‘El Ingeniero’ y ‘La Tata’, una relación
peculiar, que comienza por interés del primero en construir un túnel bajo su
negocio, pero que acaba transformada en un amor sincerísimo y Evelyn y Rivero,
otra pareja muy tierna. Del resto, no deja de sorprenderme que una mujer tan
independiente y de armas tomar como ‘La Felina’ se enamore de alguien tan
chalado como ‘El Feyo’. Todas las tramas amorosas cuentan con sus escenas de
sexo, una seña de identidad propia de esta historia y que pese a que algunos no
acaba de agradarles, a mí no me disgusta. Escandalizarse porque se haya escenas
con contenido sexual es un poco lo mismo que lo que comentaba de escandalizarse
por ver a un personaje bisexual.
*'La Tata' y 'El Ingeniero', en un apasionado beso. |
*Los cárteles han seguido en guerra esta temporada. |
El
narcotráfico ha seguido muy presente en esta temporada, con la misma guerra de
la temporada pasada entre los Casillas, apoyados por la guerrilla colombiana y
algún general venezolano, y los colombianos, con nuevos apoyos en México. Sin
embargo, le han dado demasiado protagonismo a Víctor, como líder del cártel de
los Casillas, ahora que Aurelio ha dejado el negocio. Es un error haber
apartado tan radicalmente a Aurelio de todo eso. Yo lo hubiese dejado combinar
sus negocios y cosas en la política con el narcotráfico que, a fin de cuentas,
es lo que le ha llevado a ser “El Señor
de los Cielos” y a tener el dinero y el poder que tiene. Sigo insistiendo
en que fue un fallo matar a Heriberto en la segunda temporada o que Telemundo
no aceptase las condiciones económicas de Raúl Méndez para seguir siendo
‘Chacorta’. Ambos personajes se echan mucho de menos y seguramente seguirían
dando mucho juego de seguir en la ficción.
*Roxana Chávez es Eva Ernestina Gallardo. |
El
entramado político ha ganado peso en esta temporada y, además, para bien. Creo
que se merece alabar el que se siga hablando de la corrupción que asola México, con claras referencias a la realidad, que van desde personajes 'inspirados' en personas reales a situaciones como los sobornos o ‘comisiones’ que
Silva de la Garza o Eva Ernestina se reparten en sobres en varias escenas, pasando por referencias, por ejemplo, al silencio guardado, tiempo después, en torno a la
matanza de los 34 estudiantes en Michoacán a cargo de ‘El Feyo’, reflejo en la
ficción de una triste realidad: la ‘desaparición forzada’ de 43 estudiantes en
Iguala en el 2014. Ha sido también muy valiente tocar sin tapujos el tema de
Venezuela, su crisis (de la que muchos se aprovechan) y su revolución (en la
que otros se escudan para justificar la situación del país), a través de Jorge
Elías, el embajador.
Como
os comentaba hace unas líneas, el ritmo de esta cuarta temporada nada tiene que
ver con el de la primera o el de la segunda y la historia avanza, a veces sin
que ocurra nada interesante en tres o cuatro capítulos, llegando a un final que
choca bastante con ese ritmo pausado, ya que está cargado de adrenalina y
tensión, dejando en el aire el futuro de uno de los personajes principales y
funcionando como ‘señuelo’ para que los espectadores nos animemos a ver la
quinta temporada el próximo año.
MÁS COSAS
*Aurelio ha cambiado sus ranchos por una mansión. |
Otro
error, a mi juicio, de esta temporada ha sido el cambio de ambiente. “El Señor de los Cielos” era una
historia de provincia, con Sinaloa, Guadalajara y Michoacán como principales
escenarios de las tres primeras temporadas, combinados siempre con el DF y la
selva colombiana. No entiendo que esta temporada el DF haya sido el escenario
principal de prácticamente todas las tramas. No tiene ninguna explicación
(realmente, sí, ahorrar el dinero y el tiempo que lleva trasladar la maquinaria
lejos de los estudios de Argos). Sin embargo, a nivel narrativo, con la flota
de aviones de Aurelio, este podría controlar a todos sus títeres desde
cualquiera de sus ranchos en Sinaloa, desplazándose en menos que canta un gallo
a la capital para atender cualquier imprevisto. Eché mucho en falta ese
ambiente de provincia, que da un toque diferente a cualquier telenovela que se
precie.
*Una de esas 'cutre-explosiones'. |
A
nivel de realización, bastante bien, salvo por un detalle: se siguen usando
transiciones de escenas que ya se usaban en la primera temporada (véase el caso
de un edificio cuyas luces se encienden, apagan y vuelven a encender conforme
cae la noche y posteriormente amanece). En los efectos especiales, genial el
tema de tiroteos y bazucazos, pero se ha
notado que algunas escenas con aviones, así como alguna explosión, habían sido
realizadas por ordenador, quedando un poco cutre.
Se
ha cumplido con creces en el tema de localizaciones y exteriores, pese a salir
poco del DF, llegando a mostrar al espectador algo que yo no recuerdo haber
visto en ninguna otra telenovela: un submarino, navegando como si de un barco
se tratase. Los decorados, impecables. Me encanta el interior de la casa de
Aurelio y, particularmente, una de sus estancias: el sótano-mazmorra que tan
útil le es a Casillas en esta temporada.
De
la música, me parece que el tema de entrada, “El cuarto corrido”, es mejor, o al menos, tiene una letra que le
queda mejor, que el de la tercera. Me ha gustado también esa presencia de 'La Calaca' tanto en la entrada como en las promos y cortinillas. Los ‘soundtracks’ se mantienen en su
mayoría.
*Elenco, al completo, de la cuarta temporada. |
Sobre
el vestuario, no puedo resistirme a comentar una cosa… ¿Cómo Aurelio, el tío
más poderoso de México, se atreve a salir por el DF con guardaespaldas que
parece que vienen de un rodeo, con sus camisas de cuadros, sus botas de
‘cowboy’ y sus sombreros alados? El vestuario más sobrio de Aurelio en esta temporada
debió haberse extendido a sus secuaces.
Termino
criticando una cosa, algo que ya me habéis oído decenas de veces… ¡Para qué se
meten palabrotas en los diálogos, si luego las ‘silencian’ en la emisión del
capítulo! Hay escenas en las que pierdes el hilo por culpa de esto. Si no se
pueden emitir escenas con palabras malsonantes, que no se incluyan en los
diálogos y punto. Hablando de censuras, totalmente fuera de lugar lo que han
hecho con un cuadro en el que se mostraban mujeres desnudas, emborronándolo
para que no se viese nada, tal y como os comenté hace unos días en este blog. Que en una telenovela que ha
mostrado tríos se emborronen los pechos y vaginas de varias mujeres pintadas en
un cuadro, es algo incomprensible.
Espero
que la quinta temporada sea la última y recupere la esencia de la primera, ya
que esta cuarta tanda ha mostrado algo que ya se había hecho evidente en la
tercera: la historia está mostrando síntomas de desgaste, a nivel argumental.
En
lo que al elenco se refiere, Rafael Amaya, Fernanda Castillo y Sabrina Seara
hacen un buen trabajo como capitanes de un elenco demasiado extenso, con algunos
personajes totalmente prescindibles y otros muy poco aprovechados.
~PUNTUACIÓN
FINAL: 6,5~
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