Son
muchas las cosas que suelen pasar, a menudo, en las telenovelas. Gran parte de
ellas no son más que giros derivados del guión, buscados a fin de cambiar el
rumbo de las tramas. Otras veces, se trata de recursos estilísticos u
ornamentales, que tratan de conseguir una escena visualmente más agradable.
De
estas cosas que, como indica el título del ‘post’, “suelen pasar”, me ocupo en este apartado, con un poquito de humor.
El
tema de esta ocasión es una moda que me comienza a preocupar… Coged papel y boli
y anotad todas las telenovelas que hayáis visto en los últimos dos años. Luego,
id marcando en cuáles, dentro de su último capítulo, se ha orquestado un
secuestro.
Echad
cuentas… Seguro que el resultado supera, con creces, el 70% del total.
Vale.
Los secuestros están a la orden del día en Latinoamérica… Pero quizás se esté
abusando un poco de este recurso. Ya cansa ver cómo, en el último capítulo de
una telenovela, hay un secuestro complicado de resolver, y que se mete solo
para conseguir que el capítulo final resulte más trepidante. Voy con ejemplos
recientes…
“La
Patrona” (Telemundo
y Argos, 2013)
La
malvada Antonia Guerra (Christian Bach), completamente desquiciada, secuestra a
su propio nieto en el último capítulo de la telenovela. Lo hace para tener un
cebo con el que atraer hasta el lugar donde lo tiene retenido a la madre de
este, su archienemiga, Gabriela Suárez (Aracely Arámbula). Qué pasa después, no
os lo cuento…
“Vivir
a destiempo” (El
Trece, 2013)
Rogelio
(Humberto Zurita) llega al final de “Vivir a destiempo” tan loco como su mujer
en el de “La Patrona”. Secuestra a Paula (Edith González), su exesposa, con el
fin de que Alejandro (Ramiro Fumazoni) llegue a rescatarla y poder matarlos a
ambos. No os asustéis si no habéis visto la telenovela y veis el vídeo que
acompaña a este párrafo… Ya os digo que no es para tanto…
“Marido
en alquiler”
(Telemundo, 2013)
A
diferencia de los anteriores villanos, Teresa Cristina (Maritza Rodríguez)
estuvo durante toda la telenovela como una regadera. Obsesionada con acabar con
Griselda (Sonya Smith), la secuestra en una nave abandonada en el último
capítulo.
Resulta
curioso que le ponga cinta americana en la boca a alguien que siempre había
apodado como la ‘monstrua bigotuda’. ¿Querría depilarla además de secuestrarla?
“La
Impostora”
(Telemundo y Argos, 2014)
Nuevamente
la villana está totalmente descontrolada y nuevamente es interpretada por
Christian Bach. Raquel secuestra a Blanca (Lisette Morelos) en una casa
abandonada. Que nadie se asuste, que quizás el secuestro sea lo más ‘light’ que
le hace Raquel a Blanca en toda la telenovela, después de haber intentado
matarla en no sé cuántas ocasiones, de meterla en la cárcel y en un manicomio…
“El
color de la pasión” (Televisa,
2014)
En
la línea de escasa cordura que presentan los villanos cuando una telenovela
está por acabar encontramos a Amador Zúñiga (Moisés Arizmendi), quien, para
tratar de ventilarse a su odiado Marcelo (Erick Elías) lo secuestra en la
fábrica de cerámica de la familia Gaxiola. Le faltó imaginación para
secuestrar… La fábrica era el primer lugar donde cualquiera habría ido a
buscarles… Por todo ello, el secuestro acaba siendo casi un secuestro express,
dada la poca duración del mismo.
Bonus:
“Mi
corazón es tuyo” (Televisa, 2010)
A
veces el secuestro final no recae sobre una persona, aunque sí sobre un personaje de peso en la telenovela. Es el caso de "Mi corazón es tuyo", donde, sin saber muy bien por qué, Isabela (Mayrín Villanueva) secuestra a Siete, el perro del clan Lascuráin, a poco más de media hora para llegar al fin de la telenovela.
Solo
seis ejemplos de algo que se ve, como comentaba al principio, en un 80% de las telenovelas actuales (y tengo miedo que
el porcentaje sea aún mayor).
Muchas veces buscan crear tensión de cara al desenlace final, pero como recurso, le pasa lo que a todos: la primera vez, está bien. La segunda, también. Pero cuando se empieza a usar en exceso, cansa.
Desde aquí, animo a los guionistas a buscar otras formas de crear tensión y de mantener al espectador sin parpadear durante el último capítulo.
Muchas veces buscan crear tensión de cara al desenlace final, pero como recurso, le pasa lo que a todos: la primera vez, está bien. La segunda, también. Pero cuando se empieza a usar en exceso, cansa.
Desde aquí, animo a los guionistas a buscar otras formas de crear tensión y de mantener al espectador sin parpadear durante el último capítulo.
Comentarios
En Por siempre mi amor, Arturo fue secuestrado por la doctora Marcela, e Isabel estuvo unos capítulos encerrada por el villano Fernando, quien quería que Aranza se casase para que le pudiera dar el fideicomiso que le dejó su madre.
Como dato curioso les cuento que he visto las novelas turcas 'las mil y una noches' 'fatmagul' y 'ezel' y en las tres se muestra el secuestro en su transcurso, así que no tiene nada que ver con que las novelas sean de Latinoamérica o de Europa, simplemente son una parte del argumento. Lo que se tendría que discutir es si aportan algo relevante a la novela o no.
Uriel Heron ¡slds!
cuidado con el ángel: marichuy secuestrada por ana julia en el final
pasión de gavilanes: secuestro de juan y gabriela
y creo que mejor no sigo