La filosofía es una rama del saber que
busca desentrañar los más profundos enredijos de la humanidad, tratando de dar
respuesta a preguntas tan complejas como qué es la felicidad, cómo conocernos a
nosotros mismos, qué es el universo y un sinfín de interrogantes a los que
llevan dando vueltas numerosos sabios a lo largo de unos veinticinco siglos.
Ortega y Gasset dijo, en una ocasión,
que se podía hacer filosofía sobre cualquier ámbito de la vida del ser humano.
Opino exactamente lo mismo y es lo que os voy a mostrar en este apartado de
periodicidad quincenal: cómo ver las telenovelas desde un punto de vista
filosófico.
Como les comenté en la presentación
del blog, llevó más de 15 años viendo telenovelas. Si cogiese un calendario de
todo ese espacio temporal probablemente no encontrase más de diez o quince días
en los que no he estado pendiente o siguiendo una telenovela.
Y seguro que muchos (por no decir
todos) de los que están al otro lado de la pantalla les pasa lo mismo. ¿Cuántos
años llevan viendo telenovelas, cuatro, diez, veinte, treinta…? ¿Recuerdan
algún momento en ese periodo de tiempo en el que no estuvieran siguiendo una o
incluso varias telenovelas?
*Edith González y Eduardo Palomo en "Corazón salvaje". |
Para mí es inconcebible la vida sin
una telenovela. Recuerdo que hace un par de años tuve que dejar de lado el
género para centrarme en mi profesión que nada tiene que ver con el mundillo, y
que ese alejamiento, que duró apenas un mes, se me hizo eterno. Necesitaba una
telenovela a mi lado, una telenovela que me hiciera desconectar de la realidad,
que me transportara a bellos paisajes y me hiciera parte de las más increíbles
historias de amor.
Entonces me surge otra pregunta, ¿por
qué este género es tan adictivo? Siempre que acabo con una telenovela tengo que
ponerme con otra, sin dejar pasar un día. Lo necesito como el comer. Como
comentaba antes, sin telenovela no soy nadie.
La causa de la adicción que provoca el
género podría buscarse en las historias, pero con constantes remakes de
telenovelas ya vistas e historias muy trilladas, es una causa perfectamente
desechable. Podrían ser los actores y actrices, aunque tampoco es una causa
óptima… ¿Cuántas veces hemos visto telenovelas protagonizadas por actores o
actrices hasta entonces desconocidos por el público seguidor del género?
*Verónica Castro y Rogelio Guerra en "Los ricos también..." |
La conclusión a la que he llegado es
que vemos telenovelas por simple costumbre. Nos hemos acostumbrado a vivir
siguiendo la telenovela de turno (ahora mismo, en mi caso, “La patrona”), y sin telenovela nos sentimos vacíos a la par de
ansiosos por encontrar otra a la que ‘hincarle’ el diente.
Es una costumbre que tiene también
partes de gusto, como el hombre que se levanta pronto por las mañanas para ir a
hacer footing, y se siente incómodo el día que no puede hacerlo. O como el niño
acostumbrado a que sus padres lo lleven al colegio, que se siente extrañado
cuando es otra persona quien se hace cargo de ello. O el millonario que de la
noche a la mañana pierde todo cuanto tenía.
Costumbre, esa es la causa de que no
podamos parar de ver telenovelas. Muchas veces me preguntan mis allegados
cuándo llegará el día en que deje el género. Espero que nunca, aunque si
llegase creo que me costará unas cuantas sesiones de psicólogo desprenderme de
algo que ha estado presente durante tantos años en mi vida. Una vez más,
costumbre.
Comentarios
UN SALUDO!!
Yo creo que tampoco me cansaré nunca de este género aunque es complicado lidiar con los perjuicios que muchos tienen en torno a él, y completamente injustificados y que casi siempre vienen de gente que no ha visto una telenovela en su vida. Cuando me sueltan alguna gilipollez de esas, les contesto:
"Sí, soy hombre, heterosexual y veo telenovelas, ¿pasa algo porque vea telenovelas?"
¡Basta ya de esos tópicos absurdos!